Cuando Wanda Bermúdez tenía aproximadamente 15 años de edad, comenzó a padecer de dolor en su oído derecho. Luego, empezó a sangrar ocasionalmente por la nariz. Tiempo después le encontraron masas en el área nasal y en la garganta y posteriormente fue diagnosticada con cáncer de nasofaringe. Tenía entonces 23 años, y hasta ahora, a sus 51, Bermúdez continúa padeciendo de enfermedades respiratorias que requieren de hospitalización periódica.
Bermúdez nació en 1962, y forma parte de la cuarta generación de una familia nacida en Vieques, isla municipio de Puerto Rico donde por 60 años el 75% de los terrenos fueron utilizados como campo de entrenamiento militar por la Marina de Guerra de los Estados Unidos.
El ejemplo de Bermúdez forma parte de varios testimonios incluidos en una demanda internacional contra Estados Unidos presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se alega violación de derechos humanos a los residentes de Vieques.
La demanda fue preparada por la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
En resumen, la Clínica sostiene que con sus prácticas bélicas en Vieques -donde se lanzaron bombas áreas de 500 libras y se alega la utilización de químicos mortíferos como el napalm, agente naranja, uranio empobrecido, fósforo blanco, arsénico, plomo, mercurio, entre otros- Estados Unidos violó diez artículos de la Declaración Americana de Derechos Humanos.
Los artículos incluyen violación al derecho a la salud, la vida, el trabajo, la libertad de movimiento y de residencia, acceso a la información y la falta de acceso a la justicia.
Los testimonios vertidos en el documento donde se solicita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA que acoja el caso de Vieques, son ejemplos concretos de la violación de algunos de los artículos de la Declaración Americana de los Derechos Humanos. Vieques es una isla municipio al este de Puerto Rico que fue utilizada por la Marina de Guerra de EE.UU durante 60 años para prácticas de tiro. La Marina se retiró en 2001.
Por ejemplo, Zaida Torres, quien asistió a la presentación de la demanda en el anfiteatro 4 de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana, contó en su testimonio que su esposo desarrolló alta presión sanguínea y un quiste en la próstata, luego de trabajar por 27 años como plomero en la base naval de Vieques. Su hija, Liza Torres, a los 15 años fue diagnosticada con un tipo de cáncer llamado leucemia linfocítica crónica. A sus 17, Liza murió de cáncer, luego de ser hospitalizada y tratada con radiación y recibir quimioterapia cada tres semanas por un periodo dos años. Cerca del 2005, el tío de Zaida murió de cáncer del páncreas, su tía murió de cáncer del seno y el hijo de su tía murió de cáncer cerebral.
Para el mismo periodo, en el 2004, el Government Accountability Office (GAO) del Congreso estadounidense publicó un reporte donde declaró que el Departamento de Defensa pudo haber expuesto a civiles y personal militar al Triethyl phosphate, un agente químico que ha demostrado ser cancerígeno en animales.
Pero a pesar de ese informe, y de que la mayoría de las familias viequenses se han visto afectadas por cáncer, hipertensión, problemas respiratorios y otras condiciones terminales, la Marina estadounidense se niega a reconocer la conexión entre sus prácticas y la emisión de contaminantes a la tierra, el agua y los alrededores de la isla.
Vieques mide aproximadamente unas 4.5 millas de ancho por 20 de largo, para un total de 51 millas cuadradas; comparable con Manhattan, que mide unas 59 millas cuadradas. En esa extensión, el volumen de cáncer es alrededor de 30% mayor que el de la isla grande de Puerto Rico. Un estudio del Departamento de Salud realizado en el 2000, y que analiza la incidencia de cáncer entre el 1960 y el 1994, encontró que durante ese periodo fueron diagnosticados 609 casos de cáncer en Vieques.
Por otra parte, de acuerdo al censo de comunidad federal del 2011 (Puerto Rico Community Survey) el 46.3% de los residentes de Vieques vive en la pobreza. La limitación de acceso a la tierra y el mar se considera una de las razones de los altos niveles de pobreza y desempleo.
Testigo de eso es Cacimar Zenón, un buzo y pescador en cuyo testimonio como demandante ante la OEA asegura que la vida marítima en las aguas viequenses se ha reducido, lo cual atribuye a las prácticas militares realizadas en la zona. Su padre, también pescador, vio su sustento afectado por las mismas prácticas bélicas de la Marina, pues estas incluían el cierre de zonas marítimas cercanas y seguras para la pesca. El acceso a esas zonas marítimas también se ha limitado por la limpieza del daño ambiental que se realiza actualmente después de las prácticas militares de la Marina.
Los residentes de Vieques también han denunciado que la Marina lleva a cabo quemas al aire libre para detonar bombas como parte de la limpieza de los terrenos, lo cual afecta al medio ambiente y la salud. Respecto a esto, en 2008, la Junta de Calidad Ambiental citó a vistas públicas en Vieques para atender la solicitud de quema abierta por parte de la Marina. Los vecinos se opusieron a dicha quema, pero éstos alegan que las mismas continuaron. En febrero de 2011, por ejemplo, se registró un fuego que creó una gran nube de humo que se elevó sobre los terrenos del Refugio Nacional de Vida Silvestre, zona que fue usada para las prácticas de la Marina y es manejada también por el gobierno federal hasta la fecha.
A pesar de que la Marina cerró oficialmente el polígono de tiro y su base militar de Vieques en el 2003 para comenzar un proceso de limpieza ambiental, en los pasados diez años el gobierno estadounidense se ha negado a financiar una descontaminación completa y adecuada para restaurar los terrenos y las aguas de Vieques, según el documento que será sometido a la Comisión de Internacional de Derechos Humanos de la OEA.
Este caso que alega que Estados Unidos lesionó derechos humanos, fue preparado por estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana bajo la supervisión de la licenciada Annette Martínez Orabona, directora de la Clínica de Derechos Humanos de esa Escuela.
Para la preparación del caso, los estudiantes Edwin Báez Rivera, Fernando Quintero El Hague, Gilberto S. Ramos Otón, John J. Feliciano y Keila Toledo Nieves, tomaron un curso intensivo del Sistema de Derecho Internacional de Derechos Humanos, realizaron entrevistas a los resientes de Vieques, e investigaron los tratados y normas internacionales aplicables a casos en Estados Unidos.
También contaron con la colaboración de Natasha Lycia Ora Bannan, abogada del National Lawyers Guild, y la Clínica de Derechos Humanos de Western New England, School of Law, quienes ahora representan a los residentes viequenses Zaida Torres, Wanda Bermúdez, Ivis Cintrón Díaz, Ida Vodofsky Colón, Norma Torres Sanes, Cacimar Zenón, Asunción Rivera, Ismael Guadalupe, Ilsa Ortiz Ortiz y Nilo Adams Colón.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la que se solicitó que atienda el caso de Vieques, tiene su sede en Washington D.C. y es un organismo autónomo e independiente de la Organización de Estados Americanos con facultad para recibir denuncias en contra de Estados Unidos e imputarle responsabilidad internacional por la violación de los derechos humanos protegidos en la Declaración Americana de Derechos Humanos.
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