Luquillo — En la calle Fernández García, en el casco urbano de Luquillo, Gloria Escobar Skerett, de 87 años, se niega a vender su casa de esquina donde nació y creció su madre, se crió y vive ella, y donde, también, se criaron sus hijas. Su abuela llegó a Luquillo en el siglo 19 y desde entonces este espacio “es de la familia y para la familia”. Una de sus hijas, Gloria Ramírez Escobar, la acompañaba en la residencia cuando el Centro de Periodismo Investigativo la entrevistó. Dijo que tras el paso del huracán María, las ofertas para comprar esta esquina son como un aguacero. “Llueven y no escampan”, sostuvo.
“Han venido muchas personas, pero mami los espanta rápido”, aseguró mirando a su madre, quien se reía, pero no hablaba durante la entrevista.