Tres expertos en producción de alimentos discuten los desafíos que enfrentan por el aumento de temperatura en los campos de cultivo de la tierra, la pesca y la industria lechera.
En el tranquilo pueblo costero de Capesterre, en la isla Marie-Galante de Guadalupe, el 18 de abril de 2023, la Asociación de Monitoreo de Calidad del Aire, Gwad’Air, emitió una “alerta roja” para advertir a la gente que se alejara de las zonas costeras.
La causa: el sargazo. Después de haber llegado durante días a la costa, esas algas flotantes se descomponían en la playa y emitían un nivel peligroso de ácido sulfhídrico, un gas cuyo olor a huevos podridos puede afectar la salud de quienes lo aspiran por periodos extensos.
El problema no era nuevo para los residentes de Marie-Galante, una tranquila isla agrícola de 11,000 habitantes que forma parte de la reserva de la biosfera de Guadalupe.
Desde las primeras acumulaciones masivas ocurridas hace más de diez años, la descomposición del sargazo ha afectado con frecuencia a los residentes y turistas, y ha obligado a varios negocios y restaurantes a cerrar sus puertas por meses.
Entre esos propietarios que luchan por sobrevivir están las hermanas Marie-Louise y Lyselène Bade, quienes recientemente cerraron su pequeño hotel Le Soleil Levant.
Marie-Louise Bade es la dueña del pequeño hotel Le Soleil Levant, que tuvo que cerrar debido a la invasión de sargazo en Guadalupe.
Foto cortesía de Marie-Louise Bade
Aunque todavía tienen una panadería y una tienda de comestibles que heredaron de su madre, Marie-Louise contó que un técnico de Gwad’Air recientemente le hizo una pregunta preocupante: “¿Cómo se las arregla para quedarse aquí?”
A menudo ella se pregunta lo mismo.
“Me encanta usar bisutería, pero ahora no puedo. Mi piel no la aguanta por más de un cuarto de hora. Se oxida y me pica la piel. Cuando ves lo que [el sargazo] le hace a los equipos eléctricos y al metal, te preguntas qué le hace a tu cuerpo por dentro, a tus pulmones”, dijo.
Según Marie-Louise Bade, desde que el sargazo aumentó en Guadalupe, los muebles y artefactos de hierro comenzaron a corroerse más rápidamente.
Foto por Olivia Losbar | RCI Guadeloupe
Gracias a investigaciones recientes realizadas en el Caribe francés, donde gran parte de la población ha luchado con problemas similares a los de Marie-Galante, los científicos ahora pueden responder mejor a esa pregunta.
Pero esta información no ha sido suficiente para proteger a Bade y a muchos otros residentes de Guadalupe.
Aún cuando el Caribe francés se ha convertido en un líder regional en la lucha contra el sargazo, investigadores como el doctor Dabor Resiere, residente en Martinica, dicen que los esfuerzos de respuesta allí se han quedado cortos.
Como consecuencia, muchos residentes con regularidad enfrentan riesgos de salud peligrosos. Mientras tanto, el Gobierno francés ha recurrido al escenario mundial para pedir una respuesta internacional para enfrentar el sargazo como un problema global.
“Brote de intoxicación en el aire”
Para el 2018, cuando se produjo una afluencia récord de sargazo a las costas del Caribe, se conocieron mucho mejor los efectos que tienen sobre la salud humana las algas marinas en descomposición. En diciembre de ese año, en Martinica, un grupo de investigadores del sargazo emitió una advertencia severa.
En una carta publicada en la revista médica The Lancet, señalaron que los médicos de Martinica y Guadalupe (islas francesas con una población combinada de casi 800,000 habitantes) recientemente habían registrado más de 11,000 casos de toxicidad aguda por sargazo durante un período de ocho meses. Entre ellos se encontraban tres casos ingresados a cuidados intensivos.
“Para mitigar este brote emergente de intoxicación aérea, el gobierno francés ya ha prometido 10 millones de euros [USD $10,835,600] para suministrar equipos que eliminen las algas en 48 horas, controlar las concentraciones del ácido sulfhídrico en las costas afectadas, entrenar médicos, y asignar expertos en toxicología a las zonas afectadas”, escribieron en la revista el doctor Resiere y otros 10 investigadores que residen en Martinica y Francia.
“A pesar de este encomiable primer esfuerzo del Gobierno francés, se debe discutir urgentemente a nivel internacional un plan de mitigación para abordar esta enigmática invasión de sargazo, para impulsar la investigación marina, aunar recursos y consolidar las prioridades políticas locales”, recomendó Resiere.
El Gobierno francés — el cual por décadas ha luchado contra la llegada de las algas a sus costas europeas — ha lanzado dos planes nacionales sobre el sargazo, financiados con $26 millones entre 2018 y 2022, y $40 millones en el periodo de 2022 al 2026. Esto, además de otra suma millonaria invertida por las autoridades locales en operaciones de recogido de sargazo, y la adquisición de equipos especiales para esa tarea.
Como resultado, las islas francesas de Guadalupe, Martinica, San Martín y San Bartolomé han lanzado algunos de los esfuerzos de respuesta más amplios en el Caribe en los últimos años. Además de la investigación en curso, estos esfuerzos han incluido programas de monitoreo de la calidad del aire, iniciativas de limpieza y una de las pocas estrategias de respuesta nacional que ha sido adoptada oficialmente por el Gobierno.
En el 2019, Guadalupe también fue sede de la primera Conferencia Internacional del Sargazo, donde la Región de Guadalupe — en asociación con el Gobierno francés, la Agencia Nacional de Investigación de Francia, y dos agencias brasileñas — lanzó una convocatoria para subvencionar proyectos con apoyo financiero de la Unión Europea y otras fuentes.
Este esfuerzo, en definitiva, financió 12 proyectos — cuyos resultados se presentaron el 28 de febrero de 2024 — como parte del Plan Nacional de Prevención y Control del Sargazo. Además de investigar el ciclo de las algas y los efectos ambientales del sargazo, estos proyectos también han investigado los impactos en la salud.
Uno de los resultados fue el proyecto SargaCare, que dio lugar a un estudio realizado en julio de 2022 en más de 3,000 mujeres embarazadas en Martinica, y que arrojó evidencia de un mayor riesgo de la potencialmente mortal preeclampsia en mujeres embarazadas expuestas a emanaciones de sargazo. La preeclampsia puede generar presión arterial alta y niveles altos de proteína en la orina que indiquen daño renal u otros signos de daño en los órganos.
Pero, a pesar de este trabajo, los investigadores del área de la salud han advertido que los esfuerzos de respuesta no se han mantenido al ritmo del problema en el Caribe francés o en la región en general.
En Guadalupe y Martinica, escribieron, “la situación se mantuvo sin cambios. A pesar de los planes del Gobierno francés para abordar el problema del sargazo, estas algas tóxicas continúan inundando las costas de Martinica, Guadalupe y la Guyana Francesa, en volúmenes cada vez mayores”.
La pandemia del COVID-19 fue en parte responsable de la inacción porque el manejo de la emergencia salubrista consumió los recursos sanitarios, afirmaron. Pero también señalaron la ausencia de una respuesta sanitaria regional coordinada, y advirtieron que los gobiernos caribeños, ansiosos por reactivar sus economías turísticas post-pandémicas, podrían inclinarse a restar importancia al problema del sargazo.
“El público sigue viéndose adversamente afectado, algunos han vendido sus casas de ensueño, las cuales se están volviendo inhabitables, otros han abandonado sus escuelas y lugares de trabajo por falta de una solución a esta plaga”, escribieron los investigadores. “Es urgente ayudar a estas familias quienes, además de sufrir las consecuencias a la salud debido a las emanaciones significativas de ácido sulfhídrico, tienen que soportar las consecuencias materiales, viéndose a menudo obligadas a sustituir todos sus electrodomésticos o los objetos metálicos de sus casas”, añadieron.
Temporada 2023
Cuando se publicó la carta de los investigadores en marzo de 2023, una nueva temporada de sargazo ya estaba causando problemas de salud en todo el Caribe francés.
A finales de enero de ese año, una mujer de 59 años fue atendida por los servicios de emergencia por toxicidad aguda después de participar en una limpieza de sargazo en la playa de Tartane en Trinité, Martinica.
El 2 de marzo, el municipio martiniqués de Le Robert cerró parcialmente la escuela Four à Chaux, debido a la alta exposición al gas liberado por el sargazo.
A mediados de septiembre de 2023 los botes flotan en el sargazo frente a la playa de Batelière en Schoelcher, Martinica.
Foto por Jacques Dijon | RCI Guadeloupe
Y cuando se activó la alerta de contaminación del aire en la zona de la laguna Saint-François de Guadalupe el 15 de septiembre, se pidió a la gente que se alejaran de una zona poblada del puerto que alberga hoteles, restaurantes y empresas turísticas que ofrecen actividades acuáticas.
Marie-Galante
A pesar de los daños que provoca el sargazo cada vez que llega a Marie-Galante, Marie-Louise Bade sigue luchando y mantiene sus negocios en su isla, donde la economía depende del turismo, la pesca, los cultivos de caña de azúcar y plátano, y una destilería de ron.
