Inglaterra investiga evasión contributiva de compañías de cine en Puerto Rico

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film-crew-hirecpiEl gobierno de Reino Unido mantiene abierta una investigación por posible evasión de impuestos sobre créditos contributivos que la Corporación de Cine de Puerto Rico (CCPR) otorgó a entidades asociadas a la productora puertorriqueña Pimienta Films, según confirman testimonios y documentos en poder del Centro de Periodismo Investigativo (CPI).

El CPI confirmó que la agencia británica Her Majesty Revenue & Custom (HMRC) mantiene vigente la investigación que en Puerto Rico inició en 2011 porque ambas entidades puertorriqueñas mantenían negocios con empresas británicas relacionadas a un esquema de evasión de impuestos en Gran Bretaña. HMRC es la agencia responsable de velar y fiscalizar por los impuestos de contribuciones sobre ingresos a nivel nacional, incluyendo los bienes capitales de corporaciones y otras instancias del fisco británico.

La información fue confirmada por Michelle Potts, oficial de prensa de la agencia investigadora británica. En un correo electrónico clasificado como “protegido” Potts precisó el pasado 19 de febrero, que “la investigación del HM Revenue & Custom continúa en proceso” y por ello “no era propicio ofrecer más detalles”.

Proyectos fílmicos que en el pasado se atendieron desde la CCPR,  y que fueron trabajados por Pimienta, presidida por Luis Ruiz Ruiz, son parte de la prolongada y compleja pesquisa que adquiere relieve internacional ya que en varias jurisdicciones se está cuestionando la efectividad de ese tipo de “incentivo” a la industria fílmica.

En sus indagaciones con Puerto Rico HMRC se interesó por cada detalle de las transacciones emitidas desde aquí y que alegadamente enriquecieron cuentas personales de productores en vez de ser invertidas en las filmaciones.

Al tiempo que el gobierno británico indagaba en la Isla, Pimienta no sólo sostenía compromisos de desarrollo conjunto con algunas de las corporaciones extranjeras desde 2006, sino que, además, continuaba beneficiándose de millones de dólares de las subvenciones otorgadas por el Departamento del Trabajo (DT) bajo programas que fomentan la creación y el mantenimiento de empleos. Un esquema cuestionado en una serie de reportajes realizados por el CPI.

La ex directora de la CCPR Mariella Pérez Serrano, confirmó al CPI que dos investigadores de HMRC –de los cuales recuerda el nombre de Stephen Blackburn– estuvieron en las oficinas de la corporación hace dos años para indagar personalmente y tomar declaraciones juradas en torno a las ejecutorias de la disuelta empresa Buena Ondita –que en la actualidad es Pimienta Films– y de otros proyectos fílmicos en los que la CCPR estaba involucrada.

“La investigación surgió porque Buena Ondita estaba asociada con Salt, compañía de ventas ‘hermana’ de Pimienta y alter ego corporativo.  Salt –que antes fue Lumina Films– y Pimienta son empresas asociadas al International Film Collective (IFC)”, explicó la ex funcionaria.

IFC es un grupo internacional de renombre que propicia la conceptualización de negocios fílmicos en las distintas fases de producción.

“Salt invierte recursos en la empresa de Luis Ruiz, entregándole proyectos ready made para levantar su financiamiento,” explicó Pérez Serrano.

El fisco británico investiga

La comunicación inicial entre HMRC y la CCPR fue por medio de llamadas en conferencia y cartas. Luego, Pérez Serrano en calidad de directora ejecutiva, tuvo una cita con los agentes británicos. En ese momento supo que “el objetivo de la visita era investigar las empresas subsidiarias de la corporación matriz IFC, cuya sede está localizada en Mónaco”, precisó.

De acuerdo a la limitada información provista por Blackburn a Pérez Serrano, HMRC buscaba pistas sobre cuentas que habían sido creadas y firmadas con créditos contributivos en Andorra y Montecarlo.

“Lo estipulado era que el dinero de los créditos se utilizarían para los propios financiamientos de las películas y no para otros fines. Por eso investigaban un alegado esquema contributivo en el que aparentemente, en vez de reinvertir el dinero en las películas, se quedaban con él”, explicó Pérez Serrano.

El departamento de investigaciones criminales requirió la cooperación a la CCPR como “testigo potencial” y queda explícito en el documento de abril 26 de 2011 que la ayuda prestada durante la pesquisa “debe ser voluntaria”, aunque se advierte que se acudiría a las autoridades federales si ocurre resistencia de parte de la dependencia del gobierno de Puerto Rico.

Desde diciembre de 2012, el periódico británico The Guardian viene publicando una serie de artículos relacionados a investigaciones de producciones asociadas en la industria fílmica, entre otras corporaciones globales y de cómo dichos esquemas permiten a los inversores retrasar o evadir contribuciones al Estado durante largos periodos de tiempo.

