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“Un futuro peligroso”: el cambio climático augura un panorama global desolador si no se atiende 

Los indicadores del cambio climático y sus efectos en la vida y la salud de las poblaciones siguen siendo ignorados por muchos gobiernos, alertó Luciana Blanco Villafuerte, investigadora de Lancet Countdown Latinoamérica.

14 de abril 2024

Foto por Brandon Cruz González | Centro de Periodismo Investigativo

Luciana Blanco Villafuerte, investigadora del Lancet Countdown Latinoamérica, durante la Conferencia Magistral del Caribe Fest 2024, celebrado este pasado fin de semana en el Museo de Arte Contemporáneo en Santurce.

Si los gobiernos y los ciudadanos, sobre todo los adultos mayores, continúan ignorando las advertencias científicas sobre los indicadores de la existencia del cambio climático, lo que les espera a todos los países es un panorama desolador.

Eso confirmaron los datos presentados por Luciana Blanco Villafuerte, investigadora del Lancet Countdown Latinoamérica, en la Conferencia Magistral del Caribe Fest 2024 del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), celebrado este pasado fin de semana en el Museo de Arte Contemporáneo en Santurce.

“No se está pensando en que toda la población está en riesgo”, afirmó Blanco Villafuerte, quien catalogó como peligroso el futuro del planeta por las inacciones o los movimientos nulos de los gobiernos ante el tema.

La suma del cambio climático y el fenómeno atmosférico de El Niño, que actualmente afecta la temperatura de los océanos, provocará cambios significativos mundiales, advirtió.

“Si no hacemos nada, si seguimos contaminando, van a seguir aumentando los niveles de temperaturas por no reducir el efecto invernadero”, añadió.

Esto implicaría un 370% aumento en las muertes anuales relacionadas con el calor; 50% de aumento en horas de trabajo perdidas (especialmente en el sector de la agricultura); 525 millones más de personas experimentando inseguridad alimentaria de moderada a grave; y un alza de 37% en el potencial de transmisión del dengue y otras enfermedades acarreadas por mosquitos.

Blanco Villafuerte urgió a tomar acción ahora porque, como adelanto del informe sobre la región que presentará la entidad en mayo, pudo confirmar que “el Caribe fue la región que tuvo más días de exposición al calor que son peligrosos para la salud a partir de 2018, con un número de 101 días [por año] que pusieron en riesgo nuestra salud. Luego le sigue África, con 83 días, y luego Centroamérica”. En República Dominicana se ha registrado un aumento de 256% de las muertes atribuibles al calor, según los datos recopilados desde 2005 por la organización.

Estos son solo algunos de los hallazgos de la organización Lancet Countdown y que fueron destacados por la investigadora en la Conferencia Magistral, que luego se convirtió en una conversación moderada por Omaya Sosa y Carla Minet, cofundadora y directora ejecutiva del CPI, respectivamente.A su vez, el continuo aumento en los niveles de CO2 (dióxido de carbono) liberado a la atmósfera seguirá provocando temperaturas altas, cambios en las estaciones del año, aumento en el nivel del mar, eventos naturales extremos, sequías, inundaciones e incendios forestales no producidos por el ser humano, indicó Blanco Villafuerte.

La conferenciante, junto a Omaya Sosa y Carla Minet, cofundadora y directora ejecutiva del CPI, respectivamente, dijo que la producción de ciertos alimentos básicos ha bajado porque hay menos meses para cultivarlos.
Foto por Brandon Cruz González | Centro de Periodismo Investigativo

Una de las preocupaciones más grandes es el riesgo de carencia de alimentos, lo que conllevaría malnutrición alrededor del planeta porque, debido a las altas temperaturas, cada vez se pierden más horas de trabajo en el sector agrícola.

“No podemos producir los alimentos que necesitamos, sobre todo en los países que dependen de la agricultura. Actualmente hay 127 millones de personas sufriendo algún tipo de inseguridad alimentaria”, indicó.

“El nivel de productividad de los alimentos básicos como el maíz, el trigo y la soya ha bajado porque hay menos meses para cultivar esos alimentos. También su nivel de nutrición [nutrientes] no es como el de antes, es menor”, advirtió la científica.

Muchos adultos mayores no creen que el cambio climático afecte su salud

“Los más jóvenes son más conscientes, pero los adultos a partir de los 50 años no tienen la certeza de que esto les afecta su salud. Por eso el poder de los periodistas para pasar esta información a adultos [mayores] es sumamente importante”, precisó Blanco Villafuerte.

Añadió que la mayoría de las personas en ese sector generacional tienen enfermedades crónicas y las medicinas que toman en ocasiones afectan la percepción de sus cuerpos sobre el calor y pueden provocar que colapsen, algo que muchos de estos desconocen.

“Tienen que reconocer que un golpe de calor provoca dolor de cabeza, mareos… es un tema fundamental. Si es un día muy caluroso y de la nada dejé de sudar, eso es un determinante para ir a sala de emergencias de inmediato porque implica un riesgo de muerte por posibles fallas de diferentes órganos”, señaló.

De otra parte, por los cambios de ecosistemas áridos a húmedos por inundaciones o aumento en el nivel del mar, “el potencial de reproducción del mosquito [que transmite el dengue o la malaria, por ejemplo] aumentaría en 35%. Ahora hay muchos [mosquitos] en partes donde no había. En zonas que ahora son húmedas cuando antes no lo eran”, dijo.

La investigadora dijo estar preocupada porque en conferencias que ha ofrecido a profesionales de la salud en Latinoamérica notó la falta de conocimiento sobre estos efectos en la salud. “Los médicos no están preparados, en muchos casos no saben cómo tratar el dengue. Es que hay zonas donde antes no había mosquitos ni dengue”.

“Lo que se está observando es que hay más muertes a nivel global. En Europa, a pesar de que hay países de alto nivel socioeconómico, casi no se usa el aire acondicionado, y tienen muchos adultos mayores y más muertes atribuibles al calor”, informó.

Gobiernos sin datos ni fondos para atajar la crisis climática

La científica resaltó que parte del trabajo que hacen entidades como Lancet Countdown es recopilar y analizar datos sobre los impactos de la crisis climática que aporten a tomar acciones individuales y de política pública.

Según Blanco Villafuerte, “hay diferentes problemáticas y limitaciones. Para los indicadores necesitamos datos que da el propio país y lamentablemente nuestros países están muy atrasados en ese proceso. No hay presupuesto en algunos [países] para esto. Lo ideal es comenzar a generar datos para que nosotros como científicos podamos utilizarlos para establecer estos indicadores”, y alertar a la población y a las autoridades.

Para la científica, es imperativo que los ciudadanos exijan a sus gobiernos “que vean el cambio climático como tema que se tiene que trabajar de manera transdisciplinaria, porque trabajan desde sectores independientes, no integran científicos, arquitectos, ingenieros… Se tiene que trabajar en conjunto. Incluir a las comunidades indígenas, a la ciudadanía, que son los que están viviendo en las ciudades. Se necesita inversión para la evaluación y mitigación del cambio climático”.

Observó que “viendo que cada vez hay más jóvenes que salen y levantan la voz, aunque les dicen ‘radicales climáticos’, son jóvenes los que se están educando. Las personas tienen que comenzar a hablar más [de la crisis climática]”.

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