Una semana atrás, estuve haciendo entrevistas para prensa escrita y radial sobre la campaña del Centro de Periodismo Investigativo para educar sobre las noticias falsas y la desinformación en el contexto electoral.
De todas las respuestas que esperaba a ese tour de medios, la que nunca anticipé fue que me convertiría en protagonista de una noticia falsa por parte de personas inescrupulosas y sin oficio, que se esconden en el anonimato para hacer sus fechorías.
Justo cuando la tormenta Ernesto comenzaba a alejarse al norte por el Atlántico, empecé a recibir varios mensajes de personas conocidas que me enviaban fotos de su pantalla de celular con noticias falsas con mi foto y mi nombre, creadas para engañar y desinformar en las plataformas de Instagram y Facebook.
Es un caso de libro de texto, tal como lo explicamos al dar consejos para identificar noticias falsas. Primero, el enlace a la “noticia”, que tiene el logo del periódico El Nuevo Día, y lleva a una página web loca y desconocida de kreativstormkey.com. Sugiero no visitarla. Aquí comparto imágenes.
Segundo, el titular de la historia es alarmista, y raya en lo absurdo. Dice: El Banco Central de Puerto Rico demanda a Carla Minet por unas declaraciones que hizo en televisión en directo.
Valga decir que no existe tal cosa como el Banco Central de Puerto Rico, ni yo he sido demandada.
Y al leer la historia, es evidente que es un texto incoherente y disparatero escrito mediante el uso de inteligencia artificial. Incluso menciona que yo recomendé una plataforma en línea para que los puertorriqueños ganen dinero fácil.
¿Qué hacer? Lo primero que le pedí a las personas que me habían escrito fue que denuncien la historia como una noticia falsa en las plataformas de Instagram y Facebook. Es algo sencillo y rápido de hacer. Todos lo hicieron. Lo segundo fue identificar la información disponible sobre la página web que publica la información falsa. Al buscar el origen de la dirección web, se logró identificar un correo electrónico al que se pueden enviar denuncias de abuso. Eso hice, me enviaron un número de querella, y dijeron que indagarían, pero la historia falsa sigue ahí.
Al hacer una revisión más profunda, nuestro equipo logró identificar que las campañas de información falsa fueron creadas por una compañía registrada en Islandia, con dirección de IP en Canadá, y que se pagó por la creación de las mismas.
En muchos lugares del mundo, los periodistas suelen ser blanco de este tipo de campañas de desinformación, y se exponen a insultos, amenazas y bullying o acoso en las redes sociales. Aunque es algo que se trata de normalizar, no es menos cierto que es un ataque a la dignidad de las personas, porque usualmente las ridiculiza y las trata de menospreciar y proyectar de forma errónea o contraria a sus valores. Es además un intento de desacreditar, confundir y afectar la reputación, sin hacerlo de frente y estar sujeto al escrutinio. Esto hay que tomarlo en serio: actuar, denunciar y seguir adelante.
La verdad es que hay que tener el cuero duro, como dicen, para seguir caminando con la frente en alto y no permitir que estas personas logren su objetivo.
Si usted ve esta campaña de información falsa, por favor repórtela.
Si desea apoyar el trabajo del CPI de educación sobre la desinformación en el contexto electoral, puede hacerlo aquí, en el cierre de nuestra campaña de recaudación.
No dejemos que ganen estas agendas de desinformación.