Tres expertos en producción de alimentos discuten los desafíos que enfrentan por el aumento de temperatura en los campos de cultivo de la tierra, la pesca y la industria lechera.
Durante más de medio siglo trabajando como pescador en Jamaica, Richard Osbourne ha visto cómo su industria ha ido mermando debido a la contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y otros problemas.
Y encima, llegó el sargazo.
Durante la última década, estas algas han inundado varias veces la comunidad de Portland Cottage, donde Osbourne opera un pequeño bote pesquero. Él cree que el problema puede estar empeorando. Dijo que en 2023 las algas llegaron temprano y alcanzaron su pico en julio y agosto. La magnitud de la afluencia es superada sólo por la que vio el año antes.
Los motores y otros equipos de los botes de pesca han sufrido daños y el tratar de evitar las florecidas de sargazo representa usar más gasolina lo cual aumenta el gasto para los bolsillos de los pescadores. Pero el peor impacto es la reducción en la pesca, dijeron Osbourne y sus colegas.
El sargazo “mata los peces; mata los manglares, mata las ostras. Todo lo que vive en el mar, lo daña, hasta el mismísimo caimán. Es algo muy peligroso”, dijo Osbourne.
Los pescadores en todo el Caribe han enfrentado problemas similares desde que comenzaron a llegar flujos masivos a la región en 2011.
“Creo que es un problema muy serio, especialmente porque ahora ocurre casi todos los años”, dijo Melanie Andrews-Bacchus, una consultora radicada en Trinidad que ha trabajado en temas pesqueros en más de una docena de países del Caribe. “El sargazo se está volviendo más espeso; Supongo que en algunos casos es mucho más difícil de manejar… Definitivamente es un problema grave, especialmente para el sector de la pesca en pequeña escala”, precisó.
Sin embargo, aún se desconoce el alcance de su impacto, según un informe revelado en septiembre por la Comisión de Pesca del Atlántico Centro-Occidental, un organismo pesquero regional de 34 miembros establecido bajo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
“Los impactos de la afluencia de sargazo en los trabajos de los pescadores aún no se han analizado ni documentado completamente”, afirma el informe. “Por ejemplo, dentro del sector pesquero ha habido pérdida de días de pesca, reducción de capturas de peces voladores, daños a los motores de los pescadores y aumento de los costos operacionales. Sin embargo, las pérdidas económicas asociadas a estos eventos no han sido cuantificadas”.
A menudo, los pescadores tienen que afrontar el problema solos. En Jamaica, muchos dijeron que no han recibido ayuda del Estado para eliminar el sargazo y que tienen que hacerlo solos o esperar a que la naturaleza se encargue del problema.
Los esfuerzos de limpieza que reciben apoyo gubernamental casi siempre se centran en zonas turísticas, y algunos pescadores han visto una remoción inadecuada — como arrojar el sargazo a zonas ecológicamente sensibles — lo cual podría dañar aún más el entorno natural del que depende su sustento.
En 2015 se redactó un Plan Nacional de Respuesta al Sargazo para Jamaica que los funcionarios de la Agencia Nacional de Planificación y Medio Ambiente (NEPA, en inglés) utilizan para guiar su respuesta a las afluencias. Pero el plan nunca fue adoptado oficialmente a nivel gubernamental y los relatos, tanto de los pescadores como de los funcionarios, sugieren que no se ha seguido de manera consistente ni se ha financiado adecuadamente.
De hecho, la mayoría de los pescadores entrevistados por el CPI dijeron que nunca habían oído hablar de eso.
Monique Curtis, portavoz de NEPA, dijo que la mayoría de los fondos reservados para ayudar en la limpieza de las playas tuvieron que ser devueltos porque las comunidades y los pescadores rara vez los solicitaban. Dijo que prefieren limpiar ellos mismos o dejar que el sargazo se desintegre naturalmente.
Los ministros responsabilizan por el asunto a la falta de educación del público, al tiempo que reconocen que es necesario intensificar los esfuerzos del Estado. Aseguraron que los esfuerzos educativos mejorarán en el futuro.
La pesca en Jamaica
Aunque la economía de Jamaica se basa principalmente en el turismo y los servicios, la industria pesquera contribuye al sustento de más de 100,000 personas — casi el 5% de la población— según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO en inglés).