“He tenido que aguantar esto durante 11 años”, dijo Bade, quien se hace llamar “Malou”. “Por 11 años, cada vez que abro las puertas pienso: ‘Dios mío, ¿qué otro electrodoméstico se va a dañar esta mañana?’ Por mucho que reparemos, limpiemos, las paredes se tornan grises. Las algas corroen todas las tuberías… Y así, todo está destruido y hay filtraciones todo el tiempo”, lamentó.
Los turistas, dijo, dejaron de llegar.
“Ya no puedo alquilar las habitaciones”, contó Bade. “La gente abre las ventanas y tiene una vista del sargazo. También está el hedor. Y en las paredes, las tuberías, el aire acondicionado: todo se pone negro”.
El 12 de septiembre de 2023 una cantidad abundante de sargazo saturó las costas de la playa de Batelière, en Martinica.
Foto por Jacques Dijon | RCI Guadeloupe
Su salud también se ha visto afectada.
Bade describió picazón continua, pequeños granos que aparecen en su piel, problemas de visión y problemas respiratorios que ahora la obligan a tomar medicamentos para el asma.
Los esfuerzos gubernamentales no se han traducido en alivio en su vida cotidiana, aseguró. Hace unos dos años, por ejemplo, la agencia regional de salud de Guadalupe distribuyó cuestionarios sobre el tema durante aproximadamente un mes. Pero desde entonces, dijo, no se ha tomado ninguna medida de seguimiento, hasta donde ella sabe.
La empresaria destacó que el médico del pueblo monitorea periódicamente los efectos del sargazo en la salud de la población y les insta a que vayan a consultarlo cada tres meses.
En agosto del año pasado, los residentes tuvieron un breve respiro cuando se instalaron barreras en alta mar con la esperanza de evitar que las algas llegaran a la playa.
Por un tiempo, la solución funcionó, según el alcalde de la ciudad Jean-Claude Maes. Los residentes comenzaron a caminar nuevamente a lo largo de la costa como no lo habían hecho en años, y algunos empresarios decidieron establecer nuevos negocios.
Pero el respiro duró poco: las barreras fueron arrastradas en octubre pasado por las marejadas provocadas por el huracán Tammy. Los planes para reinstalarlas en diciembre aún no se han materializado.
Una barrera antisargazo, que se instaló el año pasado para proteger la playa de La Feuillère en Capesterre de Marie-Galante, sufrió daños por el huracán Tammy en octubre. Todavía, el 1 de diciembre de 2023, yacía en la costa esperando ser arreglada.
Foto por Olivia Losbar | RCI Guadeloupe
Aunque estas responsabilidades normalmente recaen en los pueblos y ciudades, el Gobierno francés decidió asumir el 80% del costo de la lucha contra el sargazo. Pero el alcalde dijo que el financiamiento tardó en llegar el año pasado.
‘Irritación y ansiedad’
El profesor Dabor Resiere, investigador del sargazo y jefe de departamento del Hospital Universitario de Martinica, dijo que estudios anteriores se centraron mayormente en los efectos de la toxicidad aguda causada por los altos niveles de los gases del sargazo.
Pero hay escasez de información sobre la toxicidad crónica en dosis más bajas, advirtió. Para obtener más información, el profesor y su equipo visitan pacientes sobre el terreno como parte de un programa de seguimiento del Hospital Universitario de Martinica. El plan es exportar pronto ese programa de visitas a Guadalupe, Santa Lucía y otras islas.
“No sabemos sobre el residente promedio que vive cerca de un lugar de acumulación y que recibe una pequeña cantidad de [exposición al gas que produce el sargazo] todos los días”, dijo Resiere. “Podemos ver que la mayoría de estos pacientes siguen teniendo problemas para dormir, siguen teniendo fatiga generalizada, siguen teniendo conjuntivitis, irritación y ansiedad. Esta ansiedad, este síndrome depresivo: todos estos síntomas que observamos en los pacientes. Pero ahora necesitamos demostrarlo científicamente”, expuso.
También continúan otras investigaciones. Después de que en febrero pasado se presentaran los resultados de la convocatoria de proyectos de 2019, la Región de Guadalupe y sus socios lanzaron una nueva convocatoria de proyectos. Esta ronda continuará estudiando los impactos en la salud, además de abordar otros temas, incluyendo los efectos del sargazo en los ecosistemas marinos y las condiciones hidrodinámicas (movimientos del agua) que afectan la proliferación de las algas.
Pero en Marie-Galante, Bade y su hermana tienen preocupaciones más inmediatas.
Actualmente, los techos metálicos de sus negocios tienen goteras debido a agujeros que ellas achacan a la corrosión provocada por los gases del sargazo. Pero, están reacias a invertir en reparaciones mientras sigan enfrentando una incertidumbre contínua.
A pesar de los riesgos, no tienen planes de irse. Para Bade, es inconcebible el cierre del negocio que le legó su madre, en el que ella y su hermana crecieron.
“¿Qué sería de la ciudad sin una panadería?”, preguntó.
Esta investigación es el resultado de una beca concedida por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte por el apoyo de la Open Society Foundations.
Durante más de 20 años, la bióloga mexicana María del Carmen García Rivas ha dirigido una cruzada para proteger los corales que recubren la Península de Yucatán en el Mar Caribe.
Como directora del Parque Nacional de Arrecifes de Puerto Morelos en México, ha abogado por reformas para reducir las escorrentías o desbordamientos de agua y la contaminación proveniente del desarrollo costero.
Ha encabezado los esfuerzos para controlar al pez león, una especie exótica invasora que ha puesto en riesgo a las cerca de 670 especies de fauna marina que habitan el parque. Y desde 2018 ha organizado brigadas para restaurar los arrecifes dañados por enfermedades de los corales que destruyen los tejidos y que se conocen como síndromes blancos. Ahora, otra amenaza la mantiene despierta por la noche: las enormes proliferaciones de algas sargazo que llegan a la costa del parque.
“Cuando el sargazo, una macroalga que suele flotar, llega a las costas, comienza a descomponerse generando un ambiente sin oxígeno que mata diferentes organismos”, dijo. “Afecta principalmente a especies que no pueden moverse o se mueven muy poco, como algunas estrellas de mar, erizos de mar, los propios pastos marinos y, por supuesto, los corales”.
Personas recogen exceso de sargazo de la costa mexicana en la Península Maya.
Foto por Gladys Serrano | El País
A lo largo de la costa de Quintana Roo, el estado mexicano donde se encuentra el Parque Nacional de Arrecifes de Puerto Morelos, el gobierno local recogió 70 toneladas de sargazo solo durante 2023, dijo Huguette Hernández Gómez, Secretaria de Ecología y Medio Ambiente del estado. Al sumarlo a lo recolectado durante los últimos cuatro años, la cifra alcanza las 200 toneladas.
Problema regional
Esta misma historia se vive en todo el Caribe. Aunque cantidades modestas de sargazo benefician la vida marina en la región, las afluencias masivas que llegan desde 2011 han alterado el equilibrio ecológico en algunas áreas en maneras que podrían ser irreversibles.
Las algas han exacerbado el estrés que ya existe en los arrecifes de coral de la región, que el año pasado enfrentaron un evento de blanqueamiento masivo relacionado también con el calentamiento de las aguas asociado al cambio climático. La exposición a temperaturas extremas durante períodos prolongados afecta la relación entre los corales y las algas que viven en su interior. Los corales quedan pálidos o blancos, y la falta de alimento de las algas puede llevarlos a morir, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés).
Las esteras de sargazo también bloquean los sitios de anidaje de las tortugas marinas y han saturado los manglares, que sirven como viveros cruciales para incontables especies acuáticas.
Las aves se alimentan de peces pequeños atrapados entre algas a lo largo de la costa sureste de Portmore Causeway en St. Catherine, Jamaica, el 2 de mayo de 2023.
Foto por Kirk Wright | Television Jamaica
En algunas zonas, las playas han sido erosionadas por las algas y por la maquinaria pesada utilizada para eliminarlas. Muchos pescadores se quejan de que la pesca diaria ha disminuido drásticamente.
Pero debido a la magnitud del relativamente reciente problema, el cual está afectando las costas desde África occidental hasta América, todavía no se comprende bien el verdadero alcance del daño ambiental que puede provocar, según el Dr. Brian LaPointe, biólogo y experto en sargazo de la Florida Atlantic University.
“No hemos llegado muy lejos en la investigación para comprender las causas o cómo abordarlas, ni manejar y mitigar los impactos en el medio ambiente”, dijo LaPointe.
Segunda barrera de coral más grande
Los efectos que García Rivas ha visto en México ilustran las implicaciones para toda la región. El parque que ella supervisa es parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, el cual se extiende a lo largo de más de 600 millas de costa en México, Belice, Guatemala y Honduras.
Siendo la segunda barrera de coral más larga del mundo (solo la Gran Barrera de Coral de Australia es más larga, con aproximadamente 1,400 millas), la Barrera Arrecifal Mesoamericana alberga unas 500 especies de peces y 60 especies de corales pétreos, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés). También apoya el sustento económico de entre uno y dos millones de personas en la región, afirma WWF.
El sargazo invade la playa de la costa mexicana de la Península Maya.
Foto por Gladys Serrano | El País
El sargazo flotante puede ofrecer un hábitat saludable, pero cuando llega a la costa en cantidades masivas, a menudo asfixia a ciertos organismos, coincidió James Foley, Director de Océanos de The Nature Conservancy.
