La primera persona de ascendencia hispana que podría ponerse la toga en el Tribunal Supremo federal es una hija de boricuas que, como estudiante, teorizó sobre los acuerdos que Estados Unidos podría hacer con Puerto Rico si le concede la estadidad y, como juez, criticó severamente la inmoralidad que representa el actual sistema de financiamiento de campañas políticas con donativos privados.
Sonia Sotomayor Báez nació en Nueva York de padres puertorriqueños el 25 de junio de 1954. Su expediente como juez, primero de distrito y actualmente de apelaciones en el Segundo Circuito federal, revela una tendencia a ser revocada en aquellas de sus decisiones sobre las cuales el Supremo decide expresarse, pero no un contacto formal con el tema del status.
De hecho, durante una visita a la Isla a fines del mes de abril en la que se identificó como “nuyorican” de nacionalidad (vea historia relacionada) evitó contestar sobre temas políticos que el liderato senatorial novoprogresista le planteó en un encuentro protocolar.
Sin embargo, su carrera en el campo jurídico se ha desarrollado bajo el ala del también juez apelativo José Cabranes quien, antes de entrar a la judicatura, se involucró en la discusión del status desde el lado autonomista y fue director de la oficina de Puerto Rico en Washington bajo el ex gobernador Rafael Hernández Colón.
El expediente académico de Sotomayor refleja la autoría de dos artículos. En su último año en la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale, 1979, fue coautora de “Statehood and the Equal Footing Doctrine: The case for Puerto Rican seabed rights”. El escrito, relativamente breve para los estándares académicos, teoriza que, si Estados Unidos decide concederle la estadidad a la Isla, tiene la facultad, y obligación moral, de permitir que Puerto Rico se beneficie económicamente de la explotación de la superficie marina más allá de las aproximadamente 12 millas que se le reconocen actualmente.
La experiencia Americana con el colonialismo en la primera mitad de este siglo ha dejado a los Estados Unidos con la responsabilidad de varias dependencias pequeñas y económicamente pobres”, expuso como una de las bases para que se tenga esta deferencia con la Isla. También, apuntó que “es concebible que Puerto Rico se conforme con menos que la estadidad, si el acuerdo confiriera mayor autonomía que la que provee el estatus estadolibrista actual”.
Durante su visita a la Isla hace un mes como conferenciante de la Quinta Jornada Anual de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), Sotomayor tuvo que maniobrar con el tema del status. El licenciado William Ramírez, su anfitrión como director del capítulo local de la ACLU, recordó que la jueza le consultó sobre aceptar una invitación del Senado para un reconocimiento y aceptaron apegándose al carácter protocolar del evento.
El encuentro con el Presidente del Senado y miembros del cuerpo tuvo lugar en el Capitolio y se dio dentro de un marco “amistoso, de protocolo y de orgullo boricua”, según el también director de la clínica legal del Centro de Periodismo Investigativo (CPI). Sin entrar en detalles, Ramírez señaló que hubo intentos de hacerle planteamientos políticos a la jueza, “porque los políticos siempre tratan de hablar de política”, pero ella los eludió exitósamente.
De otro lado, el segundo artículo, “Returning Majesty To the Law and Politics: A Modern Approach”, es una adaptación de un discurso que pronunció en 1996 cuando servía como jueza de distrito y durante el cual argumentó fuertemente a favor de que se use la ética para adecentar tanto la práctica del derecho como la política.
En referencia a trámites cuestionables como los que luego permearon los hechos en las acusaciones contra el ex Gobernador Aníbal Acevedo Vilá, Sotomayor comentó que “nosotros nunca condonaríamos regalos privados a jueces que estén por decidir un caso que implique los intereses del que le hizo el regalo”. “Sin embargo, nuestro sistema de financiamiento electoral permite extensamente el financiamiento privado, incluso corporativo, de las campañas de los candidatos, levantando vez tras vez el cuestionamiento de qué diferencia hay entre una contribución y un soborno, y de cómo los legisladores y funcionarios pueden operar objetivamente en favor del electorado. ¿Pueden los oficiales electos decir con credibilidad que están descargando el mandato de una sociedad ‘democrática’, en representación sólo del bien común, cuando el dinero privado juega un papel tan grande en sus campañas?”, expuso la jueza quien fue directora ejecutiva de la Junta Reglamentadora de Financiamiento de Campaña de la ciudad de Nueva York.
“El fracaso repetido (en la fiscalización de los regalos y donativos a candidatos) ha perjudicado grandemente la confianza pública en los funcionarios y ha exacerbado la percepción del público de que los funcionarios públicos no han encontrado todavía una regla moral superior para medir sus conductas”, concluyó a la vez que remachó con la observación de que “pocas legislatuas, incluyendo el Congreso federal, están preparadas para que sus finanzas electorales sean monitoreadas por un ente objetivo y genuinamente no partidista”.
El promedio de bateo
El historial refleja que, de 14 decisiones suyas identificadas hasta ahora en las que el Alto Foro decidió expresarse, la revocaron en ocho, la sostuvo en cuatro, y está pendiente de decisión en otras dos. Los periodistas que cubren Casa Blanca cuestionaron ayer al portavoz presidencial sobre este récord pero el funcionario se concentró en utilizar el número más grande de casos suyos que llegaron al Supremo sin que ese cuerpo se expresara, 380, para argumentar que no les preocupaba ese promedio.
