La planta de Steri-Tech ubica al lado de la comunidad La Margarita.
Foto por Esteban Morales Neris | Centro de Periodismo Investigativo y Grist
Según Rosario Ortiz, los datos de emisiones son revisados y certificados por un ingeniero licenciado que la compañía contrata o por uno interno que trabaja la parte ambiental. Por su parte, la especialista en calidad ambiental de la División de Inspección y Cumplimiento del Área de Calidad de Aire del DRNA, Peggy Pacheco, sostuvo que su división también revisa los datos y los coteja con estándares establecidos en la Ley Federal de Aire Limpio, (conocidos como “Maximum Achievable Control Technology”).
Dijo que, para realizar lo que llaman un cumplimiento completo (“full compliance”), el DRNA inspecciona las esterilizadoras cada tres o cinco años, dependiendo de su categoría como fuente de emisión mayor o menor. Según López, todas las empresas en Puerto Rico son de categoría menor porque la cantidad de emisiones, según sus datos, es baja.
Desfase entre agencias ambientales y de desarrollo económico
Aunque las empresas que operan en Puerto Rico tienen que cumplir con las leyes ambientales locales y federales, como la Ley de Política Pública Ambiental, la Ley Federal de Aire Limpio y el Reglamento para el Control de la Contaminación Atmosférica, el DRNA y la EPA no están obligadas a notificar al DDEC cuando una empresa con incentivos contributivos provoca algún impacto ambiental o a la salud humana.
“En cuanto a los incentivos fiscales, no tengo conocimiento de cómo se relacionan con las instalaciones de EtO. No creo que esto caiga dentro de la jurisdicción de la EPA”, dijo en declaraciones escritas el administrador de la División de Aire y Radiación de la Región 2 de la EPA, Richard Ruvo, al preguntarle si la EPA tiene disposiciones para entregar informes relacionados a cumplimiento con emisiones al DDEC.
Expertos en aire de esa misma región, que comprende a Puerto Rico, Nueva York y Nueva Jersey, y en la División de Protección Ambiental del Caribe de la EPA indicaron que el DDEC “no tiene ningún rol ni se le ha delegado a hacer cumplir” las leyes de cumplimiento ambiental.
Asimismo, Rosario Ortiz del DRNA respondió que no envía informes de cumplimiento ambiental al DDEC y desconoce si la agencia se los requiere.
“Si a mí me solicitan un formulario de solicitud de expedientes, o copia de algún documento, como son públicos, no le preguntamos para qué quieren el documento. Si alguien ha venido a solicitarlo, no lo sabemos”, expresó la funcionaria.
Por su parte, Fontán Meléndez indicó que la revocación de un decreto de incentivos a una empresa a raíz de un señalamiento por parte de EPA, por ejemplo, sólo ocurriría si la agencia federal “entiende que esa violación es irreparable” y manda a cerrar el establecimiento.
“La EPA, con toda jurisdicción, permite una orden al respecto de cerrar la compañía (...) En teoría, sí, revoco decreto, pero se vuelve inoperante académicamente, porque ya no vas a estar realizando la operación exenta. Por tanto, no puedes estar reclamando los beneficios contributivos que están plasmados en ese decreto, porque ese decreto está sujeto a que tú lleves a cabo esa operación exenta”, dijo.
Respecto a la alerta emitida por EPA por el uso del EtO y si esta sería evaluada por parte del DDEC, el funcionario dijo que habría que “ver la extensión de ese señalamiento”.
“A veces, la EPA lo que hace son observaciones y son situaciones que se pueden corregir de fácil manera”, añadió. Para minimizar el riesgo salubrista por exposición al compuesto, las compañías deben incurrir en inversiones millonarias para modificar o instalar equipos de remoción, que debe reducir emisiones al 99.9 %, de acuerdo con las regulaciones actualizadas por la EPA a principios de abril de este año.
Entre 2009 y abril de 2024, el DDEC ha revocado 267 decretos a empresas de manufactura en Puerto Rico. Dos de ellas pertenecían a Abbott Pharmaceuticals y St. Jude Medical, compañía adquirida por Abbott en 2016 y que utiliza EtO para algunas de sus operaciones. Ninguno de estos decretos fue revocado por incumplimiento ambiental. Según la agencia, la mayoría se revocaron por no entregar informes anuales.
Según Fontán Meléndez, el DDEC ha emitido multas a beneficiarios de los decretos, pero no proveyó la lista de multas emitidas ni la razón para penalizar, al ampararse en que no puede divulgar información específica sobre contribuyentes que tienen un decreto activo.
Además de las exenciones contributivas, las empresas de dispositivos médicos también recibieron subvenciones (“cash grants”) otorgadas por la División de Desarrollo de Negocios del DDEC para inversión en maquinaria e infraestructura y creación o retención de empleos.
