Mientras la burocracia gubernamental y los esfuerzos de los intereses económicos actúan en contra del ambiente desde distintos frentes del archipiélago, los activistas ambientales hablaron de la necesidad de unificar los esfuerzos por la conservación y protección del medioambiente desde todos los frentes posibles. 

“Mientras nos tienen apagando fuegos en Aguadilla, en Rincón, en Luquillo, en Peñuelas, en Salinas, en Humacao, en todas partes de Puerto Rico, estamos perdiendo la visión de país, de conjunto”, advirtió Maritza Maymí Hernández, coordinadora legislativa de Sierra Club Puerto Rico, durante un panel realizado el pasado sábado como parte del Caribe Fest 2024, organizado por el Centro de Periodismo Investigativo, en el Museo de Arte Contemporáneo en Santurce. 

“Tenemos que todos y todas trabajar juntos para adelantar esa causa que se está dando en un espacio y está conectada con otras que se están dando en otros lugares, y trabajarlas de forma coherente, de forma transversal y organizada”, añadió. 

Por su parte, Federico Cintrón Moscoso, director de El Puente–Enlace Latino de Acción Climática, describió como fundamental trabajar de la mano con las comunidades para alcanzar los objetivos ambientales. Mencionó, además, que gran parte del trabajo del activismo ambiental consiste en reclamar derechos fundamentales, como por ejemplo, el derecho a la información. 

“Tenemos que estar todo el tiempo haciendo esos reclamos y luchando esos reclamos para entonces dar paso a las otras luchas y acciones”, subrayó Cintrón Moscoso. “Muchos de estos reclamos son reclamos de cosas muy básicas que nos siguen negando”, abundó.

Asimismo, Suzette Quirós, portavoz del grupo Salvemos Playuela, destacó que uno de los retos más grandes que han enfrentado los residentes en el área costera del norte de Puerto Rico, y que buscan detener la construcción de un hotel en el sector costero, ha sido aprender a navegar la burocracia gubernamental. 

“Es bien poca la información que hay sobre cómo un ciudadano o una ciudadana puede fiscalizar o puede hacer una querella”, lamentó Quirós. “Han sido siete, casi ocho años ya, de aprender en la marcha. Metieron una máquina allá adentro. ¿Qué vamos a hacer? La primera reacción es tú métete allá adentro y parar la máquina con tu cuerpo, porque es lo único que tienes. Pero en el camino, hemos aprendido a tener el número del DRNA [Departamento de Recursos Naturales y Ambientales] en el teléfono guardado”, agregó. 

En el caso de Playuela, mencionó Quirós, la lucha contra el proyecto de desarrollo hotelero se remonta a los años 90 y el grupo comunitario busca proteger más de 150 cuerdas de terreno en el valle costero de Aguadilla.

Activismo ante el cambio climático

En cuanto al trabajo de activismo ante la crisis climática, Maymí Hernández explicó que Sierra Club no trabaja la problemática del calor de forma directa, pues las temperaturas extremas son un efecto de otros problemas, como la quema de combustibles. 

“Nosotras miramos más las causas, qué es lo que producen los calores extremos, porque desde ahí es que está la raíz de cómo atenderlo”, explicó Maymí Hernández. 

En tanto, Cintrón Moscoso indicó que el calor extremo impacta directamente el consumo de energía, por lo que “cualquier tema relacionado con cómo consumimos energía de manera eficiente está relacionado con la necesidad que vamos a tener de ventilación y de equipos” necesarios para combatir las altas temperaturas. Destacó, además, el impacto de las altas temperaturas en las escuelas del país y la necesidad de pensar en los planteles como “refugios climáticos” ante el calor. 

“Tenemos que empezar a pensar, no de manera de respuesta a la emergencia, sino de manera adaptativa, cómo nos preparamos, cómo atendemos estos fenómenos y cómo desarrollamos planes para poder atenderlos”, afirmó Cintrón Moscoso. 

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