“En zonas costeras como Belice, el problema se agrava aún más por el hecho de que el sargazo también atrae mucha basura marina: basura local que discurre de los ríos que llegan al Caribe desde Centroamérica. Así que termina siendo un ambiente bastante tóxico”, agregó.
Según Foley, el sargazo también crea una barrera que bloquea la luz y evita que los organismos que se encuentran debajo realicen la fotosíntesis.
Un estudio de 2021 publicado en la revista científica Climate Change Ecology, el cual analizó la situación en tres bahías de Quintana Roo encontró que debajo de las esteras de sargazo la filtración de luz disminuye hasta un 73% y la temperatura del agua podía llegar a ser hasta 5 grados Celcius más cálida.
Enfermedades bacterianas
Además, dijo García Rivas, las bacterias transportadas por el sargazo también pueden estar afectando a los corales.
“Algunas de las enfermedades que sufren los corales podrían estar relacionadas con todas las bacterias que trae el sargazo o que surgen durante su descomposición”, afirmó. “Aunque se convierta en un ambiente sin oxígeno, hay bacterias que pueden sobrevivir, afectando no sólo a los corales sino generando la mortalidad de los peces”.
Tales efectos exacerban las amenazas existentes en el arrecife, dijo García Rivas, y señaló que el peor daño histórico proviene del desarrollo costero y el inadecuado manejo de las aguas residuales y otros desechos.
El sargazo ha llegado masivamente a la marina de Palmas del Mar en el municipio de Humacao en Puerto Rico.
Foto por Xavier García | Centro de Periodismo Investigativo
“En general, el agua de mar contaminada no permite que los corales vivan adecuadamente”, afirmó. “Los debilita. Y cuando presentan enfermedades o están estresados por el calor, es más fácil que mueran”.
Un escenario similar se vive en Jamaica, según el Dr. Camilo Trench, biólogo marino de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI) en ese país.
“El problema es que las algas crecen rápido y los corales crecen lentamente”, dijo Trench. “Entonces, si el sargazo está en el área con otras macroalgas, puede crecer demasiado rápidamente en el área del arrecife de coral. Así que ahora, no sólo reducirá el espacio que los corales tendrán para crecer, también reducirá el área de asentamiento del vivero de corales”.
El sargazo también asfixia a otras especies
El coral podría ser uno de los animales más visiblemente afectados por el sargazo, pero no es el único. Un estudio publicado en el Marine Pollution Bulletin analizó una afluencia masiva de sargazo que inundó las costas del Caribe mexicano en 2018, descomponiéndose y enturbiando el agua. Como resultado, los investigadores encontraron que murieron organismos de 78 especies de vida silvestre. Los más afectados fueron los peces demersales y neríticos que viven en el fondo del mar, y los crustáceos.
Otros científicos han expresado su preocupación por los efectos del sargazo en los nidos de tortugas. En 2017, Briggite Gavio, profesora de biología marina en la Universidad Nacional de Colombia, visitó Cayo Serranilla, una pequeña isla de 600 por 400 metros en el extremo norte del Caribe colombiano. La isla sólo está habitada por personal militar y es un lugar perfecto para el anidaje de las tortugas marinas.
Cuando Gavio estuvo allí como parte de una expedición científica, el sargazo había formado una estera de hasta 40 centímetros de altura en las playas. “Pudimos observar que algunas crías de tortugas tenían problemas para atravesar la barrera que representaba la estera de sargazo y eran vulnerables a la depredación de cangrejos fantasma, ratas y otros depredadores”, escribió en 2018 sobre sus observaciones.
Científicos de otras islas como Antigua y Barbuda han hecho observaciones similares sobre los efectos del sargazo en las tortugas marinas.
Matando también a los manglares
El sargazo también parece tener un impacto potencialmente letal en los manglares del Caribe, una barrera natural importante para los huracanes extremos.
“Estas son plantas que viven en la orilla del mar y son plantas de marejadas, pero dependen de sus raíces aéreas y de sus raíces respiratorias, que están bajo tierra, para obtener oxígeno”, dijo Trench, el biólogo de Jamaica. “Ahora imagina una estera que cubra esas raíces e impida que el oxígeno fluya a través de ellas. Definitivamente, puede causar la muerte si es a largo plazo y es similar al impacto de algo como sería una mancha de petróleo en el manglar o basura, como los desechos sólidos”.
El sargazo ha impactado áreas de Jamaica donde se encuentran bosques de manglares, como en Salt River.
Foto por Kirk Wright | Television Jamaica
Al igual que ocurre con los corales, los manglares a veces terminan asfixiados, sufriendo daños y poniendo en riesgo a otras especies que dependen de ellos.
Para García Rivas, la bióloga en México, un hecho es particularmente alarmante: a diferencia de muchos otros problemas que enfrentan los arrecifes que ella supervisa, la afluencia de sargazo no tiene una solución clara.
“No hemos creado un círculo virtuoso como, por ejemplo, con el pez león”, afirmó. “A pesar de ser una especie invasora, [el pez león] se puede pescar y comer, lo que mitiga el problema”.
El gobierno local busca soluciones
Ante este problema, el año pasado el estado de Quintana Roo creó un comité de 60 expertos de diferentes áreas que trabajaron durante siete meses para ayudar a crear lo que hoy se conoce como la Estrategia Integral para el Manejo y Aprovechamiento del Sargazo en Quintana Roo.
La estrategia cubre ocho áreas: salud; investigación y monitoreo; manejo del conocimiento, procesos y logística; utilización; marco legal; instrumentos económicos y ejes transversales. Esos avances claves incluyen designar al estado de Quintana Roo como la autoridad encargada de dar todos los permisos a investigadores o empresas que trabajan para convertir el sargazo en un producto.
“El gobierno estatal es el que da todos los permisos para asuntos que van desde el transporte, recogido hasta el destino final. Con eso evitamos que las empresas estén dando vueltas preguntando al gobierno federal o al municipal dónde adquirir los permisos”, dijo Hernández Gómez, la Secretaria de Ecología y Medio Ambiente.
La respuesta es costosa. El año pasado, a la Secretaría Marina le asignaron $3 millones para recoger el sargazo en el mar usando sus barcos y barreras de anclaje, mientras a la Zona Marítimo Terrestre Federal se le asignaron cerca de $7 millones para recogerlo en las playas. En Quintana Roo, por medio de la Secretaría dirigida por Hernández Gómez, otros $1.7 millones vendrán para enfrentar el problema.
“Y este año, esa inversión se mantendrá”, añadió Hernández Gómez.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte con el apoyo de la Open Society Foundations.
By Freeman Rogers (The BVI Beacon), Olivia Losbar (RCI Group Guadeloupe), Maria Mónica Monsalve (América Futura, El País América), Krista Campbell (Television Jamaica) and Suzanne Carlson (The Virgin Islands Daily News) with Centro de Periodismo Investigativo
Escuelas desalojadas debido a gases tóxicos. El agua potable de las casas con mal olor. Los operadores turísticos y los pescadores en lucha por mantener sus negocios. Pérdidas de empleos. Cortes de electricidad que afectan a decenas de miles de personas a la vez. Graves problemas de salud. Y pérdida de vidas.
Estas fueron algunas de las consecuencias que dejó el sargazo en las islas del Caribe en 2023, y que se han vuelto comunes en la región desde 2011, cuando la proliferación masiva de esas algas comenzó a arropar las costas durante los meses de primavera y verano.
El 18 de abril de 2023, en Guadalupe, la agencia de monitoreo de la calidad del aire Gwad’Air aconsejó a las personas vulnerables a que abandonaran algunas zonas debido a los niveles tóxicos de gas producido por el sargazo. Seis semanas después, a unas 600 millas al noroeste, el sargazo bloqueó una tubería en una planta eléctrica en Punta Catalina, República Dominicana. Una de las unidades de la instalación se vio obligada a cerrar temporalmente. Allí, Elías Poling, un buzo de 20 años de edad, se ahogó mientras intentaba solucionar el problema.
Un equipo saca sargazo en las instalaciones de la Central Termoeléctrica Punta Catalina en República Dominicana en 2023.
Foto de la Central Termoeléctrica Punta Catalina
En Jamaica, entre julio y agosto, los pescadores tuvieron una temporada más de batalla cuando el sargazo bloqueó sus pequeñas embarcaciones y menguó sus pescas.
“A veces, los barcos ni siquiera pueden entrar al río”, dijo el pescador jamaiquino Richard Osbourne. “Bloquea todo el canal”, aseguró.
Cuando el sargazo penetró la principal planta desalinizadora de las Islas Vírgenes Británicas (IVB) en agosto pasado, la mayoría de los 4,000 residentes de Virgen Gorda tuvo que lidiar con cortes esporádicos del agua potable y, cuando tenía el servicio, el agua salía de los grifos con mal olor.
En Puerto Rico, por primera vez en la costa de Aguadilla, un exceso muy inusual de las algas llegó a finales de temporada e inundó las playas del noroeste, dejando a residentes como Christian Natal y muchos otros sin trabajo durante una semana. El episodio causó el cierre temporero de negocios, incluyendo la empresa de alquiler de jet skis para la cual él trabaja.
