Desde diciembre de 2013 trabaja para el diario Le Nouvelliste, para el cual cubre principalmente los temas económicos y ambientales. En diciembre de 2015, fue el único periodista haitiano presente en París para cubrir las negociaciones internacionales sobre el clima (COP21). A su regreso de París, fundó una red de periodistas que tiene como objetivo promover, diseminar e implementar iniciativas que promuevan y valoren la protección del medio ambiente y la sensibilización ante los efectos del cambio climático. Ha colaborado con agencias de noticias internacionales como Inter Press Service (IPS) y Agencia Pulsar.
En Haití se juntan el desgobierno, la falta de recursos económicos y el abuso de las empresas en una combinación fatal para gran parte de la población que. Un ciclo vicioso de explotación de recursos en momentos en que el cambio climático extiende los períodos de sequía en el Caribe.
While the State does nothing to solve access to drinking water for more than 1.5 million Haitians in the metropolitan area of Port-au-Prince, private companies extract water from the main aquifer that supplies the region free of charge and uncontrollably. It’s water that does not pass through quality controls and is then sold to citizens at an inaccessible cost to many. This main source of drinking water, Cul-de-Sac, is contaminated. In Haiti, misgovernment, the lack of economic resources and abuse by companies come together in a fatal combination for a large part of the population that — for the most part lacks sanitary services or drinking water — becomes part of the vicious cycle of exploitation of the resource at a time when climate change extends the drought periods in the Caribbean, a joint investigation by the Center for Investigative Journalism and Le Nouvelliste revealed. The number of those lacking access to drinking water in the entire country is almost 6 million, which represents more than 40% of the population.
Haiti’s largest industry is ghostly. The charcoal business generated US$300 million in 2012 according to the Office of Mines and Energy. The money changes hands without putting a name and a face on those who pocket the colossal sum. It’s a total lack of transparency. Carbon production is done by farmers in wooded areas in Grand’Anse, on the country’s southern and northwestern sides.
La industria más grande en Haití es fantasma. El negocio del carbón generó US$300 millones en el año 2012 según la Oficina de Minas y Energía. Es dinero que cambia de manos sin que se le pueda poner un nombre y una cara a quienes se embolsan la suma colosal. Es la opacidad total. La producción de carbón está en manos de los campesinos en las áreas boscosas de Grand’Anse, al sur y al noroeste del país.