La crisis del coronavirus propició el resurgir del periodismo de profundidad

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Foto vía Engin Akyurt vía Unsplash

La pandemia de COVID-19 propició el resurgir del periodismo de profundidad porque obligó a cubrir las realidades que enfrenta el ciudadano común, expresó la periodista española Olga Rodríguez Francisco en la conferencia virtual “Cobertura de la pandemia en España y Europa”.

“La pandemia ha forzado al periodismo a poner el foco en las realidades sociales muy a menudo olvidadas en demasiados medios de comunicación”, estableció Rodríguez Francisco durante el evento auspiciado por la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y la Fundación Ángel Ramos.

La periodista experta en política internacional mencionó que gracias al resurgir de la crónica y el reportaje de profundidad se han logrado explicar a través de historias individuales las consecuencias colectivas provocadas por el coronavirus. 

“Detrás de las cifras, detrás de los números, detrás de los porcentajes, detrás de las estadísticas hay personas, con nombres, con apellidos, con historias, con voz, con problemas. A través de esas historias es mucho más fácil contar la historia con mayúsculas”, expresó la también cofundadora del diario.es. 

Los retos del periodismo en la actualidad 

Rodríguez Francisco mencionó que volver al periodismo de profundidad es significativo para la profesión, debido a que el oficio se encuentra en una crisis de identidad marcada por el control del poder financiero sobre los medios de comunicación. 

Con el fin de utilizar la información como mercancía, desde los años 90 del siglo pasado en Estados Unidos y principios de este siglo en Europa, la periodista establece que se encerró a los reporteros en las salas de redacción y se les llevó a frecuentar espacios de poder, alejándose de las realidades que atraviesa la sociedad.

“Está bien mirar hacia arriba y hacia esos despachos y alfombras rojas, pero si solo se mira hacia arriba podemos contraer tortícolis; hay que mirar a los lados, hay que mirar hacia abajo”, señaló la reportera.

Tras la toma del poder financiero sobre los medios de comunicación, otro de los retos que se enfrentó fue la reducción del salario y personal, práctica evidenciada tanto en Europa como en Puerto Rico.

Algunos de los cambios recientes en los medios de Puerto Rico han sido la reducción de beneficios laborales y los despidos de 59 empleados en Primera Hora y El Nuevo Día. También, la cancelación de los noticiarios de WORA Canal 5, WIPR Canal 6 y la amenaza  de privatización de las emisoras de radio y televisión públicas en Puerto Rico, lo que resultó en despidos de decenas de trabajadores, debido a “problemas presupuestarios” de las emisoras.

Rodríguez Francisco además, estableció que, debido a la caída de la publicidad durante la pandemia y la obsesión con el tamaño de las audiencias, en varios medios se produjo un reduccionismo, cinismo y espectacularización de la noticia.

La periodista criticó al periodismo que utiliza la coyuntura de la pandemia, y  los  problemas políticos y sociales, como un espectáculo con el único fin de generar audiencias.

En este escenario, la periodista recomendó que los medios deben apelar a un método de financiamiento distinto a la publicidad, como que su audiencia asuma una cuota de pago mensual, sin la necesidad de limitar el contenido a aquellos que no son socios del medio.

“La información de calidad también puede entretener y enganchar más [que la espectacularización] porque estamos hablando de la verdad y de la realidad que nos afecta y nos atraviesa por completo”, mencionó Rodríguez Francisco.

Asimismo, resaltó que, en los últimos años, muchos medios de comunicación en Europa y Estados Unidos, abrazando el cinismo y la espectacularización, han normalizado discursos racistas, xenófobos y de ultraderecha. 

Los discursos conservadores que se han estandarizado incluyen posicionarse en contra de la migración, el feminismo y, en muchos casos, a la igualdad de derechos de personas que pertenecen a la comunidad LGBTQI+.

“Estamos viendo como se ha normalizado discursos propios de otros tiempos contra minorías, contra sectores vulnerables, contra las personas migrantes, unos discursos impropios de escenarios democráticos”, criticó la reconocida periodista.

Rodríguez Francisco mencionó que la equidistancia en el periodismo, que ocurre cuando el periodista no sale de la redacción a comprobar la realidad, también ha fomentado la normalización de estos discursos porque se aferra al periodismo de declaraciones, nocivo cuando de derechos humanos se trata.

En los pasados años, el uso del periodismo de declaraciones ha servido como foro para discursos conservadores como el del partido de extrema derecha español Vox. Así como, en los Estados Unidos, surgió con expresiones del expresidente Donald Trump.

“Si nosotros damos la misma credibilidad a una cifra y a su contraria, nos estamos contradiciendo como periodistas. Si damos la misma credibilidad a la víctima y al verdugo, lo mismo” expresó la reportera.

Rodríguez Francisco también señaló que uno de los mayores retos del periodismo en la actualidad, debido a la mercantilización de la información, es la concentración empresarial de los medios de comunicación. Ejemplificado en España donde sólo cuatro grupos controlan el 94% del mercado audiovisual y cuatro grupos acaparan el 97% del mercado radiofónico.

La también corresponsal de conflictos bélicos y políticos en África, el Medio Oriente y América Latina puntualizó que el problema de la concentración empresarial de los medios en su país resulta en que cuatro grandes poderes “controlan de qué se habla y cómo se habla de lo que se habla”.

Dicha pluralidad limitada, repercute en que existan mayores presiones políticas y económicas detrás de la publicidad en los medios de comunicación, estableció la periodista.

Sin embargo, Rodríguez Francisco enfatizó que los periodistas tienen “entre manos algo, la información, que es un derecho y por lo tanto no se puede ver como mera mercancía”.

La reportera sugirió mirar la cobertura de profundidad surgida durante la pandemia como un ejemplo de un periodismo social que expande fronteras, que tiene pluralidad de miradas, que se mantiene al lado de los derechos humanos y que salvaguarda la ética periodística por encima de todo. 

Recalcó que, aún después de la crisis por COVID-19, continuarán los retos políticos, sociales y económicos ante los que los periodistas no pueden permanecer indiferentes.

“¿Será esto sólo un paréntesis? o ¿Servirá realmente para que se preste más atención de ahora en adelante a la ética periodística, a la responsabilidad social que este oficio conlleva, a la necesidad de ampliar el foco y de dar voz a sectores habitualmente obviados en nuestra sociedad?”, se cuestionó Rodríguez Francisco, a la vez que reiteró que recae en los periodistas la obligación de continuar narrando las noticias con esos preceptos en mente. 

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