Poca regulación de hogares sustitutos abre espacio a la trata y explotación

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Puerto Rico refleja niveles altísimos de casos de maltrato de menores en los que el Departamento de la Familia desconoce qué fue lo que sufrió la víctima o cuál fue el desenlace de la investigación, según estadísticas del Gobierno federal.

Esto apunta a procedimientos inadecuados para manejar el problema de maltrato de menores, y a una incidencia de desconocimiento o dejadez entre el personal de Familia que puede abrir espacio para la corrupción, el sufrimiento en silencio de las víctimas, y la impunidad de los que cometen actos abusivos.

Hasta hace poco, el archivo de hogares sustitutos se manejaba manualmente. Hace tres años el educador Justo Méndez Arámburu, director del proyecto de rescate de menores Nuestra Escuela, tuvo ocasión de ofrecer su hogar para que cuatro de ocho hermanos se pudieran mantener juntos tras ser removidos de su hogar biológico. Familia pagaba $1,200 mensuales por los cuatro menores y siguió pagándolos cuando los menores ya no estaban en casa de Méndez.

“A los cuatro meses vino una trabajadora social a conocer la situación y le dijimos que llevábamos cuatro meses sin ellos. Salimos a devolverle los cheques, lo cual fue una enorme sorpresa (para ella) porque nos dice que eso nunca sucede. Le devolvimos $4,800. Si en aquella ocasión no sabían dónde estaban los niños viviendo, mucho menos iban a saber cómo estaban viviendo”, relató Méndez.

Los hogares de crianza son, por naturaleza, remedios temporeros que, por los problemas de Familia, se convierten en experiencias permanentes. Incluso, los menores llegan a pasar de hogar en hogar sufriendo problemas similares en cada uno. Familia tampoco ha sido efectiva en detectar cuándo el problema está en el hogar, en vez de en el menor.

“Tenemos niñas y niños que han sido violados en hogares de crianza, que son maltratados, y en gran medida esto luce ser un negocio para estas personas que los tienen y nos cuentan los niños y niñas que ellos se quejan y, en ocasiones, las menos, se les hace caso, y en la mayoría de las ocasiones, les dicen que son cosas de ellos. Se entiende que es un problema de conducta del niño, por lo tanto, lo remueven a otro hogar, no siempre se entiende que es un problema del hogar”, añadió Méndez.

El Sistema Nacional de Datos sobre Abuso y Negligencia de Menores (NCANDS por sus siglas en inglés) contiene datos para 2009 que revelan cómo funciona Familia. Puerto Rico resultó tener uno de los equipos de investigación de casos más grande de Estados Unidos, con 626 trabajadores, pero una de las proporciones más bajas de casos resueltos por cada trabajador, con 32.

Entre las jurisdicciones evaluadas, la Isla también reflejó el mayor número de casos de maltrato a menores cuya causa es “desconocida”. Puerto Rico informó que en 2009, de 11,136 víctimas, 1,764 sufrían un tipo de maltrato que no era psicológico, sexual, negligencia médica, físico, ni negligencia, sino “desconocido”. Ninguna otra jurisdicción tuvo un número tan alto.

Otro renglón interesante es el resultado de los casos. Un caso de maltrato puede tener un resultado de “comprobado”, “no comprobado”, “intencionalmente falso”, “sin hallazgo”, o “desconocido”. En 2009 la Isla quedó con el mayor número de casos de resultado “desconocido” con 3,879.

Además de las estadísticas de NCANDS, la Fundación Ricky Martin abona que estas ineficiencias operacionales sirven para ocultar conductas abusivas que en la Isla no están recogidas adecuadamente en el Código Penal y que en el resto del mundo se conocen como trata.

“Familia tiene un protocolo, primero que nada, impreciso para clasificar el fenómeno social que vive Puerto Rico en estos momentos”, declaró el Dr. César Rey, presidente de la Fundación y autor del estudio. “La situación de los niños y niñas en este país es dramática, es desconocida, y es abusiva”, afirmó al repasar los hallazgos de la investigación de tres años que está comenzando a rendir frutos en la forma de adiestramientos al personal de Familia, en el desarrollo de nuevos protocolos y en la redacción de proyectos de ley que atiendan la trata, incluyendo la de menores, como una conducta criminal específica.

En la trata, explicó, “siempre la mercancía es un ser humano, por definición es la esclavitud moderna”. Como ejemplo, ofreció el que una mujer permita que un hombre tenga relaciones sexuales con su hija menor de edad a cambio de dinero para suplirse su vicio de droga. Hasta ahora, eso sólo provocaría el delito de violación para el hombre y maltrato para la mujer, pero ha ocurrido una transacción comercial que también es delictiva y que en este momento quedaría impune.

La actual secretaria de la Familia, y una ex jefa de la agencia, reconocieron los problemas y vulnerabilidades del sistema de hogares sustitutos pero reaccionaron con enfoques distintos.

“Encontramos la triste realidad de que habían cajas de zapatos llenas de referidos y querellas de maltrato que no se habían atendido… habían muchos hogares de crianza que no habían sido visitados por años”, reconoció Yolanda Zayas, jefa de Familia durante la Administración Calderón. Zayas aseguró que se hicieron esfuerzos por actualizar los protocolos y darles un enfoque basado en la calidad humana del hogar en vez de en sus cualidades físicas. Enfatizó en que conseguir hogares sustitutos no es fácil y que la mayoría no tienen problemas de abuso, ni están encabezados por personas que los manejen como un negocio.

La actual secretaria, Yanitzia Irizarry, dijo que están trabajando con la Fundación Ricky Martin para mejorar los protocolos, reconoció que el sistema de hogares sustitutos “creció a una proporción que se hacía difícil controlar”, y denunció que, en efecto, hay personas que manejan hogares de crianza como un negocio.

Una de las soluciones a las que más están apostando es acelerar los procesos para que niños en hogares de crianza puedan ser adoptados. Resalta que, en ese esfuerzo, son pocos los hogares sustitutos que han querido convertirse en hogares adoptivos, un cambio que implica que Familia ya no va a estar pagando mensualidades para el sustento de ese menor. Estimó que en abril de 2009 había unos 2,684 hogares de crianza y ahora hay unos 2000. En este año, unos 275 menores que estaban en hogares de crianza fueron dados en adopción y otros 300 volvieron al hogar biológico con padres o familiares.
Todo este movimiento representa un ahorro para el Departamento también ya que, por cada niño, la mensualidad mínima es $400 y, en casos en los que media cuidado médico especializado, el pago puede ser de hasta $6,000 mensuales.

Testimonio de explotación sexual en hogar sustituto*

*Publicado originalmente en la edición de enero de 2011 del periódico Puerto Rico Cooperativista

Vea:
Informe del Sistema Nacional de Datos sobre Abuso y Negligencia de Menores
Informe de la Fundación Ricky Martin

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