Después de la tormenta ya no llega la calma

La insoportable levedad del ICP

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cuatro610Parecía que el escenario no podía ser más tétrico y desolador. Pero entonces llegó el presupuesto de 2012-13, en el cual la gran mayoría de los sectores culturales del país quedaron aún más golpeados que en el año 2010, cuando parecían haber atravesado su peor momento tras la implantación de la Ley 7 del 2009 declarando un “estado de emergencia fiscal”.

El nuevo presupuesto del Instituto de Cultura Puertorriqueña es de $24.423 millones, $823,000 menos que el presupuesto pasado; $1,148,000 menos que en 2010-11 y $395,000 menos que en 2009-10. Todos los renglones del nuevo presupuesto reflejaron disminuciones pero también, desde 2011, hubo un cambio notable en las asignaciones especiales destinadas a instituciones culturales importantes.

La Orquesta Filarmónica de Puerto Rico, por ejemplo, vuelve a verse en una situación muy difícil al habérsele reducido el presupuesto de $500,000 a $150,000. Ya en 2010 había pasado lo mismo, y solo después de un arduo proceso de cabildeo en la Legislatura, el dinero les fue restablecido. Esta vez, sin embargo, al igual que el año pasado, la Resolución 220 del Presupuesto adjudica nuevamente la dramática disminución. A pesar de las múltiples llamadas que le hizo el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) al licenciado Víctor Maldonado, administrador de la Orquesta, éste nunca contestó.

El presupuesto de la Trienal Poligráfica de San Juan, una de las actividades más efectivas para internacionalizar el talento plástico nacional, ha disminuido estrepitosamente con los años. La primera Trienal, que fue producto de una reevaluación profunda de la antigua Bienal de San Juan, se celebró bajo el gobierno de Sila Calderón con un presupuesto total de aproximadamente 3.5 millones de dólares. La asignación actual es de $350,000 anuales.

Unas de las poquísimas instituciones que han registrado aumentos significativos en los últimos años son el Museo de Arte de Puerto Rico y el Museo de Arte de Ponce. El primero recibió un aumento de $400,000 hace dos años y en este presupuesto recibió $558,000.00 más para un total actual de $1,558,000.00. El Museo de Ponce se mantuvo este año con los $2 millones asignados en 2010, lo que entonces supuso un aumento de 100% de su presupuesto.

Los demás museos, sin embargo, no corren la misma suerte. El Museo de las Américas tiene una asignación de $300,000 y el Museo de Arte Contemporáneo, $500,000. La Fundación Luis Muñoz Marín obtiene $1 millón de dólares al igual que la Fundación Pedro Rosselló, mientras que la Rafael Hernández Colón recibe $300,000. Ballet Concierto, por ejemplo, recibió $200,000 mientras la Banda Estatal de Puerto Rico obtuvo $300,000. También este año, una modesta (y bastante desconocida) entidad folklórica como Flor de Cahíllo, Inc. recibió $100,000, más aparece con diversos contratos con el ICP en los últimos años. La Casa del Libro, sin embargo, que alberga una colección de libros antiguos de importancia mundial, tan solo recibió $10,000.

Las reducciones en el presupuesto del ICP se hacen cada vez más dramáticas a pesar del supuesto ahorro que se alegó tendría el efecto de la Ley 7. El mismo año de 2009-2010 en que se implantaron los cerca de 179 despidos (de un total de aproximadamente 384 empleados); y el recorte de más de $5 millones al presupuesto del ICP, el Instituto otorgó más de un millón de dólares en contratos profesionales. La reducción fue sustantiva pues afectó mayormente el presupuesto general de la agencia, no así las asignaciones especiales ni los fondos federales, que sólo son administrados y no adjudicados por la Institución.

¿Dónde están las obras del ICP?

Pero las crisis de esa institución no se limitan a lo presupuestario. Actualmente parece desconocerse la situación del inventario de obras del Instituto de Cultura, especialmente de los préstamos de obras. En las actas de la reunión de la Junta de Directores del ICP del 3 de septiembre de 2010 se establece que “se reiteró que no hay inventarios físicos, se recomendó que se debe mantener un inventario. Por lo que no se pueden certificar los activos del Instituto de Cultura Puertorriqueña. La Prof. Mercedes Gómez señaló que hay que corroborar lo que hay registrado en los libros. Enfatizó que, al no haber un inventario en el Instituto de Cultura Puertorriqueña, no se sabe si lo que se prestó ha sido devuelto como por ejemplo las pinturas y otros. Se gestionará poner al día y certificar mediante un diseño de Plan Auditoría Especial 2011”.

Si al sol de hoy existe o no el plan, la Directora no lo mostró al Centro de Periodismo Investigativo.

