Exportan toneladas de cenizas de AES Guayama a Jacksonville, Florida

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Es el segundo operativo que hace AES Guayama para sacar cenizas este año, aunque no lo ha anunciado.

Foto por Florentino Velázquez | La Perla del Sur

El buque de bandera norteamericana Moku Pahu zarpó el pasado viernes del muelle Las Mareas en Guayama repleto de cenizas de la carbonera AES, en ruta al Puerto de Jacksonville, Florida, a donde llegará esta semana.

La embarcación de 685 pies de eslora y capacidad para 20 mil toneladas de carga partió horas antes de lo planificado, tras concluir una operación de tres días con personal y palas mecánicas para excavar una fracción del monumental depósito de cenizas de la planta y trasladar el material al muelle cercano, a través de un túnel aéreo de correas o conveyors.

Entretanto, la montaña de cenizas permanece en su lugar, aunque reducida en algunas partes. De acuerdo a registros de la empresa, en julio de 2017 el enorme depósito contenía sobre 400 mil toneladas y una altura de 120 pies; lo mismo que una torre de 12 pisos.

Según manifiestos en poder de la Autoridad de los Puertos, el Moku Pahu arribó sin carga a la bahía Las Mareas el martes, 3 de abril y se dirigió de vuelta a Florida con “las cenizas creadas por la compañía AES”, certificó por escrito Juan Carlos Hernández Ramos, portavoz de prensa de esa corporación pública.

El operativo fue constatado por La Perla del Sur la semana pasada, tras observar durante dos días el proceso de extracción del material y documentar en ese lapso cómo la embarcación ganó peso, al aumentar su calado de 20 a 26 pies de profundidad.

La visita del buque propiedad de Schuyler Line Navigation a la bahía Las Mareas, sin embargo, no es la primera. Un mes atrás, entre los días 11 y el 16 de marzo, el Moku Pahu permaneció en el mismo terminal para una operación similar, de acuerdo a registros de actividad marítima y trabajadores de la carbonera que accedieron a hablar, a cambio de que no se revele su identidad.

En ambas instancias, vecinos de las comunidades cercanas a la planta observaron mayor número de personas en el perímetro del muelle que opera AES y rondas continuas de vehículos de la empresa St. James, compañía a cargo de la seguridad de AES en Guayama.

En uno de esos vehículos, el pasado 3 de abril una guardia de seguridad persiguió por 20 minutos a personal de La Perla del Sur a lo largo de un camino público. A preguntas del medio, la mujer guardia negó identificarse y dar explicaciones sobre su persecución.

El pasado lunes, La Perla del Sur y el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) también solicitaron a Amy Ackerman, gerente de Comunicaciones Externas de AES en Virginia, datos sobre la cantidad de cenizas enviadas a Jacksonville e información sobre su destino final en los Estados Unidos. Al cierre de edición, sin embargo, la ejecutiva no respondió al pedido.

 

Realidad inconveniente

Foto por Florentino Velázquez | La Perla del Sur

Barco Moku Pahu de Schuyler Line Navigation en la bahía Las Mareas.

“Es bien interesante que estén sacando las cenizas de Puerto Rico a escondidas, sin que nadie se entere, ya que a los ejecutivos y propagandistas de AES les encanta enviar comunicados de prensa, anunciando todo lo que están haciendo”, expresó sobre los hechos Víctor Alvarado Guzmán del Comité Diálogo Ambiental en Salinas.

“En este caso parece que a ellos no les conviene que la gente sepa que las cenizas sí se pueden exportar”, continuó.

“¿Por qué una noticia que es tan importante para Puerto Rico ellos la mantienen en silencio?”, cuestionó. “Sencillo. Porque ellos habían estado diciendo que eso iba a encarecer los costos y era algo imposible, lo que ya es otra falacia en la larga cadena de mentiras de AES. Acaban de demostrar que sí las pueden sacar”.

Según el contrato original entre AES y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) del 11 de octubre de 1994, la empresa garantizaba al gobierno que sacaría del país todas las cenizas de carbón que no pudiera comercializar. Tras el fracaso de esta gestión, ejecutivos de ambas partes plantearon por separado que resultaba oneroso exportar las 250 mil toneladas que AES produce anualmente en Guayama y que por eso fue necesario enmendar el acuerdo en julio de 2015, con lo cual cambiaron las reglas de juego y se permitió disponer legalmente del desecho en la isla.

“Pero independientemente exporten o empiecen cada cierto tiempo a exportar, la realidad es que tenemos una montaña repleta de cenizas en Guayama”, puntualizó por otra parte Yanina Moreno Febre, miembro portavoz del Campamento contra las Cenizas de Peñuelas.

Sobre esta montaña, la Agencia de Protección Ambiental federal (EPA, en inglés) advirtió en diciembre de 2016 que se trata de un vertedero abierto que está en incumplimiento y que las cenizas hidratadas que la empresa denomina Agremax no son un producto sino un desperdicio sólido.

Transcurrido un año de la amonestación escrita a AES, el montículo continúa en el lugar, a la intemperie y sin una cubierta que impida que los contaminantes del depósito se filtren a suelo y agua subterránea del área.

Precisamente, La Perla del Sur y el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) revelaron semanas atrás el contenido de un estudio pagado por AES y realizado por orden de la EPA, donde se evidencia que la montaña de cenizas está liberando metales pesados al agua subterránea y que esa contaminación ya se desplaza del lugar.

Otras dos millones de toneladas de cenizas de carbón han sido descartadas por AES desde el año 2004 sobre el suelo de 12 municipios de la isla, sin material protectivo que impida que los elementos tóxicos de las cenizas se transfieran a tierra y agua, mediante la lluvia o las escorrentías.

El desecho gris fue utilizado como relleno en proyectos residenciales y comerciales, además de carreteras y estanques de retención de agua en ciudades como San Juan, Caguas y Toa Alta. De igual modo, en Juncos, Ponce y Mayagüez.

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