El país también tiene uno de los niveles de consumo de pescado per cápita más altos de la región de las Américas. Los jamaiquinos comen un promedio de 26.42 kilogramos (58.2 libras) de productos del mar al año, ocupando el octavo lugar entre 35 países de América, según datos de 2020 de la ONU. Seis de los siete países con mayor consumo — encabezados por Antigua y Barbuda, con 57.12 kilogramos por año (126 libras) — son pequeñas islas del Caribe.
La industria de Jamaica lleva mucho tiempo amenazada: a mediados de la década de 1990, la captura oscilaba entre 19,000 y 25,000 toneladas anuales y en 2017 había caído a 16,000 toneladas, según la FAO.
En los últimos años el sargazo ha empeorado el problema porque alrededor del 95% de la flota pesquera de la isla está compuesta por embarcaciones pequeñas propulsadas por uno o dos motores que pueden verse fácilmente ahogados por las algas.
Donovan Haye, científico de la Fundación para el Manejo de Áreas Costeras del Caribe (C-CAM, en inglés) en Jamaica, dijo que ciertos tipos de pesca, como la pesca con redes, el arrastre y la pesca con caña, a menudo se ven tan afectados que son casi imposibles durante el pico de la temporada de sargazo.
Donovan Haye, oficial científico de la Fundación para el Manejo Áreas Costeras del Caribe, detalla el impacto del sargazo en la costa sur de Clarendon, en Jamaica. Foto por Devon Fletcher | Television Jamaica
Insuficiente la estrategia para mitigar el daño del sargazo
Después de una afluencia particularmente alta en 2015, la NEPA redactó el plan de respuesta y recurrió a un fondo de emergencia por unos $32,000 para limpiar ocho playas y otras iniciativas de mitigación.
Pero desde entonces, tanto las limpiezas como el financiamiento han sido limitados y no se han implementado elementos clave del plan, a pesar de que la NEPA lo utiliza como estrategia de trabajo.
El plan, por ejemplo, exige la creación de un fondo de mitigación. Pero el Gobierno reconoció que este fondo nunca se estableció y la información provista por la NEPA para esta investigación indica que la agencia ha gastado menos de $10,000 — incluyendo alrededor de $6,500 del Fondo de Mejora del Turismo — en esfuerzos de limpieza desde 2015. La mayor parte de este gasto se produjo entre 2016 y 2018, después de lo cual las limpiezas fueron dirigidas principalmente por operadores y propietarios de playas, según NEPA.
El borrador del plan también exige la creación de un centro de recopilación de datos, pero la NEPA dijo que eso tampoco se ha establecido.
Otra parte importante del plan de respuesta es la educación pública, que se incluye en dos de sus cuatro componentes. Pero ocho años después, cinco de los seis pescadores entrevistados por el CPI en tres de las áreas gravemente afectadas por el sargazo dijeron que nunca habían oído hablar del documento.
El único que sabe del documento, Devon Malcolm, secretario de la Cooperativa de Pescadores de Half Moon Bay en Hellshire Beach en St. Catherine, dijo que asistió a varias sesiones de sensibilización pública con NEPA y la Fundación para el Manejo de la Zona Costera del Caribe (C-CAM, en inglés), una organización no gubernamental que promueve la conservación en Jamaica.
El pescador Devon Malcolm cuenta su peor experiencia con el sargazo, que conllevó una lesión en el pie por el contacto directo con el alga tóxica flotante mientras intentaba sacar su bote al mar. Foto por Devon Fletcher | Television Jamaica
Pero a pesar de dichas sesiones, Haye, el Oficial Científico de C-CAM, dijo que es un reto difundir información sobre el sargazo a todos los pescadores porque no todos están ubicados en un solo sitio, ni están suscritos al mismo tipo de medio de comunicación.
El ministro de Pesca Floyd Green reconoció que el Gobierno necesita hacer más para educar a los pescadores sobre el sargazo y protegerlos de sus efectos negativos.
“Ha habido un apoyo limitado a través de los años y cuando llegan estos informes [de invasión de sargazo] definitivamente podríamos hacer un mejor trabajo en términos de dar apoyo para ayudar a limpiar”, admitió.
A pesar de las luchas de los pescadores, considera que Jamaica no se ha visto tan afectada por el sargazo como muchos otros países de la región.
La asistencia que el Gobierno brinda a los pescadores, dijo Green, no siempre es específica para el sargazo. Atiende además, los problemas generales que afectan a su sector, como el calentamiento de las aguas y la sobrepesca.