Durante nuestra entrevista, Gómez negó haber hecho esas declaraciones durante una de las reuniones con la Junta. Incluso se sostuvo en la negativa cuando le mostramos copia del acta aprobada de la reunión donde plasmó el comentario.

“Que sepamos”, dijo, “hay unos inventarios y se puede dar fe de dónde está cada una de las piezas, excepto obviamente las que fueron sustraídas (robadas de la Galería Nacional)”.

¿Qué se hace con la cultura?

Nunca se sabe exactamente cuál es el plan ulterior, la verdadera perspectiva de política cultural, lo que parece agravarse durante administraciones del Partido Nuevo Progresista. La mayoría de los trabajadores de la cultura se debate entre dos teorías: la primera supone que las administraciones estadistas buscan destruir las huellas de la cultura puertorriqueña, que les resultan amenazantes para su sueño de estadidad. La segunda sugiere que no necesariamente existe un plan tan macabro y terminal pero, de todos modos, su actitud es peligrosa porque, por ignorancia, estos gobiernos no saben ni les interesa aquilatar la importancia del trabajo cultural del país.

En el caso del gobierno de Luis Fortuño, y muy especialmente a partir de la incumbencia de Mercedes Gómez, si existe una política, esta se parece bastante a la política de la caridad y la liviandad. Esto, además del desmantelamiento evidente que se ha provocado o intentado contra instituciones culturales del país como son: el Ateneo Puertorriqueño, la Escuela de Artes Plásticas, el Colegio de Abogados, la Universidad de Puerto Rico, su Editorial, su Instituto de Estudios Hostosianos, su Programa de género, de Estudios Hispánicos, la eliminación del noticiero y varios programas de Radio Universidad, al igual que WIPR y sus programas emblemáticos como Cultura Viva. Incluso también con las enmiendas recientes a la Ley de Música Autóctona, que reducen de un 30 a un 10% la cuota de música del país que deben contratar los municipios y entidades públicas en sus actividades.

La caridad

Gómez, que durante años trabajó en la Corporación para las Artes Musicales y se estaba jubilada cuando Fortaleza insistió en nombrarla directora del ICP, otorgó una entrevista al Centro de Periodismo Investigativo. Uno de los primeros aspectos que subraya sobre su gestión, es que se ha dedicado a “reorientar” los esfuerzos del Instituto hacia los niños, los envejecientes y los “minusválidos”(sic).

Así las cosas, últimamente, el ICP, cual centro terapéutico de salud mental,  ha estado organizando talleres de artesanía y manualidades dirigidos a estos supuestos “minusválidos”, (palabra que está cada vez más en desuso) que no lo son. A pesar del lapso en el vocabulario, Gómez parece referirse lo mismo a personas con discapacidades físicas que a confinados, ancianos, niños de escasos recursos económicos y pacientes de salud mental.

Algunas de las actividades a las que se ha dedicado el Instituto bajo su nueva directora son talleres de arte en la Casa del Veterano en Juana Díaz, en instituciones juveniles y en los centros MAVI (Movimiento Alcance de Vida Independiente), que atienden a gente con “necesidades físicas”. En general, Gómez explica que se trata de “situaciones que requieren de esa sensibilidad que el arte da y que ayuda a desarrollar en el interior de los seres humanos”.

Habría que empezar analizando su noción sobre la cultura. Según ella misma manifestó en una de sus ponencias ante la Legislatura, el deber de la agencia que dirige es facilitar a la ciudadanía un “espacio de tranquilidad y esparcimiento”.

“Es una visión completamente Zen y artificiosa”, opinó el curador Humberto Figueroa, quien durante años trabajó en el ICP, dirigió la División de Artes Plásticas y actualmente dirige el Museo Dr. Pío López Martínez en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey. “La cultura es todo lo contrario: es problematización, es incomodidad, interrogación”.

Por otro lado, durante nuestra entrevista con la directora ejecutiva del ICP, le preguntamos si tenía planes para trabajar en un desarrollo del turismo cultural. Sin embargo, no dio signos de entender de qué le estábamos hablando y se limitó a decir que, para la Campechada (que se iniciaba por esos días), habían mandado a hacer mapas turísticos de las rutas alrededor de la actividad.

“Tanto el Instituto de Cultura Puertorriqueña como la Compañía de Turismo tienen que entender que los vientos soplan en la dirección del turismo cultural”, opinó Figueroa. “No es seguir construyendo parques de golf y hoteles de playa sino reconocer el paisaje cultural como un bien. Tú no lo destruyes, lo atiendes”.

Por otro lado, el Instituto de Cultura Puertorriqueña, entre todas las tareas que tiene que llevar a cabo con casi un 50% menos de personal, también ha tenido que encargarse de la decoración del arbolito navideño de la Fortaleza. La Primera Dama así lo solicitó.

