La cobertura del huracán María resultó para muchos comunicadores una experiencia ardua, compleja y hasta abrumadora. Ante un panorama donde los periodistas carecieron de energía eléctrica, conexión inalámbrica, acceso a medios de comunicación, la gasolina para transportarse en busca de entrevistas y se enfrentaron a la falta de agua y alimentos para sustentarse, como la mayoría de la población, informar pudo parecer en ocasiones una misión casi imposible.
Temas como la seguridad personal durante una emergencia, las fuentes para una cobertura de desastres, cómo manejar las fuentes de agencias federales, el escrutinio del proceso de recuperación y el impacto del cambio climático, entre otros se discutieron durante el tercer día de la jornada 365 días de María, organizada por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI), donde se ofrecieron paneles y talleres prácticos para periodistas y estudiantes de periodismo.
“Las historias deben ser más humanas”. Esa es la sugerencia principal del jefe de mesa de la National Public Radio (NPR), Russell Lewis, quien viajó Puerto Rico enviado por el Dart Center for Journalism and Trauma, de la Universidad de Columbia. Destacó que entre los puntos más importantes para reportar eventos como el huracán María, está tener una cultura de discusión en las redacciones, conocer nuestros límites como periodistas y ser empáticos.
“Cuando llego a un lugar para cubrir siempre intento hablar con la persona, sin prender rápidamente las cámaras”. Explicó que de esta manera, puede conectar con sus entrevistados sin que se sientan amenazados o que se les está invadiendo su intimidad.
De acuerdo a Lewis, es importante humanizar las noticias, no hablar meramente del ambiente y circunstancias, sino enfocarse en las personas, ya que al final, son las víctimas del desastre.
“Tocar las puertas y hablar con la gente (luego de un evento catastrófico) es difícil. Trato de mostrarles que soy una persona igual a ellos, que me interesan y soy empático. A veces las personas no quieren hablar y eso está bien”, añadió.
El veterano reportero, que ha estado en coberturas de desastre en Malasia, Haití, y claro, en Estados Unidos, recalcó que los periodistas son muy duros y resistentes, pero aún así deben tomar medidas para protegerse de los efectos potencialmente adversos de la exposición al trauma.
Da por seguro que no tendrás electricidad y recopila fuentes de información de antemano
Para la periodista del CPI, Laura Moscoso, la clave está en la preparación, por ende, un buen ejercicio es recopilar y guardar información relevante que se pueda acceder cuando no haya energía eléctrica. Según Moscoso, la información recopilada debe incluir números telefónicos de oficiales de prensa y fuentes, direcciones físicas, datos oficiales sobre riesgos, órdenes ejecutivas, reglamentos y leyes, entre otros documentos relacionados a emergencias.
“No hay tal cosa como mucha información”, indicó.
En su taller, la periodista relató cómo después de la emergencia el equipo de trabajo utilizó distintas fuentes de información —algunas no tradicionales—para la cobertura del CPI: Información de funerarias y avisos de personas desaparecidas, datos de la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), querellas de la Policía y base de datos de tribunales.
De igual forma, destacó la importancia de acceder a páginas oficiales como data.gov, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, e incluso, organizaciones civiles que recopilan información sobre estadísticas policiacas, como Kilómetro 0.
Moscoso indicó que durante las coberturas de desastres, es buena práctica darle seguimiento a historias de otros periodistas y establecer redes de comunicación y colaboración con estos.
A su vez, recomendó que la información recopilada sea compartida para el beneficio de la ciudadanía y otros periodistas. Ese fue el caso del CPI, que compartió la base de datos de causas de muertes del Registro Demográfico (RG), a la que logró acceder tras una demanda de acceso a la información contra el RG. Estos datos se transformaron en Los muertos de María, que cuenta historias y registra a los muertos junto a las circunstancias de sus fallecimientos.
Amplía tu libreta de contactos
Hay un sinnúmero de grupos que se dedican a realizar estudios e investigaciones en sus comunidades. De acuerdo con Moscoso, algunas organizaciones de base comunitaria ya tienen censos, datos y estadísticas que en muchos casos están dispuestos a compartir.
“Debemos recopilarlos y consultarlos antes, durante y después de una emergencia. Por ejemplo, el Proyecto ENLACE del Caño Martín Peña, quienes tienen información en línea y en papel”, señaló.
De igual modo, expresó que, además de los oficiales de prensa, los periodistas deben contar con empleados de carrera en las agencias como fuentes.
“Son los que ponen a funcionar las agencias y los que saben dónde está qué documento”, explicó.
Otra buena fuente de información son las investigaciones y documentos de las universidades, las cuales también se dedican a recopilar y analizar datos. Un ejemplo mencionado fue la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey y su Centro de Información Censal.
Prepárate para las entrevistas, te mentirán
El tema del pobre acceso a la información antes, durante y luego de María se repitió en la mayoría de los foros. Sin embargo, aquellos periodistas que lograron obtener entrevistas con funcionarios, revelaron que obtuvieron respuestas insatisfactorias o “verdades incompletas”.
El periodista de la revista estadounidense Mother Jones, AJ Vicens, mencionó que para el temporal buscó información del Gobierno, la Agencia federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), abogados y hasta en la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), pero no halló respuestas.
“Les van a mentir y van a tratar de no darles la información. Tienen que insistir, molestarlos y, para que los respeten, tienen que tener información específica al momento de hacer las preguntas”, advirtió Vicens.
La periodista de The New York Times, Frances Robles, comentó que en ocasiones, al momento de entrevistar a funcionarios sobre algún acontecimiento en alguna comunidad, estos negaban la información aún presentándoles evidencia.
“¿Cómo él (el entrevistado) me decía que eso no pasaba si yo venía de ahí (de las comunidades afectadas)?”, denunció Robles.
Lee y relee sobre desastres y su recuperación
“Cada recuperación es diferente, apréndanse los programas [de ayuda para desastres]”, dijo el periodista de Político, Danny Vinik, ya que leer sobre las leyes, reglamentos y programas que aplican a contextos de emergencia ayuda a ir más allá de las noticias. También es necesario leer otros documentos, tales como presupuestos.
Para el periodista, como parte de la preparación también es importante hablar con las comunidades. “Las historias humanas son esenciales”, añadió.
Vinik aconsejó que, una vez culmine el proceso, se debe guardar una copia de seguridad con los datos.
Para la periodista del New England Center for Investigative Reporting, Elizabeth Shogren, en el proceso de recuperación “hay muchos actores”, desde los gobiernos municipales, el sector privado, los políticos y la gente.
Recomendó además: “Usa la base de datos de FEMA para ver cuántos funerales y entierros cubrió la agencia para el huracán Katrina. Tardarás cinco minutos. Compara ese número con la cantidad de muertos que los examinadores vincularon con el desastre. ¿Coinciden o están lejos?”. Shogren recordó que el periódico The Sun-Sentinel reveló que tras Katrina, FEMA pagó más de 300 funerales cuando solo 74 muertes estaban vinculadas con la tormenta.
“FEMA pagó por los funerales de las personas que murieron de cáncer, HIV, accidentes cerebrovasculares y heridas de bala autoinfligidas”, añadió, enfatizando en la importancia de conocer sobre otros desastres para definir posibles investigaciones.