A las 10:07 a.m. comienza la procesión. Y aunque estamos en cuaresma, la caminata nada tiene que ver con la Semana Santa y sus ritos. Un grupo de legisladores, directivos y empleados de agencias del Gobierno de Puerto Rico quiere ver de primera mano los estragos del crimen ambiental que por años ocurrió en la Reserva Nacional Estuarina Bahía Jobos en Salinas.
Una flota de carros oficiales ocupa la entrada del Camino del Indio, que está en la comunidad Las Mareas y la Reserva. No falta el despliegue de policías. Los políticos cambiaron la corbata y la chaqueta por camisas impermeables marca Columbia, sombreros de playa y gorras. El espectáculo está por comenzar.
Para los legisladores no bastan las imágenes — aéreas, terrestres y desde el mar — que desde hace meses circulan en los medios de comunicación y las redes sociales con la denuncia de la tala de mangles en terrenos de dominio público, el relleno de humedales, y la ocupación y construcción en la zona marítimo terrestre.
Ver para creer, quizás pensaron. Citaron una vista ocular en la Reserva cuyo trámite desde el principio estuvo plagado de drama y dimes y diretes sobre a quién se invitó y a quién se dejó fuera. Participar del recorrido y, ¿por qué no? de la foto para el periódico, llevó la polémica del Capitolio hasta Salinas.
“El que quiere traer soluciones, y que la Asamblea Legislativa sea parte del proceso, tiene que participar. No es gritar, es tirarse a la calle y ver la situación de frente y resolver, porque aquí no estamos en el juego de echar culpas y utilizar esto como balón político”, afirma el presidente de la Cámara de Representantes, Rafael “Tatito” Hernández Montañez, quien más adelante acepta que esta es la primera vez que visitaba la zona.
Hernández Montañez se refiere de manera indirecta a expresiones cómo las del representante por el Partido Nuevo Progresista, Gabriel Rodríguez Aguiló, que un día antes criticó el cambio del formato de la vista que, en un inicio, se había designado Comisión Total.
Los que sí llegaron, entre ellos el presidente de la comisión cameral de Recursos Naturales, Edgardo Feliciano Sánchez, las representantes Mariana Nogales, Estrella Martínez, Lydia Méndez, y sus homólogos, José Aponte Hernández, Luis “Narmito” Ortiz, Jesús Mnauel Ortiz, Joel Franqui Atiles, Dennis Marques, José Bernando Márquez y Héctor Ferrer, entre otros, tienen que coger sus minutos de sol y mojarse los zapatos para recoger información directa que sirva para la vista pública convocada para el próximo 18 de abril.
No había representantes de la comunidad invitados, ni estaban las agencias federales, que han sido parte del problema que hoy se busca atender.
El presidente cameral dio el disparo de salida y, como quien dirige la procesión, comenzaron los pasos hacia adentro de la Reserva que desde 1981 le pertenece al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y es administrada con fondos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés).
Ataviada también con una camisa Columbia azul, la secretaria interina del DRNA, Anáis Rodríguez Vega, acompaña a los legisladores en el recorrido. La promesa es que les avisará del punto exacto en donde comienza la Reserva.
A través de un camino tosco, con hoyos y con una nube amenazando con dejar caer la lluvia, la procesión se mueve con afán tierra adentro. A fuerza de tropiezos, cámaras de fotos y video, transmisiones en directo y respuestas a medio aliento, se llega a la primera parada.
II.
A las 10:20 a.m. el grupo llega al punto que marca el inicio de la Reserva. Allí, un tubo PVC enclavado en concreto es el testigo silente de la demarcación del terreno.
“Acabamos de llegar al punto en que, según nuestro último informe pericial, demarca donde comienza la reserva. Entre la verja verde y amarilla, comienzan los predios. Todo de aquí para allá, es la Reserva”, señala Rodríguez Vega apuntando en dirección a oriente.
Con menos aire en los pulmones tras el recorrido, la secretaria de Recursos Naturales y Ambientales, explica que, si bien allí comienza la reserva, la agencia investiga también los terrenos y casas previas a ese punto, pues se trata también de estructuras casi en plena orilla del estuario. Eso sí, aclara que todavía no han contactado a nadie ni se ha indagado sobre esas otras estructuras que, por estar fuera de los límites de Reserva, parecen escapar de la polémica.
“No debemos limitarnos a la Reserva, tenemos que expandir más allá de todo lo que se supone que el DRNA haya protegido. Limitarnos a la Reserva es limitar la responsabilidad del departamento y eso es algo que no debemos permitir”, replica Nogales.