“Lo del árbol de Navidad se debe al tremendo poder de convocatoria de la Primera Dama desde que estamos aquí”, explicó Gómez. “Al otro día de yo llegar (al ICP) se me metió hasta Tito Kayak aquí en Casa Blanca. Qué hacía allí, ni me preguntes porque no sé por qué se sintió motivado. Casa Blanca se había convertido en una selva. La Primera Dama llamó a Recursos Naturales y se presentaron de inmediato. Quisimos reciprocar ese poder de convocatoria suyo. Creo en hacer mía esa casa porque entiendo que si esa es la primera casa del país, la primera familia…”.

Algunos ejemplos de las variadas actividades que sugieren una cierta ligereza de espíritu en la Institución durante este cuatrienio son obras como ‘La cucarachita Martina’, ‘Hansel y Gretel’, ‘Viva Pinocho’, ‘Machete en mano’ (de la compañía Flor de Cahíllo), así como el tiempo y los recursos que ha dedicado la agencia a la controversial campaña gubernamental de ‘Tus valores cuentan’, organizando programación educativa y cultural alrededor de los supuestos 6 pilares que componen los valores que la ciudadanía debe observar.

“Han sido efectivos descongelando un fondo”

No puede decirse que el ICP no haya tenido buenas iniciativas durante esta administración y a pesar de la situación económica tan crítica en que quedó desde 2009. En efecto, el pasado mes de noviembre colaboró significativamente en la celebración La Campechada, un evento que tomó las calles del Viejo San Juan en celebración de  la figura de José Campeche, el pintor puertorriqueño más importante del siglo XVIII. Asimismo, recientemente se publicó ‘Novelabingo’, una novela inédita del fallecido escritor Manuel Ramos Otero, uno de los más experimentales de la época del setenta. Entre otros programas que ha podido continuar, el ICP sigue celebrando el ‘Poetry Out Loud’, un certamen de poesía en inglés que financia el National Endowment for the Arts. No existe uno correspondiente en español.

Sin duda, con la Ley 7, el gobierno de Luis Fortuño imposibilitó su propio programa cultural según esbozado y prometido en su plataforma electoral y en el cual trabajó la Dra. Carmen Ruiz de Fischler, una de las pocas figuras estadistas identificadas como competentes en el escenario cultural puertorriqueño.

“Es cierto que no se pudo cumplir con lo prometido en el programa”, admitió la ex directora ejecutiva del ICP en entrevista con el CPI.

Sin embargo, tanto Lolita Villanúa, directora de la compañía de danza contemporánea Andanza, como otros artistas reconocen que ese mismo gobierno “ha sido muy efectivo” descongelando el Fondo puertorriqueño para el financiamiento del quehacer cultural que, con 3.5 millones de dólares, llevaba varios años inoperante porque no había una junta evaluadora activa.

“En abril (de 2011) lo descongelaron, sometí y eso fue lo que realmente nos salvó la vida porque, de lo contrario, ya estábamos prácticamente listos para cerrar Andanza”, contó Villanúa.

A través del proyecto Arte Santurce también han podido recibir algunos fondos a pesar de los recortes generales.

“Pero tendría que haber subvenciones fijas a cambio, no solo de la ejecución y el desarrollo artístico sino incluso de unos servicios a las comunidades, al público, unos programas de educación”, sugiere la bailarina, coreógrafa y profesora universitaria.

Otros artistas que, por momentos, también han estado vinculados a Arte Santurce, coinciden con Villanúa en que ha sido de beneficio para algunos grupos artísticos del área. Sin embargo, aseguran que el alcance de esas ayudas es completamente arbitrario. “Temerario”, incluso, dijo un profesor cuyo nombre hemos de reservarnos. Según el consenso de los consultados, el proyecto de Arte Santurce está a cargo de María del Carmen Gil, quien durante muchos años ha sido rectora del Conservatorio de Música y es abiertamente estadista. Pero, más que estadista, es una persona que sabe crear influencias en casi todos los gobiernos, razón por la cual se estima que ha podido mantenerse en su puesto durante tanto tiempo. El Conservatorio de Música es una de las poquísimas instituciones culturales privilegiadas por el gobierno de turno. Sin embargo, para muchos artistas es preocupante que la manera de ganar propuestas para la supervivencia de muchas organizaciones culturales tenga que ser por si le gustas o no a María del Carmen Gil u otras figuras influyentes.

“En Puerto Rico, todo lo que es fondos para la cultura es así”, dijo nuestro entrevistado. “Eso no es una manera justa ni civilizada de establecer una política cultural real, dinámica, representativa de las manifestaciones artísticas de todo tipo que se dan en una sociedad”.

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