Buena Ondita y sus socios

La primera carta que el investigador criminal Blackburn envió a la CCPR explicaba que investigaba “las transacciones que involucren a la IFC, Fat Cat Films Ltd, D III LLP –conocida también por Film Development IV LLP– y Little Wings Films”. Y que tenían conocimiento de que Buena Ondita era una empresa conjunta con IFC. Luego mencionaba cinco proyectos fílmicos que presuntamente Buena Ondita realizó.

No obstante, el CPI supo a través de Pérez Serrano y Luis Riefkohl Miranda –director de la CCPR entre 2005 y 2009– que las cinco películas no se llegaron a realizar en Puerto Rico.

Posteriormente, en otra carta con fecha 25 de mayo, Blackburn solicita a Pérez Serrano documentos puntuales como: “evidencia relacionada a la financiación de la película puertorriqueña Maldeamores (2007), que demuestre su vínculo con IFC, Lumina Films –ahora Salt– y Buena Onda; con Cyril Megret o Robert Bevan”.

Estos últimos son directores asociados a las empresas arriba mencionadas.

En el informe anual de 2006 del Registro de Corporaciones del Departamento de Estado de Puerto Rico (DE) aparece que la compañía Buena Ondita es presidida por   Ruiz Ruiz, que Bevan es el vicepresidente y Megret es el tesorero. En junio de 2008 Buena Ondita cambia su nombre corporativo a Pimienta según el registro de Estado.

De la segunda misiva de Blackburn se desprende que IFC ni Lumina proveyeron a las autoridades británicas la información relacionada al financiamiento de Maldeamores y cuestiona a Pérez Serrano si “[ella] está en una posición para esclarecer el rol de IFC”.

“Todo lo que ellos pidieron y estaba disponible en archivos yo se lo entregué. Salvo unos recortes de periódicos que reflejaban el éxito taquillero local de Maldeamores, porque la corporación no tenía presupuesto para un traductor y ellos no podían utilizarlo tal cual como evidencia”, expresó Pérez Serrano.

Los documentos que solicitaron los británicos eran de la época en que Riefkohl Miranda era el director ejecutivo de la corporación.

Blackburn además, refiere a un borrador, de febrero de 2006, que sirve como “evidencia de que hubo un acuerdo de desarrollo de cofinanciamiento que iba dirigido a la CCPR”, pero le aclara a Pérez Serrano que faltan detalles de la conclusión del acuerdo, si lo hubo.

Según el investigador, aunque “dicho acuerdo de desarrollo de empresas conjuntas” se describe como “genérico”,  y que “puede servir para que la CCPR entre a financiar con los productores de películas que deseen acceder al Fondo Cinematográfico [Ley 121 para el Desarrollo de la Industria Fílmica en Puerto Rico]”, no hay reportes de ninguna documentación firmada por tanto no consta si entró en vigor.

Menciona también que Riefkohl Miranda confirma en el documento que “la Junta de Directores de la CCPR ha acordado la designación de IFC como proveedor de servicios de desarrollo”. Por eso insiste a Pérez Serrano si sabe lo que significa el acuerdo y cuáles fueron los resultados. Pérez Serrano declara desconocimiento de los pormenores del asunto.

La ex directora de la CCPR dijo al CPI que existían unos acuerdos tipo contrato, pero les faltaba la última página de la firma. También que figuraban unos desembolsos realizados, aunque algunos de los contratos estaban incompletos.

“Reitero que se envió al Reino Unido lo que teníamos tal cual y se les dejó saber que no aparecieron todos los documentos en los archivos”, advirtió la ex funcionaria.

Según documentos relacionados con Buena Ondita revisados por el CPI en el Departamento del Trabajo (DT), “la película Maldeamores contó con distribución internacional que se negoció a través de la CCPR y los productores de la distribuidora inglesa Lumina Inc”. La carta firmada por Riefkohl Miranda en 2006 y dirigida al Secretario del DT, Román M. Velasco, constata el acuerdo interagencial Apoyo al de Aquí entre la CCPR, el Departamento de Desarrollo Económico y el DT para incentivar las producciones de cine.

El documento en cuestión deja claro que “el DT incluirá en los salarios subsidiados a todo el personal que no tenga una participación comercial del proyecto. En ese sentido la CCPR remitirá, junto con la solicitud del productor independiente, un análisis de la participación de cada proyecto”.

Sobre estos temas Riefkohl refutó. “No era una investigación a mi persona, era una investigación sobre un contrato de unos proyectos fílmicos con quien en su momento se intentó hacer un codesarrollo. Porque IFC era una compañía de agentes de ventas [fílmicos]. Pero aunque lo firmamos no se hizo desembolso alguno. Porque no logramos hacer proyectos lo suficientemente puertorriqueños para desembolsar”, sostuvo Riefkohl.