Estos estímulos monetarios provienen de fondos públicos “de lo que las mismas compañías exentas manufactureras, y otras de exportación, pagan en contribuciones. De eso que pagan en contribuciones sobre ingresos, el 10 % entra a un fondo de incentivos económicos y de [ahí] se suben los ‘cash grants’”, explicó Fontán Meléndez.
“Es un círculo que se queda entre las mismas entidades exentas que aportan a ese pote y, de ese pote, salen los distintos ‘cash grants’”, recalcó.
Dos años para incorporar nuevas regulaciones
La EPA publicó el 5 de abril de este año nuevos estándares federales para que las esterilizadoras reduzcan emisiones de óxido de etileno a un 99.9% mediante la instalación de equipos de remoción y monitoreo continuo de emisiones, cuyos datos deben ser reportados trimestralmente a la agencia federal a partir del 5 de abril de 2027.
Las fechas de cumplimiento variarán dependiendo de cada instalación y el consumo anual de EtO, según la EPA. Para esta investigación, se obtuvieron los permisos de aire emitidos por el DRNA entre octubre y diciembre de 2022, que certifican que la agencia autorizó modificaciones para instalar y operar nuevas medidas de control de emisiones de óxido de etileno a Steri-Tech, Edwards Lifesciences y Medtronic, en Villalba.
Steri-Tech es una de las cuatro empresas que reciben alivios contributivos.
Foto por Esteban Morales Neris | Centro de Periodismo Investigativo y Grist
Solo dos de las cuatro empresas respondieron a una petición de información sobre qué gestiones, si alguna, han hecho hasta el momento para implementar las acciones correctivas exigidas por la EPA y si notifican al DDEC de su actividad relacionada al impacto ambiental.
Medtronic indicó que ha tomado más medidas para agregar equipos de control y mejorar las instalaciones de acuerdo con los Estándares Nacionales de Emisión de Contaminantes Peligrosos del Aire, pero no precisó cuáles. Añadió que los incentivos económicos han apoyado a la compañía en su expansión, mientras que mantienen comunicación con el DDEC, entre otras agencias, para abordar preocupaciones relacionadas con EtO pese a que esa agencia no les exige informes de cumplimiento.
Por su parte, el director de Comunicaciones Globales de Edwards Lifesciences, Howard Wright, dijo en declaraciones escritas que la empresa completó mejoras al sistema de control de EtO para eliminar más del 99.99% de las emisiones, pero no precisó si la compañía actualiza al DDEC sobre el registro de emisiones o las acciones correctivas.
Recomiendan guías verdes y acción legislativa
Ante la falta de herramientas para evaluar los decretos contributivos cuando surgen señalamientos de impacto ambiental por parte de las empresas subsidiadas, la economista y planificadora ambiental Martha Quiñones Domínguez recomendó exigir a las compañías guías verdes o protocolos del Gobierno que “permiten implantar prácticas de mejor desempeño ambiental con análisis del ciclo de vida de la producción”.
Dentro de los requisitos sugeridos por la experta se incluirían procesos de seguridad que conlleven protocolos de manejo adecuado, educación al público y recuperación ante situaciones de emergencia por fugas de sustancias; auditorías a la empresa en cuanto a formas de evitar contaminación y daño ambiental; informes de cumplimiento con normas ambientales, e informes de seguimiento a materiales que manejan en los procesos de producción en la empresa.
Desde el ámbito legal, el catedrático de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, Luis E. Rodríguez Rivera, quien imparte cursos sobre desarrollo económico versus protección ambiental, dijo que la fragmentación entre el desarrollo económico y el impacto ambiental se debe a “fallas teóricas”. Según el profesor, no se internaliza el costo social, incluído el daño ambiental, en los análisis de oferta y demanda porque elevaría el precio y no sería viable para la industria.
“No es inusual que estas leyes que fomentan desarrollo económico no tan solo no internalizan impactos ambientales de las actividades que están promoviendo, pero van más allá y promueven acciones que lo que hacen es limitar la efectividad de cualquier protección de salud o ambiente o seguridad que puede haber”, manifestó Rodríguez Rivera, quien también dirigió el DRNA a principios de los años 2000.
Según el catedrático, el área de discreción para tomar acciones correctivas para la brecha económica y ambiental recae en la Rama Ejecutiva. “Los ajustes que se pueden hacer, y se recomienda, es que las instituciones del Estado tienen que usar herramientas, ya sea a través de incentivos, penalidades, regulación o reglamentación, [para] ir obligando que cada actor de la oferta internalice el daño”, recomendó. Enfatizó, sin embargo, que quien ejerza esos cargos debe contar con las convicciones para velar, entre otros factores sociales, por el impacto ambiental.
Esta historia es una colaboración entre Grist y el Centro de Periodismo Investigativo. Fue apoyada por el Fund for Investigative Journalism. El diario Metro Puerto Rico también apoyó la producción de esta investigación.