Opinión
El caso del niño Lorenzo y el acceso de las cámaras a los tribunales de Puerto Rico
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No es motivo de orgullo que, en pleno siglo XXI, la prensa tuvo que hacer su trabajo utilizando las formas tradicionales que existían en el siglo XX para contar una historia judicial prominente. Esta precariedad periodística ya no se puede sostener en un país que hace tiempo valora la realidad mediante las nuevas formas narrativas digitales y multimediales que permiten la circulación de las mil y una versiones de los hechos mientras están ocurriendo, incluyendo las sensacionalistas y chismográficas; con las que es tan difícil competir sin imágenes ni sonidos de los sucesos reportados.