Cambio de ley benefició a Primera Dama

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El gobernador Luis Fortuño firmó una ley promovida por los legisladores de su partido que tuvo el efecto de garantizar que los notarios cobraran mínimo $250 por cada cancelación de hipoteca, el mismo trámite que compone casi la totalidad del trabajo de su esposa, la notaria Luz Eufemia Vela Gutiérrez.
A las cancelaciones de hipoteca les solía aplicar un honorario del 1%  del monto de la transacción, pero en la práctica eso pocas veces se cumplía porque es un negocio dominado por bancos que distribuían su volumen de casos a los notarios, según una compensación negociada.
En 2008, la Administración Acevedo Vilá firmó un proyecto del presidente cameral novoprogresista José Aponte para que ese arancel se respetara. Menos de un año después, la recién estrenada Administración Fortuño enmendó la ley para bajar el arancel a 0.5%, y para ponerle un mínimo de $250 a las cancelaciones de hipoteca que antes no estaban sujetas a ningún mínimo. Ese mínimo fue un elemento nuevo que se introdujo en el proyecto de los representantes novoprogresistas Liza Fernández, Ángel Pérez, y, la presidenta del cuerpo, Jennifer González.
Según la Oficina de Inspección de Notarias (ODIN), la cancelación de hipotecas ha sido el instrumento principal de trabajo de la notaria Vela, pero, particularmente desde el 2006, se ha convertido en casi el único trámite que realiza. Según fuentes expertas en la práctica notarial, la cancelación es “lo más sencillo, lo más lucrativo, y lo menos riesgoso” en el ámbito hipotecario.
La estadística indica que la notario #8,652 tuvo un brinco en el ritmo de cancelaciones de 169 en 2004 a 601 en 2005, cuando fue a vivir a Washington como esposa del Comisionado Residente. Desde entonces, nunca ha realizado menos de 681 cancelaciones al año, con 984 en 2006, y 997 en 2009. De hecho, el año pasado, y en medio de la debacle en el mercado hipotecario, fue la notaria, o notario, que más cancelaciones tramitó en toda la Isla. El año de más actividad, 1,006 instrumentos, coincide con el primer año de su esposo en la gobernación.
En la práctica de la notaría, la cancelación de hipoteca es un trabajo casi exclusivamente controlado por los bancos, quienes tiene el volumen de casos que permite que los notarios escogidos por el banco puedan dedicarse de lleno a ese trámite. Desde el 2006, y como comisionado residente, Fortuño está en posición de velar por los intereses en Washington de varios sectores industriales de la Isla, incluyendo los bancos. Desde el 2009, es el jefe del regulador de los bancos en Puerto Rico, el Comisionado de Instituciones Financieras.
Como quedó la ley, el pago por una cancelación está abierto también a la negociación de las partes, con el resultado posible que a un notario se le pague más del 0.5%, pero en todo caso nunca menos del nuevo mínimo de $250.
El único lugar donde se puede confirmar de forma oficial y centralizada quiénes fueron los clientes de la notaria Vela son sus índices notariales. Esto es el resumen mensual que todos los notarios someten a ODIN dando cuenta de quiénes fueron las partes que comparecieron a firmar en el instrumento de cancelación. Pero, específicamente desde 2008 y en una movida que muchos han asociado a la campaña eleccionaria y los cuestionamientos sobre Vela, el Juez Presidente Federico Hernández Denton emitió una orden administrativa para que ahora sólo las “partes interesadas” puedan examinar esos índices.
El presidente del Instituto del Notariado, Lcdo. Luis Colón Ramery, reaccionó que la controversia sobre Vela le tiene preocupado porque él representa a los notarios y “están atacando a una notaria”. Pero contestó preguntas sobre lo que es la práctica y subrayó que el acto de cancelar una hipoteca requiere que el notario esté presente en el momento en el que las partes van a realizar el acto porque, según reiterado en un caso del Tribunal Supremo de diciembre de 2010, tiene la obligación de orientar, contestar preguntas, y verificar que se hayan cumplido los requisitos de ley.
Según la estadística, en 2009 Vela realizó casi tres cancelaciones en cada uno de los 365 días del año, sin dejar espacio a días feriados, fines de semana, o viajes fuera del país.

Vea:
Estadística de la notaria Luz Eufemia Vela Gutiérrez

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