¿Puerto Rico es un narcoestado o estamos exagerando?

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A punto de concluir el año y ya sabemos que la noticia más alarmante del 2011 es la cifra récord de homicidios cometidos en Puerto Rico, que a esta fecha se acerca a las 1,100 muertes violentas, pero un grupo de analistas del crimen en Latinoamérica y el Caribe refutó que esto signifique que se considere al país como un “narco-estado”.

¿Se está convirtiendo Puerto Rico en un narco-estado?, comienza planteando desde el titular un artículo de la organización InSight Crime. No, en esencia responde en el escrito. Más bien el periódico El Nuevo Día “ha sacado de proporción el problema del crimen” de la Isla, indica.

“Hay buena razón para preocuparse sobre Puerto Rico”, advierte sin embargo, el análisis publicado el 14 de diciembre de 2011, en el portal de InSight Crime. “La isla está por tener el récord más alto de tasa de asesinatos registrado, rompiendo la cifra màs alta anterior, que fue en 1994. En septiembre, un alto oficial del Departamento de Justicia de Estados Unidos llamó a la fuerza policiaca de Puerto Rico ‘una de las peores que yo he visto”.

El artículo firmado por Elyssa Pachico añade, “pero no sólo está El Nuevo Día jugando a la ligera con la definición de un narco-estado, está sacando de proporción el problema del crimen de Puerto Rico. Es verdad que la policía sufre una corrupción rampante en sus filas, pero no es que los traficantes de drogas han infiltrado las fuerzas estatales con tal profundidad que ellos estén dictando la política pública y respaldando abiertamente a políticos.”

Esto es lo que ocurre en Surinam y lo que era Colombia en la década del 1990, añade.

“Instituciones del Estado en Guatemala y Honduras, por ejemplo, han suplantado los carteles de la droga a un nivel mucho más serio que en Puerto Rico”, señaló.

InSight Crime contradice las conclusiones del reciente editorial y reportaje del diario, el cual se basó en el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) que establece 15 criterios para definir un narcoestado señalando que Puerto Rico cumple con 12 de ellos.

Para el 15 de noviembre de 2011 Puerto Rico había empatado el récord de 1994 con 995 homicidios, el cual representaba además 154 más que a la misma fecha el año anterior. Este mes de diciembre aumentó a 1,048, pero siguen ocurriendo todos los días y todavía quedan dos semanas más para cerrar un año que empezó con 111 asesinatos en enero.

La oficialidad policìaca ha expresado que alrededor del 50% de los asesinatos están relacionados al narcotráfico y esto, unido a la gran economía subterránea que mantiene al País y a que se dispararon los crímenes violentos, lleva muchos a concluir que somos un “narcopaís”.

El superintendente auxiliar de Operaciones de Campo de la Policía, Leovigildo Vázquez, así como el superintendente, Emilio Díaz Colón, defienden la gestión policiaca, pero continúan haciendo llamados públicos pidiendo la colaboración de la ciudadanía para poder esclarecer los casos. También se ha percibido que los policías no pueden con la magnitud del problema y sus organizaciones gremiales han denunciado la falta de equipos necesarios para hacer su trabajo, inclusive lo más elemental como los radios de comunicaciones.

“El plan para combatir el tráfico de drogas está en pie. Hemos estado llegando a organizaciones que antes aquí ni se llegaba. Organizaciones que han estado campeando por su respeto durante años, que todo el mundo conocía, pero decían que eran intocables”, dijo Vázquez en una entrevista radial en noviembre. “Esto es una guerra que va a tomar tiempo”, aseguró.

Jeremy McDermott y Steven Dudley son los directores de InSight Crime, una organización dedicada la investigación y análisis del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe y auspiciada por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) de Bogotá, Colombia y el Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University, que tiene sede en Washington DC. También recibe fondos del Open Society Foundations.

El grupo creó un portal el 1 de diciembre de 2010 donde publica perfiles de grupos, personalidades e iniciativas de seguridad pública para retratar el crimen organizado en esta región, según explica. Su objetivo es que el sitio sea “donde conectar las piezas, los jugadores y organizaciones y darle una mirada cohesiva a las empresas criminales de la región, y la efectividad de las iniciativas diseñadas para detenerlas”.

Algunos sitios de internet dedicados a los crímenes y las interioridades de los casos criminales existen en Puerto Rico, incluyendo algunos que parecen alimentados con fotos e información de policías, pero tienden a ser anecdóticos e incluyen rumores no verificados oficialmente.

El artículo de InSight Crime señala que “es un error pensar que la reciente oleada de homicidios en Puerto Rico vino de la nada. Las tasas de asesinatos, que se ha mantenido constante en unos 19 por cada 100,000 habitantes desde 1980, comenzaron a subir de forma sostenida después del 2005. El tercer año más violento registrado fue el 2009, propiciando que el gobernador Luis Fortuño desplegara la Guardia Nacional en las calles. La tasa actual de asesinatos está en unos 26 por cada 100,000, más de cinco veces el de Estados Unidos”.

No obstante, indicó que no existe evidencia de que la ola de violencia se deba a que más drogas están pasando por Puerto Rico hacia el norte y cita a Justicia federal indicando que la amenaza de las drogas en la isla se ha “mantenido relativamente consistente” en los últimos años.

El gran cambio, agrega, ha sido el negocio doméstico de la droga y apunta a los arrestos de Ángel Ayala Vázquez y José Figueroa Agosto, en el 2009 y 2010, respectivamente, lo cual fragmentó las organizaciones de los más poderosos traficantes provocando inestabilidad en la distribución en los puntos de drogas.

“Esto significa que no solo hay más distribuidores de droga a nivel al detal peleando por recuperar el control de más puntos, pero están más dispuestos a usar indiscriminada violencia para hacerlo”, según un informe de Justicia federal de 2011 que analiza el mercado de la droga en Puerto Rico y las Islas Vírgenes.

Además, señala que los dueños de puntos están pagando a sus empleados con armas en lugar de dinero en efectivo.

El arresto de otros dos narcotraficantes importantes – Jaime Dávila Reyes, alias Peluche, y su rival Calos Morales Dávila, alias Cano Navarro – también ha desatado una ola de asesinatos este año, y el de Ayala Vázquez, alias Angelo Millones, soltó una guerra por el control de los puntos en 22 residenciales públicos.

“Este tipo de conflictos localizados, con todo y sus intricadas historias de alianzas cambiantes y traiciones, se encuentra por todo Puerto Rico”, lee el artículo.

“A menudo aquellos que controlan los puntos de Puerto Rico hacen mucho más que supervisar la distribución de la droga al detal. Ellos controlan la venta de bienes de contrabando y piezas de carros robados. Ellos auspician conciertos y respaldan clubes nocturnos. En algunos ‘proyectos’ (residenciales), los líderes de gangas hasta deciden a quien se le permite vender DVDs y Cds pirateados en el vecindario. Aquellos que contradigan a la ganga local pueden encontrarse como blanco de la muerte por venganza”.

El artículo termina coincidiendo con el informe de Justicia federal, que a la Policía de Puerto Rico le falta mucho para tener la capacidad de enfrentar estos retos.

“Hasta que no hayan cambios radicales en la política de seguridad de la isla, la tasa de asesinatos en los residenciales pueden seguir escalando”, concluyó.

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