Justo después de que el Gobernador y el Superintendente se reunieran con el Comisionado de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly la semana pasada, el diario neoyorquino Village Voice publicó una investigación sobre cómo ese cuerpo estuvo dos años encubriendo la golpiza que 10 de sus agentes le dieron a un taxista.
Además, la investigación arrojó que el único oficial que intervino la noche del evento para evitar la golpiza fue esposado, procesado administrativamente, despojado de su placa y arma, y relegado a tareas de escritorio por dos años. Los agentes estaban francos de servicio, aparentemente borrachos y en compañía de un supervisor que no hizo nada para detener la golpiza y que nunca ha tenido que responder internamente por ello.
El Gobernador Luis Fortuño y el Superintendente José Figueroa Sancha llevan meses indicando que están en conversaciones con la policía de Nueva York para implantar aquí los procedimientos y protocolos de allá. Todo esto en el marco de una investigación federal que, según revelaron el Centro de Periodismo Investigativo y el periódico Claridad, podría resultar de un momento a otro en una demanda federal por violación de derechos civiles y en que la Policía de Puerto Rico sea colocada en un tipo de sindicatura.
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New York’s Finest Police Cover-Up