Lo que Sonia llevará al Tribunal, entonces, no es solo el conocimiento y la experiencia adquirida a lo largo de una carrera legal brillante, sino también la sabiduría acumulada a lo largo de una jornada de vida inspiradora”, resumió el Presidente Barack Obama al anunciar la nominación. “Escogí ser abogada, y luego jueza, porque encuentro retos interminables en las complejidades de la ley. Creo firmemente en la letra de la ley como el fundamento de todos nuestros derechos básicos”, subrayó la nominada en la ceremonia a la vez que apuntó que “me esfuerzo para nunca olvidar las consecuencias que mis decisiones tendrán en el mundo real para individuos, negocios y el gobierno”.
“No pierdo de vista de que (los casos) son importantes, pero tampoco pierdo de vista que el 95 porciento de los casos ante los jueces son de asuntos bastante mundanos. No todos los días llegan casos que estremecen el mundo. Pero el mundo de los litigantes se estremece por su caso, y tampoco pierdo eso de vista”, dijo en ocasión de su primer nombramiento al tribunal federal en Nueva York.
Tras graduarse, Sotomayor trabajó como fiscal de crímenes violentos, en 1984 entró a la práctica privada en el bufete Pavía & Harcourt manejando asuntos corporativos y litigios internacionales, el Presidente George H. W. Bush la nominó para jueza de distrito en 1991, y en 1997 el Presidente Bill Clinton la nominó para la silla de apelaciones que ocupa hasta el momento.
Algunos de sus casos
-Ha ordenado la publicación de la nota suicida del ex asesor de Casa Blanca Vincent Foster sobre la base de que el interés público pesaba más que la privacidad de la familia Foster.
-Ordenó que a los presos se le permita tener cuentas de Santería en sus cinturones.
-Revocó una orden de mordaza que prohibía a la prensa publicar los nombres de los jurados, potenciales y finales, en el juicio de un ejecutivo bancario.
-En uno de los casos que tiene pendiente de resolución ante el Supremo, apoyó que New Haven descartara los resultados de un examen de ascensos de bomberos porque la mayoría de los que obtuvieron un ascenso fueron blancos.
-El Supremo la revocó cuando decidió que la Agencia Federal de Protección Ambiental no podía aplicar un análisis de costos a la hora de decidir sobre la tecnología que se usaría para limitar el impacto ambiental de las plantas generatrices en los cuerpos de agua circundantes.
-El Supremo la revocó cuando determinó que algunas demandas sobre fraude en inversiones podían ser presentadas en el tribunal estatal en vez de en el federal.
-El Supremo la sostuvo cuando decidió que un seguro no podía pretender que los herederos de un beneficiario devolvieran la compensación que su pariente recibió porque, en un juicio separado, la viuda de éste hubiera recibido una compensación de parte de los que causaron las heridas.
-El Supremo la revocó cuando decidió que un prisionero podía demandar por violación de derechos civiles al operador privado de la instalación carcelaria federal en la que residía.
-El Supremo revocó su decisión como juez de instancia de evitar que un grupo de agentes independientes cobrara al periódico The New York Times las regalías que les debían por el uso de sus trabajos en los archivos electrónicos.
-Falló en contra de los activistas que favorecen el derecho de la mujer a abortar cuando éstos quisieron retar la política gubernamental de asignar ayudas económicas en el área reproductiva sólo a países que prohiban el aborto.
-En lo que probablemente sea su determinación más famosa, emitió un interdicto en contra de Major League Baseball para acabar la huelga de jugadores que provocó la cancelación de la Serie Mundial en 1994.
La esfera íntima
A Sotomayor la acompañó en Casa Blanca su familia inmediata, su madre Celina, padrastro Omar López, hermano Juan, cuñada Tracey, y sobrinos Kylie, Conner y Corey, pero también tiene una familia extendida en el oeste de la Isla a la que visita regularmente.
Su madre, una enfermera, es su ejemplo en la vida real y la detective juvenil Nancy Drew y el abogado televisivo Perry Mason son sus modelos en la ficción. Le gusta escaparse de vez en cuando a ver juegos de los New York Yankees y escuchar rock suave.
Ha dicho que su peor obstáculo en la universidad fue su incapacidad de redactar correctamente en inglés lo que, en su mente, razonaba en español. Asegura que recibir el premio más prestigioso de la facultad el día de su graduación era un reconocimiento a todos los estudiantes del “tercer mundo” que tienen que enfrentar ese tipo de obstáculo.
En 1976, mientras estudiaba, se casó con Kevin E. Noonan y en 1983 se divorciaron sin tener hijos. La jueza ha presentado formalmente a otras parejas en algunas funciones sociales pero no se ha vuelto a casar.
Según un perfil de The New York Times, vive modestamente y sus informes financieros, que en la jurisdicción federal son públicos en el caso de los jueces pero en la de Puerto Rico son confidenciales, no refleja activos importantes. Para el 2007, reportó sólo una cuenta de cheques y una de ahorros en el Citibank con valor combinado de entre $50,000 y $115,000, y en años anteriores había reportado valor en la cuenta tan bajo como $30,000.
Ramírez, a quien la jueza le insinuó el viernes pasado durante un almuerzo que la nominación era segura, enfatizó que “aquí lo más importante es que esta juez, aunque se habla de que es mujer, latina, y puertorriqueña, llena un vacío en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos porque pasará a ser la voz de los obreros y de la clase pobre”.
“Va al Tribunal Supremo con una sencillez y humildad de entender lo que esta pasando una persona trabajadora. Ella no se presenta como juez ni nada de eso. Ella se presenta como Sonia y ya”, comentó.
Enlaces:
–Vídeo biográfico que preparó la Law School Admission Council
–Comunicado oficial de Casa Blanca
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Lunes 01 de Junio de 2009 | Oscar J. Serrano