La suciedad de los guantes del médico, la pobre desinfección de la piel del paciente y otros descuidos en los hospitales durante la colocación y mantenimiento del catéter central causan infecciones en la sangre. Y en Puerto Rico abundan.
La Isla registra una alta tasa de infecciones de la sangre causadas por la mala colocación de ese tubo plástico que se conecta a una vena cercana al corazón, y el riesgo de infectarse en hospitales de Puerto Rico duplica el de las instalaciones hospitalarias de otras jurisdicciones de Estados Unidos, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), analizados por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
Los problemas de infecciones causadas por el catéter central coinciden con una campaña gubernamental que promueve a la Isla como un destino de turismo médico, y el Departamento de Salud no tiene personal suficiente para enfrentar el problema y hacer recomendaciones para resolverlo, según reconoció la epidemióloga del Estado, Brenda Rivera.
El problema se agrava con el hecho de que el gobierno federal eximió a los hospitales de Puerto Rico del requisito de informar sus tasas de infección. Ante esta realidad, el paciente al que tienen que colocarle un catéter central está a ciegas a la hora de escoger un hospital para confiarle su salud.
Debido a la falta de higiene durante la colocación del catéter, el área de alrededor de ese delgado tubo de plástico enrojece o se inflama. Pronto estalla la fiebre. Se sienten escalofríos. Es tarde para evitar una infección. Por el mismo conducto que debe servir para obtener muestras o para recibir medicamentos o alimentación, los microorganismos entran al torrente sanguíneo a montar una fiesta.
El catéter central se convirtió en Puerto Rico en una fuente de infección en la sangre de 152 personas en 2012, según las cifras más recientes de los CDC, que usaron información suministrada voluntariamente por 18 hospitales de la Isla. Otros 49 hospitales ni siquiera reportaron sus cifras.
Las autoridades locales no ofrecen a los pacientes acceso a la información sobre el estado de esta situación en las instituciones. El Departamento de Salud, la Administración de Servicios Médicos (ASEM, conocida como el Centro Médico) y la Asociación de Hospitales de Puerto Rico, que agrupa a los centros sanitarios, no proveen el dato aunque sea solicitado por el paciente, constató el CPI.
“Las infecciones en la sangre son una situación que se ha tratado de mantener en la oscuridad”, sostuvo Pedro Scorza, abogado, internista y ex candidato a presidir el Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico.
Los 152 casos informados en 2012 representan una tasa estandarizada de infecciones sanguíneas asociadas al catéter central de un 3.5% mayor a lo que habían proyectado las autoridades federales para Puerto Rico, que eran 146.8 casos. Si se compara con Estados Unidos, el riesgo relativo de los pacientes a desarrollar estas infecciones en los hospitales de Puerto Rico que reportaron sus datos es de 1.83 veces mayor que el riesgo en las demás jurisdicciones, observó la doctora Cruz María Nazario, epidemióloga y catedrática de la Escuela Graduada de Salud Pública, al comparar las tasas estandarizadas.
En 2011 hubo 198 casos informados en 19 hospitales, lo que representó una tasa estandarizada de infecciones de 43% por encima de los 138 esperados. La única de las jurisdicciones de Estados Unidos en tener números rojos ese año fue Puerto Rico, donde había un riesgo relativo de infectarse de 2.42 veces mayor que en EEUU.
“Estamos mal en las infecciones sanguíneas. Definitivamente no estamos en cumplimiento”, aceptó la doctora Brenda Rivera, epidemióloga del estado, durante una entrevista con el CPI.
A ciegas los pacientes
La ciudadanía no tiene forma de saber si los hospitales de Puerto Rico están mejorando a pesar del cambio de 43% a 3.5% de un año a otro en la tasa estandarizada de infecciones sanguíneas asociadas al catéter central. El hecho de que el tamaño de la muestra varía de año a año, y de que no se hacen públicos los nombres de los hospitales incluidos en cada muestra, hacen imposible comparar entre sí los resultados anuales.
“Para decir que hemos mejorado tendríamos que evaluar los mismos hospitales, asegurarnos que los que informaron en 2011 fueron los mismos que informaron en 2012, porque sería la misma base de comparación”, explicó la epidemióloga Cruz María Nazario.
“Cuando veo una reducción bien grande, y de un año a otro hay un cambio drástico, mi primera sospecha es que esto es un cambio artificial. Precisamente por eso es que necesitamos acceso a la información, para saber cuál es el número real”, sostuvo.
El cambio artificial en los números ya ocurrió a principios de la pasada década, cuando el Departamento de Salud reportó reducciones significativas en las tasas de varias de las principales causas de muerte en el país. Tras una demanda del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, el DS tuvo que reconocer que se trataba de graves errores en el manejo de las estadísticas y tuvo que revisarlas para reflejar que, en efecto, las tasas habían aumentado.
Los CDC, la entidad federal que publica los informes de las infecciones sanguíneas asociadas al catéter central reportadas en ambos años, no indica el nombre de los hospitales en los que ocurren los contagios. Esa institución sostiene que no hace público el nombre de los hospitales porque se encarga de la política pública estatal, y no entra en consideraciones al nivel de instalaciones médicas individuales, sostuvo un oficial de comunicaciones de la agencia federal.
Ocultos los datos de infecciones
Cuando los ciudadanos navegan por la página web del Departamento de Salud, no encuentran información sobre la tasa de infecciones sanguíneas asociadas al catéter central por institución hospitalaria. La doctora Rivera sostiene que el problema con la información es la falta de recursos.
