No termina la espera de miles de puertorriqueños que reclamaron en la quiebra

Era la mañana del 18 de noviembre cuando la jueza Laura Taylor Swain preguntó varias veces si había llegado alguien a las oficinas de Piloto 151 en Hato Rey para participar de la vista. Una decena de personas con mascarillas esperaba afuera, pero la funcionaria del tribunal federal en Puerto Rico que estaba allí le dijo a la jueza que no había llegado nadie. A la gente, la enviaron de vuelta a su casa. Carmen López salió furiosa con el abogado que la atendió allí y con el Gobierno de Puerto Rico que, según reclama, le debe dinero. Trabajó como directora de una escuela pública y asegura que el Departamento de Educación nunca le pagó los aumentos salariales que debió recibir desde, por lo menos, la década de los 80.

The Fantasy of the Fiscal Plan for Puerto Rico

The most recent version of Puerto Rico’s fiscal plan for its central government would chart the future of the country, giving some degree of certainty to citizens, businesses and investors to bet on the island’s dismal economy. Yet it is built on economic projections totally incompatible with the historical experience of places that have been destroyed by hurricanes the world over. The plan also clashes with what has been Puerto Rico’s economic trajectory. In the past 30 years, the economy has never reached annual growth such as that estimated for fiscal year 2019 by the financial team of Governor Ricardo Rosselló Nevares. The group is led by Christian Sobrino, governor’s representative before the Fiscal Control Board (FCB), chief economic adviser to the governor, president of the Government Development Bank and chairman of the Financial Advisory & Fiscal Agency Authority (AAFAF by its Spanish acronym); and Gerardo Portela, executive director of AAFAF and by virtue of his position, member of the boards of directors of all public corporations.

La fantasía del Plan Fiscal para Puerto Rico

Pese a toda la inversión de tiempo y fondos públicos, todos los planes coinciden a rasgos generales en las medidas basadas en proyecciones de crecimiento de la economía de Puerto Rico no sustentadas, que demuestran el alto nivel de incertidumbre que permea el proceso. Además, los planes comparten un problema esencial: ninguno refleja realmente lo que será el futuro de Puerto Rico ya que será el Tribunal Federal y el proceso de reestructuración de la deuda lo que al final del día decida cuánto dinero habrá disponible para la operación del Gobierno y cuánto irá destinado al pago la deuda pública.