Varios empleados del municipio de Guaynabo, que cambiaron fraudulentamente su dirección para votar en el precinto 7, cometieron el grave error de decir que vivían en la misma casa o apartamento.
No eran exclusivamente guardias municipales, como se ha denunciado, sino funcionarios de dependencias como el Departamento de Obras Públicas, lo que apunta a que se trata de un esquema masivo para buscar votos en las pasadas primarias del Partido Nuevo Progresista, con el fin de favorecer al candidato apoyado por el alcalde Héctor O’Neill. Esto según un examen de documentos en poder del Centro de Periodismo investigativo y de una reportería de campo.
César Cintrón Opio, empleado del Departamento de Obras Públicas, cambió su dirección del barrio Sonadora de Aguas Buenas, en el precinto 6, a la exclusiva urbanización Garden Hills Norte en Guaynabo, cuando se presentó en enero pasado ante la Junta de Inscripción Permanente (JIP). La movida le daba derecho a votar en las primarias en el precinto 7 de Guaynabo, donde se registró el sonado caso de fraude electoral de las primarias del pasado 18 de marzo.
Pero la dirección que había registrado, en la Calle Pedrosa de esa urbanización, fue la misma que inscribió ante la JIP otro empleado municipal, Cándido González Cotto, también del Departamento de Obras Públicas, y quien antes vivía en el precinto 83 de Caguas.
El Centro de Periodismo Investigativo se presentó ante la supuesta casa de ambos en Garden Hills, y el residente legítimo dijo a través de un encargado en el área de control de acceso que ninguno vivía allí, versión que fue confirmada por un supervisor de seguridad de la urbanización.
“Estoy en una reunión atendiendo un caso de emergencia, luego te llamo”, dijo Cintrón Opio cuando lo abordó el CPI para cuestionarlo. Pero el funcionario nunca se comunicó ni respondió a las llamadas de seguimiento.
“Yo estoy usando esa área para vivir. Y aparte de eso no tengo ningún comentario”, se defendió González Cotto, el que compartía la nueva dirección residencial con Cintrón Opio.
Este hallazgo confirma las denuncias de que guardias municipales de todos los rangos y otros empleados municipales cambiaron su dirección al precinto 7, según había revelado una investigación de El Nuevo Día, para votar en masa durante las primarias del PNP para favorecer al candidato primarista a representante, Antonio “Tony” Soto, quien se enfrentaba a Ángel Pérez. Como resultado del fraude, Soto aparece preliminarmente como vencedor en la primaria que elimina a Pérez de la contienda, culminando así una larga lucha del Alcalde por lograr ese propósito.
Empleados municipales cercanos al Alcalde, como Ricardo Marrero Santos, Karen Velázquez y Carlos Ray Cotto, se han negado a responder preguntas ante el comité Ad hoc de la Comisión Estatal de Elecciones que investiga el fraude. O’Neill está citado para declarar el próximo lunes 28 de mayo.
Además, Cintrón Opio y González Cotto no fueron los únicos empleados municipales que de la noche a la mañana se convirtieron en “roommates”. Tal es el caso de Andrés Ríos Pagán, quien vivía en el barrio Santa Rosa III del precinto 6, y se cambió a una casa en la calle 10 de la urbanización Bello Monte de Guaynabo. Luis Sánchez Cuevas, residente de San Lorenzo (precinto 87), también dijo a la JIP que se había mudado a la misma dirección que Ríos Pagán. Este último nunca contestó las llamadas del CPI, y Sánchez Cuevas colgó el teléfono cuando se le preguntó sobre el tema.
Nadie conoce a los nuevos inquilinos
El CPI visitó el lugar y preguntó sobre ellos a una mujer que vive allí, y ella respondió: “No tengo ni idea de quiénes son. No los conozco, no viven aquí”.
El documento en poder del CPI revela que más de 60 empleados municipales cambiaron direcciones antes de las primarias. El CPI logró contactar a algunos por teléfono pero colgaban o se negaban a contestar las preguntas.
“Ya hay una investigación y una citación, tienen que esperar”, dijo la policía municipal Ingrid Echevarría Colón, quien se había mudado de la urbanización Summit Hills, del precinto 4 de San Juan, a un apartamento del condominio Torrimar Plaza. Echevarría Colón está citada para testificar ante el comité ad hoc de la Comisión Estatal de Elecciones que investiga el caso.
“Está bien, yo le devuelvo la llamada”, dijo Félix Matta Rodríguez, uno de los que se cambió al mismo apartamento en Torrimar Plaza. “Acuérdate de que eso está bajo investigación, amigo. Tengo que hablar con mi abogado”, añadió. A este apartamento “se mudaron” otras cuatro personas en enero pasado, y al edificio también “se fue a vivir” Ricardo Marrero, quien brinda escolta al Alcalde, según el documento en manos del CPI.
El esquema del fraude comenzó desde finales del año pasado, cuando un grupo de empleados municipales visitó diferentes vecindarios de Guaynabo para hacer un alegado censo de apartamentos y casas que en ese momento estaban vacías, según una fuente del CPI. Luego llegaban a la JIP empleados municipales, con la nueva dirección escrita en papelitos azules en los que tenían las nuevas direcciones para hacer el cambio de residencia, reveló una fuente del CPI.
“Usaron empleados municipales y vehículos oficiales del municipio para hacer ese censo para favorecer a un candidato en las primarias”, dijo la fuente. “Esto es malversación de fondos. Los pueden juzgar por corrupción”.