Jon Lee Anderson: testigo de la guerra que quiere “incomodar”

El famoso escritor y periodista Jon Lee Anderson, que cubre conflictos en Oriente Próximo y escribió el guión de la película del Che, viene a la Isla a ofrecer una conferencia magistral en el Museo de Arte de Puerto Rico invitado por el Centro de Periodismo Investigativo el martes próximo. Anderson fue entrevistado por el reportero Eliván Martínez Mercado desde Ciudad México y nos adelanta algunos de los interesantísimos cuentos de la vida de este fascinante personaje. Lee la entrevista completa aquí.

The “Gorilla” signs a dubious agreement in Ponce, Puerto Rico

When he visited Ponce last July, 39-year-old entrepreneur Felix Mostelac, dressed in an elegant blue Giorgio Armani suit to project an image of power, boasted of his alleged success in making money and chewed on a Cuban cigar in order to finish impressing his partners. In a series of meetings in which even politicians like Ponce Mayor Maria Melendez and former Gov. Rafael Hernandez Colon participated, Mostelac boasted of juicy commercial relations with the countries of Mercosur, the common market between Argentina, Brazil, Paraguay and Uruguay. “The Duke” carried a Louis Vuitton briefcase in which he supposedly carried a laptop, but that was just one of his props, because what he always carried in it was a book, according to Barbara Hernandez, the Cuban public relations officer who worked with Mostelac for six months. He did not use a portable computer but rather a Blackberry mobile telephone to send messages to his subordinates to have them work for him. Miguel Lujan Paletta, president of the Chamber of Commerce of Mercosur and the Americas, based in Sao Paulo, Brazil, confirmed that legal actions are being taken against the entrepreneur, who was their representative in Miami, for allegations of fraud, abuse of his authority and irregularities in collecting membership dues, among other supposed tricks.

El riesgo principal del escrutinio electrónico: los de adentro

La escritora y activista Bev Harris ha usado el bisturí de la investigación para destripar sistemas de voto y de escrutinio electrónico en Estados Unidos, para diagnosticar casos de fraude electoral. Y ahora se ríe para no llorar. Se ha enterado de que el debate principal en la Isla en torno a la implantación del primer escrutinio electrónico se centra, según ella, en una “tontería”: el requisito de una certificación federal de la empresa que dé el servicio. “Me siento triste al decirte esto, pero la US Election Assistance Commission no tiene ninguna credibilidad certificando máquinas”, aseguró Harris, directora de la organización independiente Black Box Voting, que vigila los procesos electorales en Estados Unidos. Y es que Election Assistance Commission no mide la capacidad de las máquinas y del software para evitar que quienes administren las elecciones se las roben.

Presunto diplomático tima a funcionarios y empresarios del sur

Félix Mostelac
El empresario Félix Mostelac, de 39 años, presumió de su alegado éxito para ganar dinero, vistió un elegante traje Giorgio Armani azul para deslumbrar, y mordió un habano por aquello de terminar de impresionar a sus interlocutores, cuando visitó Ponce en julio pasado. Durante varias reuniones en las que participaron hasta políticos como la alcaldesa ponceña María Meléndez, y el ex gobernador Rafael Hernández Colón, presumió de jugosas relaciones comerciales con el grupo de países de Mercosur, el mercado común entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Nunca imaginaron los anfitriones boricuas la verdad de Mostelac, quien ha dejado una estela de presuntas estafas por cientos de miles de dólares en varios países de América Latina y Estados Unidos. El llamado “El Duque” cargaba un maletín marca Louis Vuitton donde supuestamente llevaba una laptop, pero eso era parte de su montaje escénico, porque siempre, lo que llevaba en el maletín era un libro, según Bárbara Hernández, la relacionista público cubana que trabajó por seis meses con él. Mostelac no usaba computadora portátil, sino una Blackberry para enviar mensajes a sus subordinados para que trabajaran por él.