Un programa de ayuda personalizada de FEMA no cumple con lo prometido

Un programa federal para enlazar a los damnificados del huracán María con las ayudas que necesitan dejó contratos millonarios para organizaciones sin fines de lucro, en su mayoría de Estados Unidos, y decepción entre quienes creyeron que al fin superarían la crisis en la que quedaron tras el desastre. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) anunció en el verano de 2018 un programa de manejo de casos, el Disaster Case Management Program, y proveyó más de $70 millones en subvenciones para nueve organizaciones sin fines de lucro que debían trabajar mano a mano con los sobrevivientes para elaborar un plan de recuperación y llevarlo a término. Pero una investigación del Centro de Periodismo Investigativo (CPI) encontró que, pese al ingente gasto de fondos públicos, prácticamente la mitad de los casos que se abrieron no completaron el proceso, hubo duplicidad de trabajo y, aunque trajo buenos salarios para quienes laboraron durante el año y medio que duró, el programa cerró y muchos damnificados seguían con las mismas necesidades que cuando comenzó. Como Mercedes Milagros Peña, quien en junio de 2019 esperaba por que se materializara la promesa de ayuda que recibió de una manejadora de casos. Esa asistencia para reparar su casa en el sector Villa Hugo II de Canóvanas nunca llegó.

A Personalized FEMA Assistance Program Does Not Deliver as Promised

A federal program to connect Hurricane María victims with the aid they needed resulted in million-dollar contracts for nonprofit organizations, mostly US-based, and disappointment among those who believed that they would finally rise above the crisis they have faced after the disaster. In the summer of 2018, the Federal Emergency Management Agency (FEMA) unveiled the Disaster Case Management Program and provided more than $70 million in grants to nine nonprofit organizations that should have worked hand-in-hand with survivors to develop and carry out a recovery plan, and see it through completion. But a probe by the Center for Investigative Journalism (CPI, in Spanish) revealed that, despite the huge expenditure of public funds, practically half of the cases that were opened were not seen to fruition, there were doubled efforts, and although it generated good salaries for those who worked during the 18 months it lasted, the program ended and many survivors still had the same needs as when the process began. Such was the case with Mercedes Milagros Peña, who in June 2019 still waited for the help she was promised by a case manager. The assistance to repair her house in the Villa Hugo II sector of Canóvanas never came.