“Lo hemos analizado en un contexto más global, en términos de los problemas más grandes que afectan la pesca”, afirmó. “El sargazo es solo uno de los problemas relacionados con el clima que enfrentan nuestros pescadores… Cuando se combinan todos [estos problemas], el asunto realmente tiene un enorme impacto en nuestras pescaderías cercanas a la costa”.
Un pescador en Portmore Causeway en St. Catherine, Jamaica, muestra la baja en su pesca. Los pescadores piden a las autoridades que atiendan urgentemente la situación del sargazo antes de que destruya por completo su sustento. Foto por Kirk Wright | Television Jamaica
Afirmó que el apoyo gubernamental en cuanto a estos asuntos muchas veces se ha enfocado en ayudar a los pescadores a desplazarse más mar adentro brindándoles capacitación en técnicas de pesca con palangre y equipos relacionados, como dispositivos GPS.
Grandes pérdidas, poca ayuda
Haye, sin embargo, también lamentó que en Jamaica no haya recursos para compensar a los pescadores por desastres naturales y mucho menos por el sargazo.
Además, destacó el reto de “cuantificar y determinar quiénes han sido afectados y cómo, y qué nivel de compensación requieren”.
Sin embargo, los pescadores rápidamente calculan el costo del sargazo. En la playa de pesca Bluefields en Westmoreland, ubicada en el sur de Jamaica, Kevin Lattibudaire estimó que una gran afluencia de sargazo puede costarle entre $1,300 y $1,900 al mes en pesca perdida.
Osbourne, el pescador de Portland Cottage, dijo que ha visto cómo el sargazo daña irreparablemente hasta 100 libras de redes de pesca con un valor de casi $8 la libra.
El pescador de Portland Cottage, Icallie Swaby, añadió que las algas han afectado su equipo de navegación. “Cuando entra en la hélice del motor, no puede girar, y destruye el motor y lo hace sobrecalentarse”, dijo Swaby.
Grandes cubiertas de sargazo llegan a la costa de Manchioneal, Portland, Jamaica, una de las zonas más afectadas de la isla. Foto cortesía del Instituto GeoInformatics de Mona
Y durante la peor temporada de sargazo, los pescadores a veces no pueden salir al mar por días.
Green dijo que el Gobierno no ha podido determinar el costo real del impacto del sargazo, por lo que depende de información anecdótica de los pescadores afectados para evaluar cada temporada, y determinar un plan de acción.
“A menudo, el proceso [de limpieza que hacen los pescadores] no tiene costos”, dijo. “Lo hacen ellos mismos”, agregó.
Preguntas sobre la limpieza
Haye dijo que muchos operadores turísticos en las playas más populares a veces pueden darse el lujo de remover el sargazo de sus instalaciones para no afectar sus negocios.
“En casi todas las playas, especialmente las playas de pesca donde normalmente los pescadores ejercen su oficio, no hay esos recursos disponibles”, advirtió Haye.
En ausencia de un control más estricto por parte del Gobierno, a Haye le preocupa que los operadores turísticos no siempre sigan las mejores prácticas al eliminar las algas.
“Esto levanta una señal de alerta de que, con sólo recolectar el sargazo de la playa y almacenarlo en algún lugar donde se deteriore, se podría estar eliminando la contaminación de un área y llevándola a otra”, dijo.
Malcolm, el pescador de St. Catherine, dijo que vio sargazo en dos playas cercanas siendo sacado solo para ser arrojado “en algún lugar de Hellshire” donde había “mucha arena”.
Jodiel Ebanks, ex coordinador de playas de NEPA, recordó que el Plan Nacional de Respuesta al Sargazo requiere un permiso por escrito de esa agencia antes de recolectar y eliminar las algas.
Sin embargo, la NEPA no tiene cámaras ni vigilancia constante en las áreas afectadas para garantizar que se sigan las reglas y depende de los informes de violaciones para hacer cumplir los protocolos descritos en el plan de sargazo.
“Se me quemó todo el pie”
Los pescadores a veces también sacan o entierran el sargazo, pero les preocupan problemas de salud que no entienden bien.
Wolde Kristos, que administra el Bluefields Fish Sanctuary en Westmoreland, dijo que muchas veces no usan equipo de protección ni guantes cuando manipulan las algas.
