Doug Mayorga se pasó toda la mañana subiendo y bajando de la tarima, entrando y saliendo del salón. Parecía el animador de un programa de televisión donde el público podría ganarse un gran premio. Pero este evento no se transmite por ningún canal. Es exclusivo y tiene lugar en un salón del segundo piso del hotel Vanderbilt en Condado. La actividad se llama Rebuild Puerto Rico: The Economic Summit.
Mayorga lleva esmoquin azul marino con lazo rojo. Además de animador innato es el director ejecutivo de la Cámara de Comercio de las Minorías, con sede en Miami, que organiza este evento donde funcionarios del gobierno local y federal harán presentaciones para empresarios que interesan llevarse contratos para trabajos relacionados a la devastación que dejó el huracán María.
Entré al salón a las 8:27 am de ese viernes, 3 de noviembre, y Mayorga fue directo a donde mí. Miró el carnet de prensa y preguntó si estaba registrado para el evento. No lo estaba. Me enteré la noche antes, cuando llegó un correo electrónico de La Fortaleza con la agenda del gobernador para el día siguiente y decía que estaría aquí, a las 12 del mediodía, le expliqué a Mayorga.
“Lo que pasa es que esto es una actividad muy sensitiva”, dijo con cara de pena y poniéndome la mano en el hombro, como esperando que me diera la vuelta y saliera del salón.
Pero aquí va a estar el gobernador, el director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), el de la Autoridad de Energía Eléctrica y otros funcionarios públicos, y creo que también debería estar la prensa, le dije. A esa hora en la sala no había presencia de periodistas.
“Está bien, está bien, siéntese donde quiera”, dijo resignado, y me abrió paso al salón de manteles blancos y lámparas colgantes. Me senté en una de las mesas como un invitado más, llegó un mozo y colocó una botella con agua fría y copas con hielo, todo un lujo en estos tiempos huracanados.
Y allí estaba, en la mesa contigua, el director de FEMA para el Caribe, Alejandro De La Campa. Se le veía muy diferente a las primeras semanas post María, cuando entraba y salía del Centro de Convenciones con uniforme de emergencia, en mahones, con gorra y polo de FEMA. En las conferencias de prensa junto al gobernador, se paraba derecho, trinco, con las manos cruzadas detrás de la espalda, esperando que alguien de la prensa le lanzara una pregunta. Pero aquí, en esta sala de hotel, se le ve relajado, en gabán, café en mano, moviéndose por entre las mesas y charlando con los invitados.
Hasta que por fin subió a tarima el primer participante del evento: Bill Kress, jefe de relaciones públicas de la Cámara de Comercio de las Minorías o MCC (Minority Chamber of Commerce). Hizo una presentación breve, donde dejó sentir el espíritu de la organización a la que representa, y quizá el de muchos de los invitados.
“Hay un dicho que dice, y muchos de ustedes aquí seguramente lo conocen, que cuando una puerta se cierra otra se abre. Pero en el caso de Puerto Rico sería más apropiado decir que cuando una puerta es arrancada, con todo y techo… y no me refiero a estar contentos por esta situación terrible por la que está pasando la gente de Puerto Rico, pero estamos aquí para comenzar el proceso de abrir puertas. Unir fuerzas entre lo público y lo privado con el objetivo de comenzar el proceso de reconstruir la economía y la infraestructura física”, dijo Kress, en inglés. Y en inglés serían todas las presentaciones.
Mayorga tomó el micrófono para seguir animando, y dijo “¿Por qué invertir en Puerto Rico? Bueno, este es el momento para las inversiones, de tomar ventaja de esto, para producir y crear oportunidades para invertir en Puerto Rico”.
En este punto, comencé a entender a lo que se refería Mayorga cuando dijo que esto era una actividad sensitiva.
Uno de los participantes de la mañana fue el economista Joaquín Villamil, según Mayorga asesor económico de la MCC. Presidente de la firma Estudios Técnicos, Villamil fue contratado en 2016 por el gobierno de García Padilla para evaluar los resultados de las leyes de exenciones contributivas 20 y 22, parte integral de la política económica de ésta y la pasada administración.
Villamil hizo una presentación preliminar del costo económico que tendrán los daños causados por el huracán. Comparó a María con el huracán Georges de 1998, que costó $5,678 millones en daños, versus María que se espera que cueste de $16,000 millones a $20,000 millones, según Villamil. Informes menos optimistas elevan la cifra a $95,000 millones. Luego habló de las perspectivas de crecimiento económico, de las oportunidades a corto plazo para las industrias de la “energía alternativa”, de los préstamos para reconstrucción, las aseguradoras y de las organizaciones sin fines de lucro. Después habló de las oportunidades a largo plazo y de las políticas de esta administración. Resaltó las Alianzas Público Privadas, recomendó la revisión de la política energética, mencionó las oportunidades para la agroindustria en la exportación y el rol clave las tecnologías de la información en el futuro del desarrollo económico. También mencionó que el Plan Fiscal debe ser modificado y que la “Junta de Control Fiscal tendrá que venir con un rol distinto… Tiene que moverse de la austeridad a una actitud diferente en las decisiones económicas”.
