Impunidad ante el abuso policial

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judith_berkanHace tres meses CLARIDAD corroboró y publicó (Edición 2994 del 22 al 28 de julio de 2010) que la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia de Estados Unidos realiza desde el año 2008 una investigación de la Policía de Puerto Rico por violación de derechos civiles, investigación que aún continúa.

Ese tipo de violaciones ocupa cada vez más frecuentemente las primeras planas de los medios de comunicación sin que los altos mandos de la Policía las condenen, castiguen y mucho menos censuren. La reacción oficial en esos casos ha sido, por el contrario, la justificación e impunidad. Peor aún, despachan las críticas públicas alegando que se harán investigaciones al respecto cuyos resultados, si algunos, nunca se conocen. Ese ha sido el modo de operar de ese cuerpo policial.

Esos casos de brutalidad y abuso policial a los derechos civiles de los ciudadanos es un problema que lleva años sin que nadie, absolutamente nadie con poder para hacerlo, quiera ponerle el cascabel al gato.

CLARIDAD conversó con la abogada Judith Berkan, quien durante más de 30 años ha trabajado como abogada defensora en infinidad de casos de corrupción policíaca y abuso policial que según asegura “van de la mano”.

Con relación al reciente operativo del FBI contra supuestos policías corruptos, Berkan nos aseguró que “eso no va a cambiar nada. Vamos a empezar por ahí. Porque el problema de la Policía de Puerto Rico es uno sistémico, endémico, algo que ha existido por mucho tiempo, algo que las autoridades tanto federales como las de Puerto Rico saben que existe”. Indicó que con las recientes acusaciones lo que intenta el FBI es hacer ver que buscan averiguar algo que conocen de siempre.

Aunque Berkan no quiso catalogar el operativo como uno anticorrupción, como alegó esa agencia, sí manifestó que “si los federales han hecho un operativo de esa naturaleza que combinó varios casos, tiene que ser por intereses de Estados Unidos vis a vis Puerto Rico. Pero yo no soy politóloga para saber cuáles son esos intereses”.

Por otro lado, sobre posibles escenarios en que la investigación sobre violación de derechos civiles por parte de Justicia Federal imponga reglamentos más estrictos a este cuerpo, Berkan argumentó que “la policía en Puerto Rico, por ser cuasi militar, depende del liderazgo de sus principales jefes” y no confía en que exista en ellos la voluntad de hacer reales cambios. Al menos, ésa no ha sido su experiencia. Aseguró que a menos que haya una voluntad real para hacer los cambios necesarios en la esfera más alta de esa institución, “cambios en el reglamento de la policía no van a lograr nada”.

La abogada aseguró que su larga carrera examinado expedientes de la Policía en ese tipo de casos le han permitido conocer de primera mano que “no hay una voluntad real de bregar con el problema. Los policías violentos son los mismos policías corruptos” algo que “nadie ha querido atacar”. Aseguró que ante esos actos violentos lo que ha existido es “absoluta impunidad”. Para Berkan, las recientes acusaciones del FBI “a lo mejor asusta un par de personas por un ratito, pero posteriormente se vuelve lo mismo”.

Más allá de esos abusos que en algunos casos le cuestan la vida a los ciudadanos, Berkan está consciente de que la función de la Policía es mantener intacto el poder del estado y cuando sea necesario reprimir a los grupos que protesten para crear un sentido de miedo en comunidades, especialmente las más pobres. Para ella, esa es parte de la estrategia de cómo utilizar la Policía como fuerza de “ley y orden” en comunidades donde existen problemas sociales que no se atacan.

Por ello, en el caso de la brutalidad policiaca, Berkan aseguró que aunque no puede decir con precisión si ha ido en aumento con los años, sí está segura de que en momento de crisis económica “puede que se agudice”. Indicó que debido a que los policías también provienen de clases pobres, al surgir desasosiego social en éstos también se materializa en distintas manifestaciones de corrupción en esa fuerza policial que sirve a su vez para reprimir la expresión de cualquier individuo que cuestione el sistema político.

Berkan indicó que asuntos de corrupción muy conocidos en las comunidades pobres son “las ATH donde los policías vienen a cobrar. Eso no es nada nuevo”. Aseguró que esas comunidades donde tienen que interactuar con la policía a diario, como destacó son aquellas en las que residen dominicanos y residenciales públicos, experimentan constantes ese tipo de abuso que a su vez es corrupción.

Por eso indicó que aunque “hemos visto cambios en el reglamento, en momentos pasados yo he estudiado órdenes de la Policía y hay algunas que son bien buenas, pero no los implantan. Y el mensaje desde arriba hacia abajo, entonces, es que son impunes. Hay unos reglamentos que se han hecho muy conforme a lo que es el estado de derecho y los derechos ciudadanos, pero no los implantan”, insistió.

Ante esa situación, aseguró que la opción que tiene la gente para su protección es “rescatar nuestra capacidad de indignarnos para que desde la base pueda cuestionarse este tipo de violencia”. También recomendó documentar y grabar los incidentes que suceden entre policías y ciudadanos, incluyendo cuando la policía graba manifestaciones intentando amedrentar de esa forma a los manifestantes. Ambas cosas, dijo, para “crear el récord para fomentar ese movimiento de indignación” que cada vez más necesario.

Berkan hizo esas recomendaciones luego de aclarar que ha visto “decenas y decenas de violaciones, actos de indisciplina y de violencia” que han sido denunciados ante sus superiores. Actos que a su vez, aseguró, se han traducido en querellas que se acumulan en la Policía y no se atienden. Son casos para los que tampoco existe la suficiente presión pública que logre los cambios necesarios.


Esta serie es resultado de una colaboración entre el CPI y Claridad.

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