Malcolm dijo que se dio cuenta de que podría haber sustancias químicas dañinas en el sargazo porque blanquea las piedras de la orilla y mata a los pequeños peces que viven en ellas.
Tuvo su propia experiencia al entrar en contacto directo con el alga un día cuando intentaba empujar su barco mar adentro a través de densas concentraciones de sargazo.
“Cuando lo pisé, [sentí] como si se me quemara todo el pie”, dijo.
En la costa suroeste de la isla, en Bluefields, Westmoreland, los pescadores reconocieron que desconocen los riesgos asociados a las algas.
“No sé mucho en cuanto a la salud”, dijo Garmell Lattibudaire, añadiendo que le gustaría aprender todo lo que pueda.
Los pescadores tienen razones para preocuparse. Haye, oficial científico del C-CAM, explicó que los científicos han identificado “niveles anormalmente altos de contaminantes” incluyendo el arsénico, en muestras de sargazo recolectadas en diferentes zonas de Jamaica.
Green, el ministro de Pesca, dijo que a él también le preocupan los metales pesados en el sargazo y el hecho de que en gran medida ha recaído en los pescadores ocuparse del problema para poder seguir ganando dinero en épocas de grandes afluencias.
Al senador Matthew Samuda, ministro de Medio Ambiente de Jamaica, le preocupan los gases nocivos como el metano que se liberan cuando el sargazo se descompone.
Ambos ministros reconocieron que el apoyo a los pescadores para limpiar el sargazo de sus playas ha sido escaso.
“Probablemente necesitemos redoblar nuestros esfuerzos en materia de educación pública”, añadió Samuda.
Green dijo que la ayuda futura del Estado incluirá capacitación, proveer recursos tales como dispositivos GPS y botes palangreros para que los pescadores se adentren más en el mar donde el sargazo es un obstáculo menor. Pero este plan aún no se ha materializado y Green se negó a ofrecer detalles sobre cómo será financiado.
Una esperanza
A pesar de las luchas, Jamaica ha experimentado avances, incluyendo varias iniciativas de investigación y respuesta desde la Universidad de las Indias Occidentales (UWI, en inglés).
El 11 de enero de 2024, por ejemplo, el Instituto de GeoInformática Mona de la UWI lanzó un Sistema de advertencia temprana sobre el sargazo para ayudar a las comunidades — especialmente a los intereses turísticos y pesqueros — a prepararse para las acumulaciones de algas.
Otras regiones, incluyendo a Ghana, están utilizando un sistema similar. Darren Fletcher, coordinador de proyectos técnicos del MGI, destacó que una parte fundamental de la adaptación al sargazo es “tratarlo como una oportunidad y no como una inconveniencia”.
Botes encallados mientras capas de sargazo cubren la costa en Manchioneal, Portland, Jamaica — un símbolo del impacto paralizante sobre la pesca en una de las zonas más afectadas de la isla.
Foto cortesía del Instituto GeoInformatics Mona
Haye dijo que las tecnologías predictivas como el nuevo sistema de aviso son un paso en la dirección correcta, y argumentó que deberían combinarse con técnicas para eliminar de forma segura el sargazo en el mar antes de que llegue a la costa.
Sin embargo, en última instancia, dijo que el mundo debe atender el problema del sargazo de la misma manera que ha abordado el agotamiento del ozono en las últimas décadas: con una respuesta global.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte con el apoyo de Open Society Foundations.
En la Pescadería Vellón del barrio Buena Vista en Humacao, su propietario, Wilson Vellón, recibe una llamada telefónica de un cliente que le pregunta por el pescao disponible. El pescador responde que el inventario está limitado y que en cualquier momento del día siguiente la pesca podría acabarse sin la garantía de que traigan más.
Son cerca de las 10:00 de la mañana del martes de Semana Santa y en los congeladores de la Pescadería Vellón solo quedan algunas libras de colirubias, pargos, cotorros y boquicolorás. Como parte de la cultura religiosa y popular, esta es la semana de mayor demanda de pescado y marisco en Puerto Rico. Sin embargo, Vellón teme no cumplir este año con la gran demanda de los frutos del mar. El sargazo es la razón.
“El problema es que el sargazo se va al fondo del mar.
La querella se recoge en una carta dirigida tanto a la NOAA como al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) e indica que esta última agencia no les ha presentado un plan o presupuesto para el uso de los fondos federales luego de que fueran aprobados en febrero de 2018.