Desarrollar pensamiento crítico y combatir la desinformación: tareas urgentes para el Estado y la ciudadanía

Por medio de talleres, desde el 2022, más de 80 estudiantes han aprendido, por ejemplo, cómo corroborar información e identificar fuentes confiables y cómo analizar la representación de género y de la identidad racial en los medios para entender cómo esto influye en la representación de un grupo o una comunidad, así como a crear podcast o utilizar el rap como medio narrativo.

Critical Thinking and the Fight Against Disinformation: Urgent Tasks for Government and Citizens

Since 2022, more than 80 students have learned through workshops how to verify information, identify reliable sources, and analyze how gender and racial identity are portrayed in the media to understand how those representations shape public perception of a group or community. They have also explored how to create podcasts and use rap as a narrative tool.

Nuestro “derecho a saber”

La transparencia se ha convertido en una frase trillada que se vocifera para crear una ilusión de apertura y rendición de cuentas. O peor aún, en un arma para atacar el valor de la diversidad en una distorsionada versión de la realidad, como en el caso del régimen trumpista. En la práctica, los políticos y funcionarios dicen una cosa y hacen otra, o informan “logros” pero ocultan el cómo y el por qué para evitar ser fiscalizados.

Our “Right to Know”

Transparency has become a worn-out slogan, invoked by politicians to create the illusion of openness and accountability. Even worse, it has been weaponized to undermine the value of diversity in a distorted version of reality, as in the Trump regime’s case. In practice, politicians and officials say one thing and do another, or announce “achievements” while concealing the how and why to avoid public scrutiny.

Con derechos, pero sin carnet

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El debate sobre quién debe considerarse prensa o periodista ha sido tema controversial por mucho tiempo en nuestro país y en Estados Unidos. Lo mismo ocurre con la legitimidad del llamado “carnet oficial” que, en Puerto Rico, emite el Departamento de Estado. La mayoría de los miembros de la prensa, incluyendo el equipo de periodistas del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), no lo solicitan ni lo utilizan por entender que es una intromisión indebida del Estado sobre quién ejerce el rol de prensa. 

El Departamento de Estado, por medio del “carnet oficial” sólo “confirma” que un periodista trabaja para un medio o que una persona freelance ha realizado labores periodísticas anteriormente. Ni más ni menos. Se supone que con la credencial de prensa del medio al que se pertenece, un periodista pueda hacer cualquier cobertura, sin limitaciones.

With Rights, but Without a Press Pass

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The debate over who qualifies as “press” —and who gets to call themselves a journalist— has stirred controversy for years in Puerto Rico and in the United States. So has the legitimacy of the so-called “official” press pass issued by the Puerto Rico Department of State. Most local reporters, including the team at the Centro de Periodismo Investigativo (CPI), don’t request or use it. They see it as an undue interference by the State in determining who can act as press. The Department of State’s “official” press pass merely “confirms” that a journalist works for a news outlet or that a freelancer has previously done journalistic work.