Christian Natal trabaja en una empresa de alquiler de vehículos acuáticos en la playa “Crash Boat” del municipio de Aguadilla que tuvo que cerrar el año pasado debido a la inusual llegada de sargazo al noroeste de Puerto Rico.
Foto de Gabriel López Albarrán | Centro de Periodismo Investigativo
Estas víctimas están entre las miles de personas del Caribe que se afectaron el año pasado por la proliferación de sargazo. En la región cerca del 70% de la población — de unos 44 millones — vive cerca de la costa, según el Banco Mundial.
Los científicos afirman que el crecimiento masivo de las algas se debe a la contaminación global, al cambio climático y a otros problemas internacionales, ya que las islas del Caribe hicieron muy poco para causar el problema y carecen del poder político para resolverlo.
“Las algas deben ser vistas como un impacto del calentamiento global, y esta visión debe incluir un derecho a compensación basado en que las islas son pequeñas y vulnerables”, afirmó Sylvie Gustave dit Duflo, vicepresidenta de la región de Guadalupe encargada de asuntos ambientales y presidenta de la Oficina Francesa de Biodiversidad.
Agregó que, sólo en 2022, los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM, en inglés) — que incluyen 15 estados miembros y cinco integrantes asociados que son territorios o colonias— registraron pérdidas económicas de alrededor de $102 millones debido al sargazo.
“Estas cifras no toman en cuenta las pérdidas registradas en todos los demás países del Caribe, incluyendo a las islas francesas”, aclaró. Tampoco incluye los costos anuales de limpieza de playas, los cuales se estiman en otros $210 millones.
Durante los últimos años, Ezekiel Bobb, quien vive cerca de la playa en Handsome Bay, Virgen Gorda, ha sufrido el olor del sargazo descompuesto. Buscándole un uso, lo ha utilizado como fertilizante en su jardín, pero eso no hace mucha mella en las enormes cantidades de estas algas que llegan a la orilla.
Foto de Freeman Rogers | The BVI Beacon
Gustave dit Duflo y otros expertos coinciden en que el problema global requiere una respuesta global. Pero hasta ahora, el Caribe no ha logrado coordinar una estrategia regional y la comunidad internacional, en gran medida, se ha hecho de la vista larga. A nivel nacional, se ha hecho poco para enfrentar la situación. En la mayoría de los países del Caribe la respuesta se limita a un borrador de estrategias de manejo del sargazo que no ha sido ni adoptado oficialmente ni financiado adecuadamente.
La llegada del sargazo es, en su mayoría, predecible, y los peores impactos casi siempre se pueden prevenir. Pero, una y otra vez, los gobiernos caribeños han esperado hasta estar en la fase de crisis para reaccionar. Para entonces, las respuestas casi siempre se han centrado en proteger la industria del turismo, mientras que otros grupos, como las comunidades locales o los pescadores, quedan en un segundo plano.
Como consecuencia, la salud, los trabajos y el medio ambiente en el Caribe se han visto en peligro y se han gastado cientos de millones de dólares en respuestas de emergencia reactivas que, según los expertos, podrían haberse invertido mejor en prevención, planificación y mitigación.
En la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) efectuada en diciembre pasado en Dubai, Gustave dit Duflo copresentó una propuesta francesa para el tipo de respuesta internacional que, según dijo, se necesita con urgencia para atender la crisis del sargazo. La propuesta incluye formar una coalición global para entender mejor el problema, garantizar que el tema del sargazo esté en la agenda de los principales foros internacionales, y continuar el trabajo previo en asociación con la Unión Europea (UE), entre otras medidas.
Para implementar la propuesta, los gobiernos del Caribe y del extranjero tendrán que superar obstáculos que anteriormente han obstaculizado la cooperación, incluyendo diferencias políticas y legislativas, escasez de fondos y debates sobre si se debe priorizar la salud, el medio ambiente, la economía u otras áreas.
Mientras tanto, el sargazo ya ha comenzado a llegar otra vez a las costas del Caribe. Y una vez más, la región no está preparada.
Ya para el 8 de abril de 2024 (arriba), el sargazo volvía a llegar a la costa cerca de la planta desalinizadora de Handsome Bay, Virgin Gorda, pero no se había instalado la barrera protectora prometida.
Foto suministrada
El ‘Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico’
El sargazo, en sí mismo, no es malo. Tampoco es algo nuevo en el Caribe, donde siempre ha llegado a la costa en cantidades modestas entre la primavera y el verano, proporcionando hábitat para la vida marina, y ayudando a construir playas cuando se descompone.
Pero en el año 2011, llegaron demasiadas. La afluencia fue extrema.
Ese año, sin previo aviso, el sargazo inundó repentinamente las costas. En algunas playas se acumularon varios metros de alto. Apestaba a huevos podridos mientras se descomponía. Causó el cierre de complejos turísticos, dando un duro golpe al sector en algunas partes del Caribe que aún luchaban por recuperarse de la recesión global de 2008-2009. A los residentes costeros les causó dolores de cabeza, náuseas y problemas respiratorios. Dislocó los lugares de anidaje de las tortugas, y amenazó a los arrecifes y manglares.
El sargazo ha causado problemas a los barcos que operan en la terminal del ferry de Road Town, Tortola, en las Islas Vírgenes Británicas (mostrado arriba el 20 de mayo de 2023).
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
Mientras el sargazo continuaba arropando el Caribe y la costa occidental de África a 8,000 millas de distancia, los científicos descubrieron algo sorprendente. Históricamente, la mayor parte de la llegada estacional al Caribe procedía de un remolino de dos millones de millas cuadradas en el norte del Océano Atlántico: el Mar de los Sargazos.
“El [Mar] de los Sargazos existe desde hace cientos de miles de años y es un ecosistema perfecto, por así decirlo”, indicó Elena Martínez, oceanógrafa de la República Dominicana. “Estaba allí rodeado por cuatro giros o corrientes oceánicas que lo mantenían perfecto”, describió.
Pero los científicos pronto descubrieron que la mayor parte de la nueva afluencia en el Caribe ya no provenía del Mar de los Sargazos, sino de un nuevo ecosistema de sargazo que se había formado en el sur del Océano Atlántico.
El área del Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, denominado así en un artículo publicado en Science de 2019, ahora se puede ver desde el espacio y su longitud a menudo supera las 5,000 millas, según los científicos que usan satélites para rastrearle.
Su causa aún se debate. El doctor Brian Lapointe, investigador del sargazo, ve el cinturón del Atlántico como una versión global de un florecimiento más pequeño que presenció en 1991 y que causó el cierre de una planta de energía nuclear y de otras instalaciones eléctricas a lo largo de la costa de Florida, Estados Unidos.
Desde la década de 1980, la población mundial casi se ha duplicado, explicó Lapointe, profesor en la Universidad Atlántica de Florida. Esto, a su vez, ha llevado a un aumento masivo de los nutrientes que estimulan al sargazo y que son arrastrados por grandes ríos, como el Mississippi en Estados Unidos, el Amazonas y el Orinoco en América del Sur y el Congo en África.
“Para hacer crecer la población mundial, hemos utilizado estos fertilizantes; hemos deforestado a lo largo de todos los ríos más importantes del mundo”, explicó. “El nitrógeno ha aumentado más rápido que el fósforo debido a todas estas actividades humanas, incluso las aguas residuales y aguas usadas provenientes de la creciente población humana”, abundó Lapointe.
El cambio climático es otro posible causante. Martínez dijo que el calentamiento de las aguas puede haber alterado el remolino gigante que mantuvo en su lugar al Mar de los Sargazos durante miles de años, liberando estas algas para que flotaran hacia el sur y formaran el nuevo cinturón.
Diagrama del Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico.
Fuente: Commercial Potential of Pelagic Sargassum spp. in Mexico, Frontiers
El nuevo cinturón también recibe nutrientes del polvo del desierto del Sahara que con frecuencia cruza el Atlántico, lo que a su vez podría verse exacerbado por impactos climáticos, como la expansión de los desiertos, a medida que aumentan las temperaturas. Algunos científicos también sostienen que el calentamiento de los océanos provee un entorno de crecimiento más favorable para el sargazo.
Los expertos tienden a estar de acuerdo en que el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico llegó para quedarse y, reiteran, que es un problema global que necesita una respuesta global.
‘Una escena terrible para la gente’
Esto quedó claro en 2018, cuando el cinturón creció a un tamaño récord estimado en 22 millones de toneladas y gran parte del Caribe sufrió la peor acumulación de su historia. Esa temporada generó una ola de reclamos por una respuesta internacional colaborativa.
Al año siguiente, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, visitó Santa Lucía para una reunión de la CARICOM en julio desde donde viajó hasta el pequeño pueblo pesquero de Praslin Bay.
Rodeado de dignatarios, Guterres caminó por un muelle bordeado por pequeñas embarcaciones que flotaban sobre gruesas capas de sargazo, las cuales durante años habían sido una plaga para pescadores, sembradores de musgo marino y otros residentes del área.
“¿Entonces es una escena terrible para la gente?”, le preguntó Guterres a un residente, según quedó documentado en un video publicado en la página web de las Naciones Unidas.
“Sí”, respondió el hombre. “Está matando a los peces de la bahía. El hedor... Está destruyendo nuestros equipos electrónicos debido a los vapores”, lamentó.
Tras su visita, Guterres describió la escena como un “paisaje que parecía un desierto de algas de cientos de metros”.