“Me reuní con Román Velasco e hicimos la alianza.  El DT separaba una cantidad de dinero anual dirigida a la producción de cine y televisión.  La CCPR endosaba proyectos que tuvieran compromisos del fondo de cine.  De esa manera los proyectos recibían de ambos lados, se completaba el financiamiento y se podían producir”, añadió.

Riefkohl especificó al CPI que antes de su incumbencia en CCPR, el DT otorgaba fondos para proyectos fílmicos pero que no arrancaban porque les faltaba presupuesto. Que a partir de un análisis se supo que el fondo de cine había otorgado dinero a diez proyectos, “pero que tampoco fue suficiente”. “Había un desfase, el DT otorgaba sin dialogar con la CCPR y viceversa. Lo que terminaba pasando era que ni uno ni los otros se hacían. Gracias a esa alianza se produjo sobre diez películas puertorriqueñas durante mi tiempo en la CCPR”.

Riefkohl afirmó que cuando fue interrogado por los investigadores  británicos sus declaraciones fueron juradas como parte del proceso.

“No estamos vinculados a ninguna investigación británica”.

Por su parte, Ruiz Ruiz fue parco y puntual al cuestionársele sobre la investigación británica. Del interrogatorio de los agentes en la Isla, se limitó a responder: “no voy a contestar eso”.

No obstante, horas más tarde Ruiz Ruiz se comunicó con el CPI para abundar en sus declaraciones.

“Pimienta no está siendo investigada. No hay vínculo de sociedad alguna en términos de operating agreements en cuanto a las acciones de Pimienta; el único dueño de Pimienta es Luillo Ruiz”, declaró.

Se le solicitó evidencia sobre la alegada exoneración de la pesquisa pero se negó a ofrecerla. Inexplicablemente, Ruiz Ruiz dijo que retendría información pertinente hasta que la investigación periodística que realiza el CPI saliera publicada. Una vez publicado este artículo Ruiz Ruiz le hizo llegar al CPI una carta firmada por Blackburn, con fecha del 8 de julio de 2011, que dice que ni Ruiz ni Pimienta/Buena Ondita es objeto de la investigación y que la participación de Ruiz en la pesquisa criminal “ha sido en calidad de testigo”.

El CPI pudo corroborar en las propuestas para los Fondos de Ley 52 del Departamento del Trabajo, que Pimienta sometió al Negociado de fomento para las oportunidades de trabajo (NFOT) desde 2009 a 2012, que Ruiz Ruiz hace referencia a que “Pimienta cuenta con representación de ventas, de distribución y/o arreglos pre-venta con compañías de renombre internacional como Salt, Sony”, entre otras producciones.

Asimismo que “debido a su asociación a la reconocida compañía británica de ventas The Salt Co., sus proyectos ya cuentan con representación de ventas y distribución internacional”. Y que la película, “Welcome to the Jungle está representada por la reconocida agencia de ventas The Salt Co. y ha tenido tan extraordinaria aceptación en el mercado internacional, que sin haber comenzado a rodar, ya se han vendido sobre un millón de dólares en preventas a territorios internacionales…”, concluye la petición añadiendo que será filmada completamente en la Isla con personal técnico, de creación y producción local.

En referencia a esto la relacionista pública de Pimienta, Adriana Núñez Cox, comunicó que “la relación que existe entre Pimienta y Salt es una de estrecha colaboración, no de sociedad. Colaboran de la misma manera que ha colaborado con otras agencias de venta, proyecto por proyecto”.

La corporación “ignora”

Sobre la investigación de los británicos en la Corporación, el actual director ejecutivo, Demetrio Fernández Manzano, reaccionó sorprendido. “Voy a ser escueto: yo no conozco esa investigación”.

“Tendría que sentarme a ver si hay una investigación en curso por esta gente, pero nunca había escuchado de esto”.

Cómo se afectarían los proyectos pendientes de Ruiz Ruiz con la CCPR de haber un fallo en su contra es un tema que “se atendería en su momento”, dijo el funcionario al CPI. “No somos nosotros los llamados a tomar cartas en este asunto [en la actualidad], nosotros somos una comisión de cine”, defendió Fernández Manzano.

Acuerdos que se abren y cierran puntualmente

De acuerdo con el ex abogado de la CCPR, Jorge Marchand Herencia y Pérez Serrano, los proyectos fílmicos suelen abrir corporaciones mientras duran los proyectos y se reciben pagos pendientes. Una vez el proyecto fílmico concluye, se tiende a cerrar la corporación, eliminando así posibles y posteriores requerimientos. “De ese modo se pierde el rastro, si la compañía ya no existe se evitan todo tipo de reclamaciones judiciales. Si no hay empresa ¿a quién se le reclama?”, cuestionó Pérez Serrano.

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