Manuel Laboy, secretario del Departamento de Desarrollo Económico, comenzó su presentación anunciando que le había llegado la luz la noche anterior. Aplausos: “estamos progresando, poco a poco”.
“Tenemos que hablar sobre el bienestar económico después de María. El bienestar de la economía era un problema crítico antes de esta tormenta. Pero creo que esta es una oportunidad interesante después de la tormenta. También tenemos que hablar de la necesidad del crecimiento económico sostenido y de largo plazo para Puerto Rico”, comenzó Laboy.
El secretario, como casi todos los invitados, presentó un Power Point en una pantalla gigante.
“¿Cuál es el mensaje que tratamos de llevar justo antes de Irma y María? Que el paraíso funciona”, dijo en inglés, usando la frase Paradise Performs. “Puerto Rico es un paraíso tropical y hemos estado llevando el mensaje al mundo de que se pueden hacer grandes negocios en Puerto Rico… Y luego tuvimos estos dos huracanes, en especial María. Pero tengo que decir que esto no ha cambiado. Lo que ha cambiado es que nosotros estamos enfrentando el desastre natural más fuerte en años, que estamos enfrentando, ustedes saben, la realidad del estatus real de la infraestructura de Puerto Rico, y tenemos que enfrentar eso también. Pero para que Puerto Rico se mueva adelante, tiene que ser un gran lugar para negocios y necesitamos perform. Esa, en dos palabras, es la misión”.
Según el secretario, entre octubre y noviembre estamos en un proceso de alivio (relief), de noviembre a diciembre entramos a la fase de reconectar y reconstruir, para finalmente, en 2018, entrar a la fase del re lanzamiento, Relaunch. Como una marca, un producto que vuelve al mercado.
Uno se puede imaginar, viendo estas presentaciones, que en el Departamento de Desarrollo Económico y en el gabinete ejecutivo en general trabajan más graduados de publicidad y marketing que de política pública y economía. Es en este tipo de actividades de hotel en donde los funcionarios públicos despliegan de forma espectacular su rol de facilitadores del sector privado, seduciéndolos con su propio lenguaje publicitario de gráficas y eslóganes.
“Paradise Performs es un eslogan que vamos a perseguir aquí con todos nuestros recursos… No sé si alguno de ustedes vio el video que hicimos como parte de nuestra propuesta a Amazon. Los exhorto a ver el vídeo”.
“¿Alguna pregunta para el secretario?”, dijo Mayorga.
“Secretario, quisiera saber si hay información sobre cuántos negocios han cerrado y cuántos empleos se han perdido a partir del huracán María”, pregunté en español desde el final de la sala, con la ayuda de Mayorga, quien sostenía el micrófono y traducía la contestación al español.
“Esa es una excelente pregunta. Estamos preparando un informe para el gobernador, cuyo primer borrador esperamos someter probablemente la próxima semana. Y estamos mirando a todos los sectores, manufactura, estamos mirando, tú sabes, el comercio, pequeños y medianos negocios, a todos los sectores específicos como la industria del cine, el turismo, las bienes raíces. Así que estamos trabajando en conjunto con algunos de estos índices, y habrá un informe cuyo primer borrador lo someteremos al gobernador probablemente la próxima semana”.
“Gracias”.
Aplausos.
“Ahora tengo el placer de presentar a mister Alejandro De La Campa, el director de FEMA, región 2 de los Estados Unidos. Gracias señor por la oportunidad”, dijo Mayorga.
En la agenda, la presentación de De La Campa llevaba por título “An Overview: Doing business with FEMA”. Comenzó con un resumen de las operaciones de la agencia federal en Puerto Rico y el Caribe. Luego habló de los programas de asistencia financiera de FEMA, con los que “habrá oportunidades para negocios y contrataciones específicamente con los municipios y las agencias del gobierno”. La presentación terminó con el tema de mitigación de daños y sobre “cómo debemos desarrollar una ‘cultura de resiliencia’ para el futuro de Puerto Rico si queremos evitar algunas de las escenas que sucedieron durante el huracán María”.
De La Campa señaló que de acuerdo al Censo de 2010, 1.3 millones de habitantes viven en áreas costeras, que 320,027 viven en áreas inundables y que un alto número de residentes construyen sin seguir reglas de construcción.
Pero mientras por un lado los funcionarios del gobierno hablan de “resiliencia”, mitigación y de reconstruir mejor para evitar daños, por el otro impulsan la desreglamentación y la otorgación de permisos de construcción fast track.
“¿Alguna pregunta para De La Campa?”, dijo Mayorga.