Luego hizo un llamado de acción internacional.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, visitó la Bahía de Praslin, Santa Lucía, en julio de 2019.
Foto por las Naciones Unidas
“Los océanos no conocen fronteras, ni tampoco el clima”, afirmó. “Es una responsabilidad colectiva global actuar ahora”.
Pero esa acción internacional amplia no se ha materializado. A pesar de la gran cantidad de estudios y proyectos en toda la región, y de varios intentos de la ONU y otras entidades para coordinar una respuesta en el Caribe, la iniciativa se ha visto estancada, en gran medida, por la escasez de fondos, asuntos geopolíticos, la pandemia del COVID-19 y otros factores.
Uno de los esfuerzos más significativos se produjo tres meses después de la visita de Guterres a Santa Lucía, cuando, en octubre de 2019 en Guadalupe, se realizó la Primera Conferencia Internacional sobre el Sargazo. Allí se lanzó oficialmente el programa llamado Sarg'Coop, que se financió con $3.2 millones en fondos de la Unión Europea y que tendría una duración de tres años. Al evento acudieron representantes del Gobierno francés, la Región de Guadalupe, la UNESCO y otras entidades. Además, asistieron representantes de más de una docena de países y territorios del Caribe, así como de Estados Unidos, México, Brasil y Francia.
Se vieron algunos avances. Por ejemplo, la Región de Guadalupe, en asociación con el Gobierno francés, la Agencia Nacional de Investigación de Francia y dos agencias brasileñas, lanzó una convocatoria de proyectos que permitió realizar una docena de estudios internacionales sobre el impacto sanitario, ambiental y económico de las algas, así como sus posibles usos.
Desde entonces, también se han celebrado otras reuniones regionales. En junio pasado, por ejemplo, se celebró en la República Dominicana una conferencia coordinada entre la Unión Europea y el Caribe con la consigna “Convertir el sargazo en oportunidad” y el mes siguiente el tema se debatió en una cumbre de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Bruselas, Bélgica.
Pero casi cinco años después de la conferencia de Guadalupe en el 2019, los expertos reconocen que los objetivos más amplios no se han materializado a nivel regional como se había previsto. No existe ninguna estrategia caribeña y no se ha establecido el centro regional de alerta y monitoreo previsto en la conferencia.
Amplias cubiertas de sargazo se extienden hacia la costa en Manchioneal, Portland, Jamaica — una de las tres zonas más afectadas de la isla.
Foto del Instituto GeoInformático Mona
En cambio, muchas de las acciones que surgieron de la conferencia de Guadalupe se han centrado principalmente en el Caribe francés. Gracias en parte a un financiamiento de $66 millones asignados desde 2018 hasta 2026 por el Gobierno de Francia, que por décadas ha luchado contra el arribo de algas a sus costas europeas. Las islas francesas lanzaron algunos de los esfuerzos de respuesta más extensos en el Caribe en los últimos años.
Pero ni siquiera esto ha sido suficiente para proteger a los residentes.
Al describir la visita de Guterres a la bahía de Praslin como “nada más que una oportunidad fotográfica”, el profesor Dabor Resiere, radicado en Martinica, y otros siete investigadores afirmaron en un artículo de marzo de 2023, que las “autoridades locales desperdiciaron la visita de una persona tan importante para dar visibilidad internacional al fenómeno del sargazo en el Caribe”.
Cuatro años más tarde, la situación sigue “sin cambios”, añadieron.
“A pesar de los planes del Gobierno francés para abordar el problema del sargazo, estas algas tóxicas continúan arropando las costas de Martinica, Guadalupe y la Guayana Francesa en volúmenes cada vez mayores”, indicaron los investigadores en el Journal of Global Health. “Hoy no existe un consenso nacional o internacional para enfrentar este problema de salud pública. No existe una red caribeña ni un consenso amplio para avanzar en la investigación”, agregaron.
Incluso, la bahía de Praslin vio poco alivio en los años posteriores al recibimiento del secretario general de la ONU.
En 2022, la doctora Bethia Thomas, investigadora del sargazo de Santa Lucía, produjo videos sobre los residentes de Praslin y otras doscomunidades cercanas como parte de su tesis doctoral. En cada video, varios residentes enumeraron quejas que iban desde problemas respiratorios y joyería corroída, hasta destrucción de villas pesqueras.
“Afecta mi forma de respirar, y creo que también afecta a los niños y la forma en que se comportan, porque a veces están de muy mal humor y no pueden sentarse y hacer sus tareas porque es demasiado terrible”, dice una maestra en el video de Bahía de Praslin. “Creo que nos está afectando mentalmente”.
Las preocupaciones sobre los efectos del sargazo en la salud mental de los residentes y trabajadores costeros se señalaron en un informe de septiembre de 2023 de la Comisión de Pesca del Atlántico Centro-Occidental, compuesta por 34 miembros. “El olor desagradable, el deterioro de su entorno, la falta de acceso a las playas para relajarse, la incertidumbre sobre el futuro, el aumento de dolencias físicas como enfermedades respiratorias y erupciones cutáneas, y la preocupación por otros posibles riesgos para la salud, entre otras cosas, afectarán naturalmente la salud mental”, indicó la comisión, un organismo pesquero regional establecido bajo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Sin embargo, el informe añade que actualmente no se están estudiando esos impactos en la salud mental.
A falta de una estrategia regional, en la mayoría de los países y territorios del Caribe se han desarrollado planes nacionales de manejo del sargazo por medio de proyectos financiados con subvenciones afiliados a la Universidad de las Indias Occidentales en Santa Lucía, Barbados, Dominica, Granada, San Vicente y las Granadinas, IVB, Anguila y Montserrat.
Pero pocos han sido adoptados oficialmente a nivel gubernamental, y aún menos cuentan con el financiamiento adecuado o seguimiento.
El sargazo bordea la costa en julio de 2023 en Anegada, en las Islas Vírgenes Británicas.
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
“A veces las comunidades quedan en el olvido”, dijo Thomas. “Tal vez no intencionalmente, pero en los pequeños estados insulares en desarrollo con recursos limitados, hay que priorizar. Y tal vez otras cosas, como construir un nuevo hospital y nuevas carreteras y escuelas, puedan tener prioridad sobre el desarrollo de un plan de manejo del sargazo”, planteó.
A consecuencia de eso, las respuestas al sargazo pueden variar dramáticamente de una isla a otra.
Al investigar el efecto de las grandes llegadas de sargazo del año pasado en seis países y territorios del Caribe, el CPI encontró una realidad que se repite: la gente está sufriendo.
Inversión insignificante de países contaminantes
Mientras los residentes experimentan consecuencias económicas y de salud, los líderes caribeños reclaman frecuentemente la falta de fondos para hacer frente a la crisis. Señalan que los fondos locales están atados a muchas prioridades que compiten, incluyendo el manejo de impactos relacionados con el clima como huracanes, sequías e inundaciones.
También dicen que el costo de la crisis del sargazo debería ser asumido en parte por los países más grandes, los principales responsables de la misma, y que acceder a financiamiento climático internacional para ese propósito no es fácil.
Una revisión hecha por el CPI de los proyectos financiados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y por miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico entre 2000 y 2021 reveló que, de los 162,780 proyectos para atender el cambio climático en el mundo, a penas un 0.007% (menos de $7 millones) fueron para abordar cuestiones relacionadas con el sargazo y fueron otorgados sólo entre 2019 y 2021. Alrededor del 89% de esos fondos, o $6 millones, se invirtieron en el Caribe.
Sin embargo, para muchas islas colonias, el problema se agrava por un estatus político que las descalifica para la mayor parte del financiamiento para fines de asuntos climáticos.
“No tenemos acceso a fondos globales como el fondo de resiliencia, el fondo de pérdidas y daños”, dijo el ministro de Salud y Desarrollo Social de las IVB, Vincent Wheatley, cuya casa queda mirando hacia la planta desalinizadora de Virgen Gorda, que recientemente se dañó a causa del sargazo.
La tubería de entrada de la principal planta desalinizadora de la isla absorbió el sargazo que saturó a Handsome Bay, Virgen Gorda (que se muestra arriba el 1 de septiembre de 2023) y sufrió daños que provocaron escasez y cortes de agua.
Foto por Anika Christopher | The BVI Beacon
En las Conferencias anuales de la ONU sobre el Cambio Climático, las islas no son parte ni participan en la mesa de negociaciones, explicó.
“Caemos bajo el [Reino Unido]”, dijo. “Así que cualquier cosa que el Reino Unido negocie, nos la aplica a nosotros”.
Por lo tanto, dijo que las IVB y otros territorios han tenido negociaciones aparte con el Reino Unido.
“Nos unimos para solicitarle al Reino Unido la creación de un fondo específico para [sus] territorios de ultramar”, dijo Wheatley al indicar que estas discusiones están ocurriendo e incluyen el sargazo.
La falta de financiación y coordinación regional también ha obstaculizado los esfuerzos para lograr monetizar el sargazo buscándole un uso sostenible a gran escala.
“Aunque hay tantas cosas que se pueden hacer con el sargazo, la cantidad real de sargazo que se utiliza para los productos sigue siendo muy baja”, indicó la doctora Franziska Elmer, investigadora de sargazo radicada en México.
