Después de una desastrosa “gira de buena voluntad” por Latinoamérica en el año 1958, y antes de regresar a Washington, Richard Nixon hizo escala en Puerto Rico – terreno amistoso para el emocionalmente sacudido vicepresidente, quien había sido vapuleado y atacado con huevos en Caracas, así como tildado de “corrupto” durante protestas hostiles en Lima. Recibiéndolo con brazos abiertos estuvo el devoto de Washington, Luis Muñoz Marín, primer gobernador electo mediante el voto popular, quien fue su anfitrión durante la noche que duró la escala.
Habiendo sido ambos apasionados bebedores en su juventud, Muñoz Marín y Nixon se amanecieron tomando y charlando. En el año 1971 y durante una conversación telefónica con el entonces Embajador de los Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Daniel Patrick Moynihan, el Presidente Nixon describió lo ocurrido. Lo siguiente es una transcripción que forma parte de una colección de conversaciones telefónicas grabadas durante los años de Nixon en la Casa Blanca compiladas por el Archivo Nacional de Seguridad de la Universidad de George Washington. El propósito de la llamada telefónica del 7 de octubre de 1971 fue para el Presidente discutir con el Embajador si los africanos tenían o no la capacidad de dirigir sus naciones.
Nixon: Yo no estoy diciendo que los negros no pueden gobernar. Yo lo que digo es que les cuesta un trabajo divino.
Moynihan: Mm-hmm.
Nixon: Ahora, eso tiene que decir algo. Dicho eso, miremos a Latinoamérica. Latinoamérica ha pasado 150 años intentándolo y no tienen mucho que demostrar tampoco. Méjico es un gobierno de un solo partido; Colombia, ellos los alternan cada dos años, Venezuela es un ‘al guipi pío’, el resto son dictaduras, excepto por Allende, que es una dictadura comunista – electa, pero comunista. Oye, déjame volver a otro punto. Yo creo que tú has escuchado el cuento de mi conversación con Muñoz Marín, quien, incidentalmente, era capaz de gobernar.
Moynihan: Sí.
Nixon: En el 58, después de Lima y Caracas, yo paré allí. Y él y yo hablamos toda la noche…y él, bebiendo su escocés con todo, y se lo estaba gozando… [carcajadas] Y yo, tratando de mantener su ritmo – ¡casi muerto! Pero él me dio un punto bien interesante, bien tarde – ya casi amaneciendo. Él dijo, mire, yo no debería decir esto, “Pero Señor Vicepresidente, mi gente tiene muy buenas cualidades, me refiero a que, son corteses…, son, son gente de familia…en las artes…usted sabe, filosofía, etcétera.” Pero él dijo, “tengo que admitir que mi gente” –hablando de latinos en general – “nunca han sido buenos gobernándose.”
Moynihan: Entiendo.
Nixon: Ahora, veamos eso. Los italianos no son nada bueno en gobierno. Los españoles no son nada bueno en gobierno.
Moynihan: De acuerdo.
Nixon: Los franceses han pasado un trabajo tremendo, y ellos son mitad latinos. Y en toda Latinoamérica no ha habido un buen gobierno. Ellos se van de un extremo al otro. Es o una familia –bueno, tres extremos: oligarquías familiares, o una dictadura –una dictadura derechista o izquierdista. Muy rara vez en el centro. Dicho eso, sin embargo, cuando comparas las dictaduras latinas y los gobiernos, etcétera y sus estilos de gobierno, ellos son – por lo menos lo hacen a su manera. Es un régimen de orden que funciona relativamente bien. ¡Ellos han podido correr el maldito lugar! Ahora, a lo que estoy llegando es a esto: los asiáticos han sido capaces de gobernarse a sí mismos, de una u otra manera. Nosotros y los caucásicos hemos aprendido después de masacrarnos unos a otros en guerras religiosas y otras guerras por muchos, muchos años, incluyendo un par en este último – este siglo. Los latinos lo hacen de una forma miserable, pero lo hacen. Pero los africanos simplemente no pueden manejar las cosas. Y eso es un punto bien, bien fundamental en la escena internacional. ¿Ves mi punto?
En este informe trabajó Marty Gerard Delfín.