A estas alturas, los ánimos entre legisladores y funcionarios de las agencias presentes, — DRNA, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe) y Luma Energy — comienzan a escalar. La búsqueda insistente de respuestas técnicas, científicas y legales, entre interrupciones y careos se suman a la escasez de documentos que evidencien los datos, en un ambiente cargado.
Abrir un mapa de papel, e intentar mostrar el deslinde de la reserva es una acción titánica entre tanto tumulto y la petición de turnos para hablar, preguntar o replicar. Datos, testimonios, confidencias poco certeras rebotaban de lado a lado en la parada improvisada.
“Eso se verá durante la vista”, comienza a ser la muletilla que se escucha para despachar las preguntas.
III.
El reloj marca las 10:31 a.m. cuando la expedición remonta en el camino. Del lado derecho, que da al mar, las casas y tráilers para vacacionar comienzan a dejarse ver ante la mirada de los caminantes. Al fondo, embarcaciones de la Guardia Costanera siguen el recorrido desde el mar. Dos gatos pequeños salen a recibir a la comitiva desde uno de los lotes con tráilers.
Hay silencio en el área, si se compara con dos visitas previas que hizo el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) en 2021 y 2022, cuando el vaivén de pickups, lanchas y jetskis eran la orden del día en los predios. Tampoco se ven trabajadores de construcción como en los recorridos anteriores de este medio. Incluso, había menos tráilers que los que inicialmente documentamos. El “Tráiler Paradise” parece haber venido a menos.
Aún así, las caras de asombro, presunta indignación y promesas de tomar acción crecen entre los legisladores que, entre algunas risas y lanzadas de culpas continúan la ruta.
La serenidad dura pocos minutos. Un intercambio verbal cargado de testosterona y macharranería ocupa la atmósfera.
Del lado izquierdo del camino, Eliezer Molina, excandidato independiente a la gobernación, increpa a los legisladores, y directamente al presidente de la Cámara de Representantes.
“Ninguno de ustedes tiene la pericia para venir aquí a delimitar la Reserva”, les dice.
Ante esto, Hernández Montañez pide frenar los pasos para decir que esta es una vista de la Cámara; acción que no recibe el agrado de Molina.
“Vamos a dejar a este hombre aquí”, decreta el representante.
“¿A este hombre? Estás aquí por mí, porque usted es un cobarde”, replica Molina, antes de que Hernández Montañez se le cuadre en lo que podría ser el inicio de un intercambio físico.
“Mire charlatán…”, insiste Hernandez Montañez antes de que personal que le acompaña lo tome por los brazos para continuar el camino.
“Póngase a hacer su trabajo es lo que tiene que hacer. Vergüenza le debe dar que tiene que venir la gente para que usted se mueva”, continúa Molina, que acto seguido enfila sus expresiones contra Luis “Narmito” Ortiz, de quien recibe un “vete pa’l carajo”.
“Es fácil así, con un show mediático, pero vamos a hablar con ciencia y fundamentos. No están acostumbrados, ¿verdad?”, concluye Molina mientras el grupo acelera los pasos, esta vez inmersos en un silencio incómodo y una que otra media sonrisa, y quizá otras escondidas tras las mascarillas.
IV.
Se calman los ánimos, el grupo hace una nueva parada. Son las 10:52 a.m. y el sol empieza a intercalarse con alguna sombra de lluvia que sigue tanteando con caer.
De un lado, las estructuras en disputa. Del otro, parte de la Bahía Jobos. Entre medio, los legisladores se arremolinan para estructurar una especie de comisión con preguntas directas a los representantes de las agencias públicas. La hazaña dura cerca de 16 minutos.
El primer escrutinio fue hacia Kevin Acevedo, vicepresidente de Asuntos Estratégicos de LUMA Energy quien, a pesar de la insistencia de varios representantes con preguntas concretas, se mantiene evasivo.
“Hemos estado mirando los postes uno a uno desde que caminamos una milla arriba, las fechas que hemos visto son 1989, 1990, que son fechas en que PREPA [siglas en inglés para la Autoridad de Energía Eléctrica] fue la que inspeccionó esos postes, lo que da una indicación de que eso lleva tiempo ahí. Si hay conexiones ilegales después de eso, da la impresión que son conexiones clandestinas hechas en la noche, sin conocimiento de la AEE cuando estaba en control”, asegura.
“Todas las autorizaciones fueron hechas antes del 1 de junio de 2021”, dice Acevedo en referencia a la fecha en que Luma Energy asumió la gerencia del sistema de transmisión y distribución de electricidad en Puerto Rico.