Proponen plan para el sargazo en COP28 en Dubai
Cuando Gustave dit Duflo, presidenta de la Oficina Francesa de Biodiversidad, se subió el 2 de diciembre de 2023 a un podio en la COP28 en Dubai, a 8,000 millas de distancia del Caribe, ya la inundación de sargazo había disminuido en las aguas calientes al otro lado del mundo.
Ante la mirada indiferente de los dignatarios, la funcionaria emitió una fuerte advertencia sobre el sargazo.
“Es un fenómeno muy invasivo y agresivo y afecta al turismo en todo el Caribe, y todas las economías de la región se basan en la biodiversidad y el turismo”, dijo a las personas reunidas en el pabellón francés al margen de la conferencia. “El Caribe tiene muchos puntos importantes de biodiversidad. Entonces, si no actuamos, en 20 años esta biología marina, incluido el arrecife, desaparecerá de nuestra costa”, puntualizó.
El sargazo flotante en la comunidad costera de Robin’s Bay, en Jamaica. Esta es una de las tres zonas más afectadas por el sargazo todos los años.
Luego explicó la propuesta del Gobierno francés para abordar el tema. El programa, dijo, tiene cuatro vertientes: formar una coalición internacional para comprender mejor el problema y sus causas; abordar el sargazo en foros internacionales como la COP de Biodiversidad; actuando en el marco del Convenio de Cartagena; y trabajar con la UE para apoyar la continuación del proyecto regional Sarg'Coop lanzado durante la conferencia de 2019 en Guadalupe.
El Gobierno francés ha presentado la propuesta como un movimiento sin precedentes en la COP28, y con el objetivo de ubicar el tema del sargazo en uno de los paneles de alto nivel durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos que se celebrará en Niza, Francia, en junio de 2025.
Esta colaboración es esencial, aseguró Gustave dit Duflo.
“Manejamos el sargazo a nivel local, pero este no es un fenómeno insular. Es toda la cuenca del Caribe y una parte del Atlántico”, puntualizó. “Es por eso por lo que todos los países afectados necesitamos crear una coalición internacional para poder encontrar maneras y formas de actuar”, alertó.
A partir de la COP28, los Países Bajos y sus países y territorios de ultramar decidieron sumarse al programa internacional propuesto por Francia junto a Costa Rica, México, República Dominicana y la Organización de Estados del Caribe Oriental, dijo Gustave dit Duflo al CPI.
Próximamente se celebrará una reunión con la Comisión Europea para definir las directrices legales y la financiación del proyecto, adelantó.
También en la COP28, la UE y el Gobierno de la República Dominicana organizaron un panel conjunto relacionado con el sargazo en el pabellón de la República Dominicana, donde lanzaron una iniciativa para “convertir el sargazo en una oportunidad económica” aprovechando la Agenda de Inversiones Global Gateway de la Unión Europea en América Latina y el Caribe.
Para ser exitosos, estos proyectos deberán aprovechar el trabajo que surgió de esfuerzos como los de la conferencia de 2019 en Guadalupe — y superar los retos que los retrasaron.
Desde principios de 2019, por ejemplo, Météo France, el servicio meteorológico francés, opera un servicio de seguimiento y detección de sargazo en las Antillas francesas y la Guayana Francesa. Pero hasta ahora, estos esfuerzos no se han expandido al centro regional previsto en la conferencia de 2019 a pesar del lanzamiento de varios sistemas de monitoreo en los últimos años, como el Sistema de Aviso Temprano de Jamaica, el rastreador regional CARICOOS en Puerto Rico y el sistema Sargassum Watch que depende de satélites de la Universidad del Sur de la Florida.
El programa Sarg'Coop que se lanzó en la conferencia de 2019, también tenía previsto replicar el trabajo realizado en Martinica, que en 2015 había creado un sistema de seguimiento del sulfuro de hidrógeno y del amoníaco, y que posteriormente se convirtió en una red de medición a gran escala que se extendió a Guadalupe en 2018.
Bajo Sarg'Coop, el instituto de investigación Madininair, con sede en Martinica, asumió la responsabilidad de apoyar a Santa Lucía, Dominica, Tobago, Cuba y México en la preparación de redes similares. Pero la pandemia del COVID-19 retrasó el progreso, y sólo recientemente se volvió a encarrilar el esfuerzo con el trabajo realizado en cada uno de esos países.
Cuando se le preguntó sobre los obstáculos pasados para implementar una estrategia internacional común, Gustave dit Duflo, también profesora de neurociencia en la Universidad de las Indias Occidentales, señaló a la geopolítica. Como ejemplo, citó la cumbre de mayo de 2023 de la Asociación de Estados del Caribe en Guatemala. Las discusiones de la cumbre, dijo, se enfocaron en gran medida en el conflicto en Ucrania mientras los países de la región debatían la cuestión del apoyo a Rusia o Estados Unidos.
Según la científica, la colaboración regional también se ha visto obstaculizada por diferencias legislativas transfronterizas.
Dominique Théophile, senador en Guadalupe, hizo una observación similar cuando se le encargó realizar un estudio sobre las estrategias de manejo del sargazo en el Caribe antes de la conferencia de 2019. Después de varios viajes a Santa Lucía, República Dominicana y México, descubrió que los planes de manejo más exitosos los llevaban a cabo los principales grupos hoteleros a escala local.
Pero estas estrategias muchas veces no podían implementarse a través del Caribe.
Por ejemplo, las leyes de salud y medio ambiente en Francia y otros territorios europeos impidieron una práctica común en otras partes de la región — esparcir sargazo detrás de las playas — debido a la posibilidad de que las algas pudieran contener arsénico y otros metales pesados que pudieran afectar el océano o las aguas subterráneas.
Debido a estas leyes, explicó Théophile, la estrategia francesa de manejo del sargazo concede una mayor importancia a los impactos sobre la salud y el medio ambiente. Muchas veces, por razones financieras, las iniciativas de otros países no atienden esas consideraciones ambientales y de salud con el detalle correspondiente, precisó.
Mientras los países trabajan para rectificar estos problemas y establecer una respuesta internacional, el tiempo corre para los residentes de las costas del Caribe.
Poco después de que terminara la COP28, los científicos de la Universidad del Sur de la Florida estimaron que el sargazo que flota en el Océano Atlántico tropical era de unos cinco millones de toneladas métricas, en comparación con el promedio de diciembre, cuando se registraron unas dos millones de toneladas métricas. En febrero de 2024, la masa había aumentado a unos nueve millones de toneladas — la segunda cantidad más alta jamás registrada en ese mes.
En otras palabras, pudiera haber comenzado otra temporada récord de sargazo.
Los reporteros Rafael René Díaz Torres (Centro de Periodismo Investigativo), Mariela Mejía (Diario Libre) y Hassel Fallas (La Data Cuenta) colaboraron con este reportaje.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo de Investigación y fue posible en parte con el apoyo de Open Society Foundations.
La temporada de sargazo de 2023 comenzó temprano en el Bolongo Bay Beach Resort en St. Thomas, isla principal de las Islas Vírgenes estadounidenses.
Hacia finales de marzo, el personal puso en marcha un sistema de respuesta que había creado a lo largo de los años, en ausencia de cualquier orientación oficial del Gobierno: Rastrillar manualmente las playas y esparcir las algas para que se secaran en los terrenos de la propiedad de 65 habitaciones, ubicada en una bahía al sur de la isla, habitada por unas 50,000 personas.
Como de costumbre, el hotel familiar tuvo que pagar la factura completa de la respuesta a la crisis causada por el alga.
Esta hospedería no es la única. Sin una estrategia nacional de manejo del sargazo, ni fondos del Gobierno de las Islas Vírgenes destinados al asunto, la carga financiera para la limpieza de las costas del territorio a menudo ha recaído directamente en los hoteles, los arrendadores de botes y otros operadores turísticos.
“Durante la última década, el dinero gastado en mitigación ya ronda los millones de dólares”, dijo Lisa Hamilton, presidenta de la Asociación de Hotelería y Turismo de Islas Vírgenes.
Los empleados de ORB Landscaping and Trucking utilizan rastrillos y contenedores para remover masas enormes de sargazo de la rampa para botes en Frenchtown en St. Thomas el 20 de octubre de 2023. El gobierno los llamó para una “limpieza de emergencia”.
Foto por Suzanne Carlson | The Virgin Islands Daily News
Con frecuencia, estos gastos se suman a los costos operacionales, a la vez que hay una merma en ingresos, porque cada vez más los turistas eligen sus destinos vacacionales evitando ir a las playas afectadas por el sargazo.
Variaciones de este escenario se repiten en todo el Caribe desde que el sargazo comenzó a invadir extraordinariamente la región en 2011.
Por ejemplo, los operadores turísticos de Aguadilla, un pueblo en la costa norte de Puerto Rico, estuvieron entre las víctimas de 2023. En septiembre de ese año, el municipio, que se había librado de grandes episodios de sargazo en el pasado, se vió afectado por su primera afluencia importante, poco después de que ese mes el huracán Lee pasara hacia el norte. Como resultado, el sector del turismo prácticamente cerró en las populares playas de Peña Blanca y Crash Boat en Aguadilla por casi una semana, encontró el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
“Cuando la gente viene [a la playa] y ve eso, y [huele] el hedor, se va a otras playas”, dice James Ramos, mientras cocina los populares pinchos de pollo a la BBQ (brochetas de pollo) que vende a diario en la playa Crash Boat. “Este fue uno de los peores [eventos de sargazo] que he visto jamás”.