“Nos preocupa el asunto, pero necesitamos estudiar la situación. No puedo dar recomendaciones si no tengo un análisis del problema. Tenemos que contratar personal de epidemiología para sistemas de información de enfermedades adquiridas en los hospitales. Actualmente no damos abasto”, añadió Rivera.
Aseguró que sólo tiene dos empleados trabajado la información de las enfermedades transmitidas en los hospitales, mientras la oficina que dirige está apagando fuegos en los casos de influenza, dengue y Acinetobacter baumannii, entre otros.
Ante la ausencia de información para la ciudadanía, queda la recomendación de los CDC de que los ciudadanos pregunten a la administración de los hospitales sobre las incidencias de infecciones en la sangre antes de recibir el tratamiento. Pero esa recomendación no se ajusta a la realidad de Puerto Rico: no existe una ley que obligue a los hospitales a suministrar los datos.
Una empleada de la oficina de epidemiología del Departamento de Salud dijo a este reportero, que se hizo pasar por un paciente para ver el trato real que reciben, que no podía ofrecer la información de infecciones sanguíneas por hospital.
En la sala de emergencias del Centro Médico, el principal centro de salud de Puerto Rico y único hospital terciario en la Isla, una enfermera dijo al “ciudadano” que no podía suministrar los datos de las infecciones sanguíneas, y que tenía que solicitarla en la oficina de epidemiología de ASEM.
“Esa es una información privilegiada. No suministramos esa información al público”, dijo Silvia Villanueva, directora de la oficina de Calidad del Servicio y Control de Infecciones de ASEM, quien refirió al “ciudadano” a la oficina del Director Ejecutivo.
El “ciudadano” dejó un mensaje en la oficina del Director Ejecutivo, Irvin Jiménez, quien nunca respondió la llamada. Una empleada de su oficina volvió a referir el pedido a la oficina de epidemiología, y así siguieron pasándose de un lado a otro la responsabilidad.
El año pasado, la Asociación de Hospitales también encubrió la realidad de las altas tasas de infecciones sanguíneas. En un comunicado, que intentaba tranquilizar a la población tras la crisis de la bacteria Acinetobacter que mató en el 2013 a 32 personas en el Hospital de la Universidad de Puerto Rico en Carolina, la Asociación tocó el tema de las infecciones, ofreciendo datos incompletos, y en contradicción con el informe del CDC.
“Tenemos 100% de los hospitales reportando datos de infecciones de torrente sanguíneo asociadas a línea central, de los cuales un 76% ha logrado alcanzar más de un 40% de reducción en las tasas o se han mantenido en una tasa de 0 infecciones por un periodo de por lo menos seis meses consecutivos”, dijo Jaime Plá, presidente de la organización, sin ofrecer los números reales de las tasas ni suministrar pruebas de la alegada mejoría.
Plá Cortés no respondió a la solicitud del CPI para comentar respecto al informe del CDC, a pesar de que se había comprometido a hacerlo por escrito.
¿Qué opción le queda entonces al ciudadano para informarse de forma responsable sobre las infecciones sanguíneas? El CDC insistió en que estaba disponible una herramienta cibernética que supuestamente provee información sobre los casos por hospital. Sin embargo, gran parte de la información sobre hospitales de Puerto Rico no aparece.
La página web Hospital Compare Tool es una herramienta que desarrollaron los Centros de Servicio de Medicare y Medicaid (CMS) para que los pacientes comparen hasta tres hospitales de cada uno de los 4,000 centros de salud certificados en los estados y territorios.
Pero cuando se buscan los datos sobre infecciones adquiridas en hospitales como Centro Médico, Hospital Municipal de San Juan y Hospital de Carolina, algunas de las instalaciones médicas más frecuentadas del País, dice lo siguiente: “no disponible”.
En el caso de las demás jurisdicciones, cuando el paciente selecciona los tres hospitales que quiere comparar, aparecen resultados como “peor que el estándar nacional de EEUU’, “mejor que el estándar nacional de EEUU” o “no es diferente al estándar nacional de EEUU”. Si no aparece la información de un hospital, es la excepción.
“El problema de las infecciones no es únicamente de Puerto Rico. Está pasando en el mundo entero. Pero me sorprende que el número sea tan alto y no tengamos manera de saberlo por hospital”, sostuvo Rafael Tosado Acevedo, presidente del Comité de Programa de la Sociedad de Microbiólogos de Puerto Rico.
“El público tiene derecho a saber esa información. No estoy hablando de ser alarmistas. Sino de que la gente esté informada para que tome una posición más activa en ayudar a controlar ese problema”, concluyó.
Un genuino desastre y otra razon adicional para condenar el deplorable servicio medico de este pais. Ciertamente la medicina en PR esta colapsada, nadie quiere tratarse aqui. Obtener una cita a practicamente cualquier medico es un via crucis, el trato en las oficinas por secretarias y enfermeras compara y aun es peor que el de un empleado de gobierno. Y los medicos, muchos estan en otro planeta. Mi experiencia aqui ha sido espantosa y solo se compara con serv. medicos de un pais tercermundista. Los pacientes del plan de mi salud sufren mas q nadie, pq muchos medicos estan acinados de pascientes y el trato en sus oficinas es uno negligente y deplorable por parte del personal Y ahora esto de la falta de higiene, todo un asco.