Las víctimas de violación en República Dominicana y en Puerto Rico enfrentan múltiples obstáculos al buscar justicia y atención médica. Las órdenes de alejamiento y de arresto frecuentemente no se ejecutan, dejando a los agresores libres y a las víctimas en constante peligro. La falta de seguimiento y el retraso en los procesos judiciales son comunes. Además, persiste la revictimización cuando las sobrevivientes deben repetir sus historias en entornos insensibles y, a menudo, estigmatizantes.  

En la República Dominicana, a pesar de la existencia de protocolos oficiales, las víctimas sobrevivientes, a menudo, encuentran dificultades para acceder a pruebas y tratamientos esenciales, como la pastilla del día después y los kits de VIH en los hospitales públicos. La falta de información adecuada por parte del personal de salud agrava la situación y ahonda la sensación de impotencia entre las sobrevivientes.

Las organizaciones de derechos humanos y las defensoras de las víctimas sobrevivientes han denunciado repetidamente estas deficiencias y han subrayado la necesidad urgente de capacitación y sensibilización del personal de salud y justicia. A pesar de algunos esfuerzos para mejorar la situación, como la implementación de programas de apoyo en organizaciones no gubernamentales, las víctimas dependen de redes de apoyo informal para recibir la ayuda y protección que el sistema debería proporcionarles.