Luego se le pregunta a la directora ejecutiva de la región sur de la AAA, Damaris Santini, sobre los contadores que a lo largo del recorrido fueron viendo los legisladores.
“Hemos estado haciendo varios censos y donde comenzamos el recorrido, hay 13 contadores, cinco de ellos no tienen contadores desde siempre. Solo ocho tienen cuentas y a siete se le enviaron cartas ayer [martes] y estamos a la espera de que ellos nos envíen los documentos para validar si son genuinos”, acota Santini bajo el zumbido de un dron que sobrevuela al grupo.
La pasarela de preguntas, respuestas, petición de turnos y comentarios por las esquinas, siguen mientras dura el interrogatorio improvisado. A ese desfile también acude el secretario auxiliar de OGPe, Gabriel Hernández Rodríguez, a quién se le pidió que ampliara información relacionada con varios permisos de uso presuntamente falsificados.
“A raíz de la investigación, se hizo un inventario de todas las propiedades que hay aquí, que lo hizo LUMA, la AEE y Acueductos. De ese inventario surgió que dentro de las cuentas de cada una de esas agencias, habían unos permisos de OGPe o del Consorcio Cayey, Coamo, Villalba y Salinas que desde 2016 esa facultad está delegada en ellos. De nuestro sistema no surge querella ninguna, ni ningún permiso que fuera emitido por la OGPe. Nosotros hicimos una certificación de que esos documentos fueron falsificados. Aparecen permisos, pero no están en nuestra base de datos. Fueron falsificados por algunas personas que nosotros no sabemos quiénes son”, explica Hernández Rodríguez.
Más preguntas van y vienen. Las respuestas tendrán que esperar al lunes, 18 de abril.
Con el sudor ya en las frentes, el presidente de la comisión cameral de Recursos Naturales cierra los trabajos y muy a pesar de quienes ya quieren terminar el recorrido, la representante Nogales, insiste en llegar hasta el final de los terrenos para que se documente el panorama total de la deforestación. Se acoge su idea.
V.
El recorrido hacia el final del área deforestada comienza a las 11:08 a.m. y siete minutos más tarde llega al final del camino. Una nueva parada, esta vez y por fin, para contestar preguntas de la prensa en un espacio abierto con el mar azul turquesa como estampa de fondo y algunos pies dentro del agua.
“Titular o no titular [dueño] aquí se ha dado un crimen ambiental. De eso no hay duda”, sentencia el presidente de la Cámara de Representantes como si tratara de poner punto final al recorrido.
Unas tímidas gotas empiezan a caer, mientras los legisladores explican los pasos a seguir a raíz de lo que vieron en la visita.
“Como yo, muchos de los compañeros no habíamos tenido la oportunidad de venir a ver. No es lo mismo verlo por fotos o por televisión que verlo en vivo. Aquí lo que se ha cometido es una masacre ambiental donde se rellenó, hay postes de luz, contadores… todo el mundo se hizo de la vista larga lamentablemente (…) Hay que ser realista: aquí hay muchas agencias que se hicieron de la vista larga y no es hasta ahora que sale a la luz pública y se revuelca el gallinero”, concluye Feliciano Sánchez, presidente de la Comisión de Recursos Naturales.
La procesión inicia el retorno. Algunos a pie, otros aprovechan las guaguas que les habían seguido. La falta de aire acondicionado los pudo haber afectado. Mientras parten, se alcanza a escuchar a lo lejos a una mujer que se identifica como residente de la comunidad Las Mareas. Les grita su indignación por ir hasta allí hoy, y no antes. “Cuando pasó el huracán María todos los escombros los vinieron a tirar aquí. Nadie vino como ahora (…) Pero Las Mareas seguirá firme”, dice, sin que yo alcance a preguntarle su nombre.
Yo intereso saber los nombres de todos los invasores de terreno o supuestos propietarios. Si son jueces y abogados que los desaforen.
Con que cara se atreve el Sr. Feliciano Sánchez, presidente de la Comisión de Recursos Naturales, decir que muchas agencias se hicieron de la vista larga. Acaso el no trabaja para la misma responsable por velar por nuestros recursos? Yo espero que cuando se sepa quienes fueron responsable por este crimen ambiental, paguen por el daño cometido y que no salga del bolsillo del Pueblo!
Esto fue un espectáculo de “Tatito” para decir que está haciendo algo cuando no está haciendo nada por proteger nuestros recursos naturales. Excepto, esconder a la Alcaldesa quien es la principal responsable del crimen ambiental, seguido por el DRNA y el Consorcio CCVS.