Salud sólo ha logrado vacunar a 19 niñas y niños, está sin suficientes materiales y recursos, y sus equipos e instalaciones están obsoletas para enfrentar el aumento sostenido de casos.
Sin pruebas masivas y sin estadísticas completas de mortalidad, es imposible cuantificar cuántas personas han sido infectadas y han muerto por COVID-19 en Haití. Pero una cosa es clara, las autoridades sanitarias de Haití no han tenido control sobre la propagación del virus en el país.
Tras varios días de expresiones enérgicas en las que prácticamente responsabilizaba a los ciudadanos por el repunte de COVID-19 en Puerto Rico, aduciendo a que aún una parte significativa de la población no se ha vacunado por “rebeldía”, el gobernador Pedro Pierluisi reconoció que desconoce los factores de desigualdad socioeconómica que han marcado el proceso de vacunación y el bajo porcentaje de personas que han vacunado en los residenciales públicos de la Isla. Al 9 de julio las clínicas de vacunación financiadas por el gobierno — a través de la contratación de la organización VOCES — solo habían vacunado al 5% de los 100,000 residentes de los 300 complejos de vivienda pública, según reveló una investigación del Centro de Periodismo Investigativo (CPI). “Esto de los residenciales a mí me impacta. Es la primera vez que yo oigo esto”, dijo el Gobernador. El proceso de vacunación contra el COVID-19 comenzó en Puerto Rico el 15 de diciembre de 2020, y la primera clínica en un residencial público fue en abril de 2021, según los datos del registro de vacunación del Departamento de Salud y tablas desglosadas provistas por la Administración de Vivienda Pública.