Sin un plan de mitigación gubernamental, el cual fue requerido por ley en abril de 2023 pero que no se ha producido, los dueños de negocios de Aguadilla trabajaron para eliminar las algas por su cuenta. Sin embargo, dijeron que tenían dudas sobre cómo actuar, dado que no tenían directrices claras sobre cómo manejarlo, y que tampoco hay un programa gubernamental que les reembolse por la pérdida de ingresos.
En Puerto Rico, James Ramos dijo que la llegada del sargazo alejó a la gente de la playa donde tiene un negocio de venta de pinchos.
Foto por Gabriel López Albarrán | Centro de Periodismo Investigativo
Al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) de Puerto Rico se le ordenó preparar un plan de mitigación para el manejo del sargazo mediante una ley firmada en enero de 2023 por el gobernador Pedro Pierluisi. Pero ese plan, que debió estar listo a principios de abril de 2023, se ha estancado, en parte, por falta de financiamiento, dijo Mariana León Pérez, investigadora en ciencias marinas y costeras, quien participó en las primeras etapas del proyecto.
En su lugar, el DRNA publicó recientemente un protocolo de acción para el manejo del sargazo actualizado y ampliado, a partir de uno que crearon inicialmente en 2015. Pero dicho protocolo no responde todas las preguntas que enfrentan las empresas de Aguadilla afectadas, cuyas luchas también apuntan a problemas más amplios de jurisdicción entre el gobierno federal de Estados Unidos y el de Puerto Rico por ser la isla un territorio estadounidense, según León Pérez.
“[Es necesario] aclarar la jurisdicción; qué permisos se necesitan en términos de disposición final de sargazo en tierra. Eso queda pendiente”, explicó. “Ya tenemos bastante claro qué proceso se debe seguir para solicitar permisos de remoción, pero después de que lo eliminas, ¿qué haces con él? Por eso tenemos que aclarar la parte de disposición y uso”.
El alcalde de Aguadilla, Julio Roldán, dijo que estos asuntos presentaron un problema durante la acumulación del alga en septiembre.
“¿Qué tan malo está el sargazo?”
Los estudios han demostrado que el turismo en el Caribe baja entre un 7% y un 35% durante las épocas de acumulación de sargazo, y aproximadamente el 55% de todos los hoteles de la región informan estar afectados por el sargazo, según la oceanógrafa Elena Martínez, radicada en República Dominicana.
Los esfuerzos de limpieza, frecuentemente pagados por empresas turísticas desesperadas por mantener contentos a sus huéspedes, a menudo conllevan el uso de maquinaria pesada en las playas. Pero este proceso exacerba la erosión, lo que resulta en la necesidad de invertir millones de dólares adicionales en la restauración por erosión, dijo Martínez, quien trabaja como líder de investigación y desarrollo en SOS Carbon, una organización que diseña sistemas para recolectar sargazo antes de que llegue a las costas.
Aunque se desconocen los costos totales de limpieza, se estima que en el Caribe alcanzan hasta $210 millones de dólares en un solo año, una cifra que algunos investigadores creen que está subestimada.
Un empleado amontona sargazo en la rampa para botes de Frenchtown en St. Thomas, después de que las algas invadieran el puerto de Charlotte Amalie, haciendo difícil la navegación de las embarcaciones.
Foto por Suzanne Carlson | The Virgin Islands Daily News
Mientras tanto, los turistas que planifican unas vacaciones en el Caribe han estado haciendo variaciones de la misma pregunta en sitios web de viajes y redes sociales: “¿Qué tan malo está el sargazo?”
Mientras varios de los mapas de monitoreo por satélite están disponibles en línea, el predecir dónde se producirá exactamente una acumulación sigue siendo un reto: Los movimientos del sargazo varían ampliamente dependiendo de la dirección del viento, las corrientes y otros factores.
Como resultado, los agentes de viaje han recurrido a las redes sociales para encontrar respuestas a preguntas específicas sobre dónde y cuándo podría llegar el sargazo. Las preocupaciones de los viajeros son avivadas por los informes de algunos medios, como un titular reciente del USA Today que advertía: “Una capa de algas malolientes, de tamaño récord, podría arruinar su viaje primaveral a la playa. ¿Qué debe saber?”.
“El sargazo tiene un efecto palpable en nuestro producto turístico y en las personas involucradas en la industria”, dijo al CPI Dona Regis-Prosper, secretaria general de la Organización de Turismo del Caribe (OTC). “Cuando hay mucho, nuestros destinos sufren cancelaciones de vacaciones y el cierre de habitaciones frente a la playa, lo cual lleva a despidos de personal y reducción de ganancias económicas para el sector y las comunidades asociadas. Por lo tanto, la invasión del sargazo ha tenido un impacto negativo en la industria turística, que es el principal motor económico de la región”.
El sargazo es más que una simple molestia y puede estar asociado con impactos potencialmente graves para la salud. El 18 de abril de 2023 una alerta de contaminación del aire en Capesterre de Marie-Galante, Guadalupe, advirtió a las personas vulnerables que se mantuvieran alejadas de la costa, ya que el olor a sargazo en descomposición hacía que el aire fuera difícil de respirar. En ocasiones, incidentes de este tipo han mantenido a los turistas alejados del pueblo y han obligado a los negocios a cerrar.
Otra oleada de sargazo en Guadalupe en septiembre, afectó una concurrida marina que tiene hoteles, restaurantes y negocios que ofrecen actividades acuáticas.
El año pasado en Jamaica, la popular ciudad turística de Negril experimentó una de sus peores temporadas de sargazo, lo que causó serios problemas a los hoteles frente a la playa, que se vieron obligados a gastar miles de dólares jamaiquinos para limpiar las playas diariamente.
En las Islas Vírgenes Británicas, la popular marina Nanny Cay Marina ha intentado utilizar las hélices de los barcos para eliminar las algas que obstruyen sus muelles, un método que funcionó, pero que resultó costoso a medida que aumentaban los costos de la gasolina.
“Los costos de limpieza son prohibitivos y varios destinos gastan millones para restablecer el equilibrio sociológico y económico de las áreas afectadas”, dijo Regis-Prosper. “Debemos felicitar a quienes han emprendido esta difícil tarea y han hecho avances hacia la recuperación”.
El 17 de junio de 2023 una barrera aleja el sargazo de los yates en Nanny Cay Resort and Marina en las Islas Vírgenes Británicas.
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
Añadió que la OTC “aplaude los esfuerzos de las organizaciones que están buscando y financiando iniciativas educativas y empresariales dedicadas a reutilizar el sargazo en beneficio de nuestros destinos. Vamos a continuar alentando a los investigadores, científicos marinos, empresarios e innovadores a explorar formas y medios imaginativos de manejar el sargazo, utilizándolo para el secuestro de carbono, uso agrícola y biocombustible, por ejemplo”.
$25,000 por día
Hasta que se encuentre una solución a gran escala, es probable que los costos sigan aumentando para los negocios turísticos.
En las Islas Vírgenes de Estados Unidos no se ha hecho público un desglose completo del gasto, pero un funcionario del Gobierno dijo en 2022, que los hoteles del territorio gastaron colectivamente alrededor de $25,000 al día para limpiar el sargazo durante las grandes afluencias.
Otras cifras surgieron durante una audiencia pública en 2021, cuando la consultora ambiental Amy Dempsey dijo que el Margaritaville Vacation Club, de 264 habitaciones, gasta alrededor de $50,000 al mes para eliminar el sargazo, mientras que el Ritz-Carlton, de 180 habitaciones, gasta más de $500,000 al año y elimina como hasta seis contenedores de 40 yardas (120 pies) de sargazo en un día.
“Económicamente, para lugares como Margaritaville y muchos hoteles en las playas orientadas hacia el este, la remoción del sargazo representa un costo importante”, dijo Paul Jobsis, director del Centro de Ciencias Marinas y Ambientales de la Universidad de Islas Vírgenes. “Y, por supuesto, a sus invitados no les gusta porque no se siente bien nadar entre un montón de sargazo”.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible, en parte, por el apoyo de la Open Society Foundations.
Virgen Gorda es conocida por su lujo despreocupado.
Es la segunda más poblada de las Islas Vírgenes Británicas. Tiene elegantes villas junto al mar, un complejo hotelero de playa de cinco estrellas construido por Laurance Rockefeller en la década de 1960 y un patio para los yates de los multimillonarios, en el área conocida como North Sound.
Pero a mediados de agosto de 2023, los residentes de Virgen Gorda comenzaron a quejarse del olor fétido del agua del grifo.
“Cuando te duchas, sales oliendo a dióxido de azufre, a huevos podridos”, dijo la contratista de construcción Christina Yates en ese momento.
El problema se extendió por todo el valle, donde vive la mayoría de los aproximadamente 4,000 residentes de la isla. Algunos dijeron que el agua les quemaba o les producía una irritación cuando se duchaban. Otros dijeron que mataba las plantas de su casa cuando las regaban. Y pronto, muchos residentes se quedaron sin agua del grifo durante horas o días seguidos.