“El 6 de octubre la Junta de Planificación y la Oficina de Gerencia de Permisos firmaron una orden administrativa donde se exime a las empresas de cumplir con los reglamentos ordinarios de construcción, incluyendo la evaluación ambiental. ¿Cómo ese tipo de reglamentación puede afectar lo que está hablando de una reconstrucción que sea más resistente y más segura ante una emergencia como un huracán?”, pregunté
“Creo que tú contestaste la pregunta, y no estoy familiarizado con la reglamentación que mencionas, pero creo que eso es para la misión de emergencia. De lo que estamos hablando aquí y lo que dije del código de construcción, es para trabajo permanente. Creo que a lo que tú te refieres es solo para la emergencia a la que estamos respondiendo con nuestras operaciones”, contestó De La Campa.
Aplausos.
Los mozos volvieron a llenar las copas de agua. De fondo sonaba una versión instrumental easy listening de Ain’t no sunshine (when she’s gone). Luego vino la participación de Jeffrey Lau, comisionado de la Administración de Servicios Generales de Estados Unidos, seguido de una breve intervención de la senadora Zoé Laboy, quien resaltó la importancia de la colaboración entre el sector público y el privado, y el rol de la Asociación de Industriales.
“Cada vez que me invitan a un evento como este me emociono mucho. Creo que debería comenzar diciendo primero que nada gracias al presidente de la Asociación de Industriales, mi muy buen amigo, Rodrigo Masses, por la invitación al Summit de la Cámara de Comercio de las Minorías… Saben que pueden contar conmigo, Zoé Laboy; de hecho pueden contar con el gobierno de Puerto Rico para colaborar de cerca, para que podamos alcanzar nuestras metas”.
La administración de Rosselló aprobó una de las medidas por las que la Asociación de Industriales ha cabildeado por muchos años: la llamada “reforma laboral” que eliminó derechos a los empleados del sector privado para beneficiar a los patronos. Pero sobre esta y otras políticas hablaría más el propio gobernador, quien entró sin previo aviso, a las 11:49, por la esquina del salón, escoltado por un séquito de su oficina de prensa, hasta subirse rápidamente a la tarima.
Aplausos.
“Cuando comenzamos queríamos reformas en el sector público para que pudiéramos alcanzar los máximos beneficios para la gente de Puerto Rico. Inmediatamente después que comenzamos nuestra administración firmamos una nueva ley de Alianzas Público Privadas que le dio a Puerto Rico lo que pienso que es un parámetro de oro… Rápido después de eso activamos una nueva ley laboral en Puerto Rico que se había estado impulsando por la última década y nosotros la logramos en meses. También enmendamos leyes para hacer a Puerto Rico más competitivo en los frentes de innovación y para que podamos traer más stakeholders a Puerto Rico y podamos promover la exportación para el crecimiento económico. Externalizamos trabajos que se hacían por el gobierno en el pasado pero que pensamos que no eran exitosos y que deberían estar en manos privadas, como la promoción de Puerto Rico como un destino turístico, así como la promoción de Puerto Rico como un destino de inversión. Creamos dos entidades para eso”.
“Ya hemos demostrado en el corto tiempo que llevamos en la administración, que estamos comprometidos a trabajar con el sector privado para que ustedes puedan crecer. Ahora, no estamos solo haciendo la evaluación de daños, sino también trazando el camino de cómo debe ser Puerto Rico. Y lo estamos diseñando de una forma donde tienen que ser parte de esa reconstrucción”, dijo Rosselló a los empresarios del público.
“Puerto Rico está abierto a negocios y los próximos meses van a ser críticos. Una de las piezas claves de este redesarrollo de Puerto Rico es las acciones que tomará el Congreso… Cómo usamos ese capital, como lo estructuramos, como abrimos oportunidades que estaban cerradas antes y que permitirían a Puerto Rico tener un renacimiento bigger, better, stronger”.
“Les pedimos primero que nada su ayuda en esa discusión. Sabemos que tienen sus conexiones en Washington. Ayúdenos a obtener los recursos que son apropiados para Puerto Rico, no más que para otros estados, no menos que para otros estados, pero igual. Les pido que sean parte de la visión progresiva del plan de cinco a diez años que tenemos para Puerto Rico… Quiero estar seguro de que en cinco años todos estos stakeholders aquí, todos los stakeholders en cualquier lugar, podamos unirnos”.
Cuando terminó Rosselló, Mayorga subió a la tarima, le tomaron varias fotos con él, y luego le hizo entrega de una medalla: un reconocimiento como “Hombre del Año”, “por su amor y gran esfuerzo para que Puerto Rico ‘Eche pa’lante’, y su dedicación continua como servidor público, siendo un símbolo de sabiduría y valor ante los grandes obstáculos que se ha enfrentado. Es un gran honor para nuestra entidad”, escribió la MCC más tarde en Facebook.
Antes de salir de allí, escuché a Mayorga decir desde la tarima: “Ahora mismo Puerto Rico es un pez grande (a big fish), y tenemos que tomar ventaja de esto”.