Unidad Investigativa de Género
Invisibles quienes viven en calles que no tienen nombre en Puerto Rico
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En Loíza, las mujeres empobrecidas y personas negras han sido las más afectadas por la falta de esa identidad residencial.
En Loíza, las mujeres empobrecidas y personas negras han sido las más afectadas por la falta de esa identidad residencial.
“El tema del cambio climático está atravesado por el capitalismo, el colonialismo y el racismo”. Así lo afirmó Gloriann Sacha Antonetty Lebrón, fundadora y editora de Revista étnica, durante su participación en el panel Intersecciones de pobreza, raza, género y crisis climática, como parte de las actividades del Caribe Fest que se llevó a cabo del 4 al 6 de mayo en el Viejo San Juan.
Antonetty Lebrón estuvo acompañada en el panel por Roberto Thomas, coordinador de la Iniciativa de Ecodesarrollo de la Bahía de Jobos (Idebajo), en una mesa moderada por los periodistas del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) José Encarnación y Cristina del Mar Quiles — también cofundadora del medio de periodismo feminista Todas.
Explicaron que existe una intersección entre la crisis climática y la pobreza, las personas racializadas y el género, que se percibe, por ejemplo, en los eventos de desplazamiento de comunidades vulnerables en Puerto Rico.
Antonetty Lebrón evocó el aspecto histórico del racismo y las personas esclavizadas para mostrar las experiencias que han atravesado comunidades vulnerables en el sur de Puerto Rico, la población histórica de la Calle Loíza en Santurce, así como residentes de las islas municipio de Vieques y Culebra.
“El racismo, la trata, la esclavitud… lo que hizo fue deshumanizarnos y dar la razón para explotarnos; quebrantar nuestro espíritu, explotar nuestras tierras, hacernos trabajar de manera forzosa la tierra y, pues, una vez llegamos a gozar un poco de los recursos naturales, sabemos que son recursos que están constantemente en amenaza: los saquean, nos desplazan”, comentó la editora de la Revista étnica.
Los periodistas José M. Encarnación Martínez y Cristina del Mar Quiles moderaron el panel que contó con Roberto Thomas (Idebajo) y Gloriann Sacha Antonetty Lebrón (Revista étnica).Foto por Joan Camille Cruz | Centro de Periodismo Investigativo
Añadió que el racismo y la esclavitud son un “aspecto histórico y personal”, pues son traumas que se pasan de “generación en generación”. Thomas, por su parte, comentó que la crisis climática no sólo está vinculada al capitalismo, sino que se debe también al colonialismo. Mencionó que históricamente, en la relación entre Estados Unidos y Puerto Rico, se observa que la cultura puertorriqueña es considerada inferior, y esto se manifiesta en la afirmación continua de que los puertorriqueños no son capaces de autogobernarse. Desarrollo a expensas del desplazamiento
El desarrollo del turismo a través de la construcción de hoteles, edificios de lujo y el uso de propiedades para alquileres a corto plazo por medio de plataformas como Airbnb han sido a costa del desplazamiento de comunidades que históricamente han vivido en ciertas áreas de Puerto Rico, dijeron los panelistas.
Un ambiente de hostilidad, acoso, hostigamiento laboral, persecución, intimidación y discrimen por edad y género parece reinar en la oficina de Asuntos Externos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) en Puerto Rico, según hechos documentados desde 2019 por al menos diez empleados, en su mayoría, mujeres. La denuncia llegó al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) a través de dos fuentes por separado, que señalan a los directivos de esta oficina, Juan Andrés Muñoz Torres y Ricardo Agosto Castro, director y subdirector de Asuntos Externos, respectivamente, como presuntos responsables de estas situaciones de acoso que han conllevado la renuncia de empleados, relevo de funciones, asignación de tareas no relacionadas y la obstaculización en el progreso laboral dentro de FEMA. El CPI supo que al menos cuatro de estos empleados se querellaron formalmente ante la Oficina de Igualdad de Derechos Civiles (OER, en inglés) de FEMA, guiados por la Ley sobre Notificaciones y contra la Discriminación y Represalias para Empleados Federales (No FEAR, en inglés), las protecciones de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEO, en inglés), y la declaración de política contra el discrimen de la Oficina para Derechos y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), al que está adscrito FEMA. “Tengo la obligación de denunciar que mis compañeras de trabajo y yo hemos sido perseguidas, presionadas, acosadas, degradadas como profesionales por estar aisladas y sin acceso a la información y por estar totalmente asignadas a tareas irrelevantes y tratadas de manera insultante”, informó una de las querellantes de esa oficina a un superior en FEMA en un documento al que el CPI tuvo acceso.
No obstante, a casi dos años de haber sido sometidas algunas de estas denuncias, la agencia federal mantiene a ambos funcionarios en sus puestos sin ninguna penalización y no ha ofrecido remedio o protección a las personas que han denunciado estas conductas, confirmaron las dos fuentes del CPI, quienes prefirieron hablar en condición de anonimato por temor a represalias. El CPI buscó conocer el estatus de esas querellas, si fueron desestimadas o hubo sanciones, pero ni Muñoz Torres ni Agosto Castro respondieron a una solicitud de entrevista o reacción.
Aunque su obra fue subestimada, Ana Roqué de Duprey legó uno de los textos más relevantes en la historia de la ciencia de principios del siglo XX en las Américas. Hoy, 90 años después de escribir la ‘Botánica antillana’, una investigación revela el valor del libro inédito.