Hipódromo Camarero: una máquina de dinero que corre con caballos lastimados y maltratados

Es viernes y es día de cobro. Abuelo dice que de vez en cuando es bueno apostar unos pesitos “para probar la suerte”. Por eso estamos en una agencia hípica preparando un cuadrito, con mascarilla puesta, las manos pegajosas por el hand sanitizer y unas cuantas “orejitas” sobre la mesa. Quiero jugarle a un caballo que hace cinco años no corre. Se llama Cachupito y es el número once de la sexta carrera.