A medida que las quejas se hicieron más fuertes, el gobierno ofreció una explicación que muchos residentes ya sospechaban: El sargazo había entrado a la tubería de la planta desalinizadora que produce la mayor parte del agua pública de la isla. Este problema había exacerbado problemas ya viejos con el sistema de distribución de agua, lo cual llevó a un racionamiento que redujo el suministro casi a la mitad.
Pero a pesar de este historial, el Gobierno de las islas Vírgenes Británicas hizo poco para prepararse, a pesar de que su propio borrador de estrategia de manejo del sargazo advierte desde abril de 2023 sobre los riesgos en la planta de Virgen Gorda y recomendaba medidas que pudieron haber evitado la crisis del agua.
El sargazo bordeó la costa de Handsome Bay, Virgen Gorda, en septiembre pasado en las Islas Vírgenes Británicas. Las algas dañaron la principal planta desalinizadora de la isla, provocando escasez de agua y agua del grifo maloliente.
Foto por Anika Christopher | The BVI Beacon
La crisis del agua no fue la primera. En las Islas Vírgenes Británicas y otras islas del Caribe el sargazo ha dañado varias veces las plantas de agua y electricidad y ha dejado a los residentes sin servicios básicos en los últimos años.
En mayo pasado, en la República Dominicana, por ejemplo, el sargazo dañó una unidad generatriz de la Compañía de Generación Eléctrica Punta Catalina, que produce alrededor del 30% de la electricidad del país, a pesar de una inversión en filtros de $4 millones que hicieron un año antes.
Un equipo saca sargazo de las instalaciones de la Central Termoeléctrica Punta Catalina en República Dominicana en 2023.
Foto cortesía de la Central Termoeléctrica Punta Catalina
En 2022, el sargazo afectó tanto a una planta desalinizadora en Santa Cruz, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, que el Gobernador declaró un estado de emergencia.
Y en septiembre de 2021, en Puerto Rico, cientos de personas salieron a las calles a protestar por los cortes de energía generalizados que duraron varios días y que el gobierno atribuyó a las algas en una planta generadora.
Pero a pesar de esta historia, el gobierno de las Islas Vírgenes Británicas había hecho poco para prepararse, aunque su propia estrategia preliminar de manejo del sargazo advertía desde abril de 2023 sobre los riesgos en la planta de Virgen Gorda y recomendaba medidas que podrían haber prevenido la crisis de agua.
‘Etapas de emergencia’
Tras las quejas del verano, el Gobierno anunció el 1 de septiembre que había “resuelto” los problemas de agua de Virgen Gorda al limpiar las tuberías de agua, realizando pruebas y tomando otras medidas. Pero los vecinos dijeron lo contrario. El 20 de septiembre, lanzaron una petición en línea pidiendo a los líderes gubernamentales que se reunieran con ellos y les explicaran el camino a seguir.
En noviembre todavía estaban amontonados el sargazo, tierra y otros escombros, frente a la planta desalinizadora en Handsome Bay, Virgin Gorda, que dos meses antes sufrió daños debido a la llegada de las algas.
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
“La situación ha alcanzado etapas de emergencia en las últimas dos semanas”, afirmaba la petición, citando una resolución de las Naciones Unidas de 2010 que proclama que “el agua potable y el saneamiento seguros y limpios” son un derecho humano básico. “Estamos muy preocupados porque septiembre es uno de los períodos de menor demanda de agua debido a la temporada baja de turismo y, sin embargo, parece haber bajos niveles de agua. La falta de agua crea situaciones antihigiénicas que preocupan a nuestra comunidad, especialmente ahora que las escuelas han vuelto a funcionar”.
La petición consiguió casi 200 firmas y el Gobierno respondió organizando una reunión comunitaria el 10 de octubre.
Entre los oradores estuvo Michael Matthew, director general de la empresa Aqua Design BVI Limited, que opera la precaria planta desalinizadora.
Desde el invierno anterior, explicó Matthew, el sargazo había llegado periódicamente a la costa en cantidades masivas a Handsome Bay, un pueblo mayormente residencial donde se encuentra la planta de agua.
“Debido a que no fue retirado... después de permanecer en la orilla durante aproximadamente ocho meses, se descompuso hasta el punto en que, después de que las mareas estacionales cambiaron con el mal tiempo, en realidad, trajo parte del material de regreso a nuestra ingesta”, dijo Matthew mientras mostraba fotografías de montañas de sargazo en la costa que alcanzaban varios pies de altura. “Y lo que sucedió en ese momento, comenzó a perjudicar nuestra estructura. No está diseñada para sargazo”.
Explicó que para proteger el equipo la planta redujo la producción de alrededor de 360,000 galones por día a tan solo 230,000 galones. Añadió que se estaban trabajando planes para reemplazar membranas e instalar otros equipos nuevos con la esperanza de alcanzar un objetivo de 430,000 galones por día para fines de febrero de 2024, pero los intentos de confirmar el progreso para esta investigación no tuvieron éxito.
Señales de advertencia
Dadas las numerosas señales de advertencia, la crisis del agua no debió haber sido una sorpresa, en primer lugar.
Desde principios de la primavera, el sargazo se había anegado periódicamente en las costas de todo el territorio.
En junio de 2023, en la cercana isla de Tórtola, el sargazo entró a una tubería de entrada de la planta eléctrica principal, dejando sin electricidad durante varias horas a la mayoría de los aproximadamente 25,000 residentes de la isla.
Un empleado limpia, el 5 de junio de 2023, el sargazo cerca de la planta eléctrica central de Tortola, en las Islas Vírgenes Británicas. El día anterior, gran parte de la isla se quedó sin electricidad durante varias horas luego de que las algas se atascaran en el tubo que lleva agua de mar fría a la planta.
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
Pero quizás la señal de alerta más obvia para Virgen Gorda fue su propio historial reciente.
En 2015, una afluencia de sargazo dejó fuera de servicio la planta de Handsome Bay durante casi un año, lo que obligó al Gobierno a instalar una unidad de emergencia temporal. Los funcionarios no han revelado el costo de la instalación temporera ni han explicado por qué no se utilizó un enfoque similar el año pasado.
Sin embargo, líderes del gobierno y de la empresa privada tomaron nota del suceso. En noviembre de 2015, el entonces Ministro de Recursos Naturales prometió una política integral de sargazo y una estrategia de implementación. En marzo siguiente, el multimillonario británico Richard Branson invitó a ministros de medio ambiente y empresarios de toda la región a un simposio sobre sargazo en su nuevo resort en Mosquito Island, en North Sound, Virgen Gorda.
A pesar de este impulso, el progreso fue lento, con retrasos exacerbados por los grandes huracanes del 2017 y luego por la pandemia de COVID-19.
Una estrategia sobre desperdicios redactada en 2019 incluía consejos para manejar el exceso de algas, pero no fue hasta abril de 2023 que el Gobierno creó un borrador de estrategia de manejo de desperdicio del sargazo, como parte de un proyecto financiado con alrededor de $290,000 del programa Darwin Plus del Gobierno del Reino Unido, el cual también creó estrategias para los territorios británicos de Montserrat y Anguila.
Pero un año después, el borrador no ha sido adoptado oficialmente, ni siquiera circulado en el dominio público. Y la crisis del agua en Virgen Gorda sugiere que el documento ha sido ignorado en gran medida, al igual que las recomendaciones relacionadas que figuran en la estrategia sobre desperdicios de 2019.
Vulnerable area
De hecho, el borrador de la estrategia de 2023 identifica a Handsome Bay como una de las tres áreas más vulnerables al sargazo en las Islas Vírgenes Británicas y advierte explícitamente sobre los riesgos asociados con la planta desalinizadora allí.
Al igual que la estrategia de residuos de 2019, también recomienda varias medidas que podrían haber ayudado a prevenir la crisis del agua. Entre ellas, monitorear con cámaras a las áreas vulnerables; financiar y crear un sistema de alerta temprana; utilizar barreras y otros equipos para recolectar el sargazo antes de que llegue a la costa; establecer sistemas para recoger las algas de la costa de forma segura y oportuna; y realizar mapas de peligros en áreas sensibles.
Pero los residentes dijeron que, hasta donde ellos saben, tales medidas no se implementaron en Handsome Bay. Loretta Demming, que dirige una pequeña tienda y un salón de belleza en el pueblo, dijo que las excavadoras y los camiones normalmente llegan para retirar el sargazo sólo cuando alcanza un nivel crítico.
“Tiene que estar muy, muy mal”, aseguró.
Al igual que otros residentes, Demming compartió una letanía de quejas relacionadas. El gas emitido por el sargazo vuelve negras las joyas y otros metales, y ya no puede nadar en la playa cerca de su casa, agregó.
Ezekiel Bobb, un ex trabajador de un hotel que ha vivido en Handsome Bay durante unos 30 años, dijo que se necesita con urgencia una estrategia de remoción más consistente y rigurosa.
“Al menos tres veces por semana, puedes tener la [excavadora] JCB y un camión, y simplemente remover la mayor parte”, comentó.“Creo que debería ponerse cada vez más énfasis en esto porque es horrible”, agregó.
Ezekiel Bobb, ex empleado de un hotel que vive en Handsome Bay, dijo que se necesita urgentemente una estrategia de eliminación de sargazo más consistente y rigurosa en las Islas Vírgenes Británicas.
Foto por Freeman Rogers | The BVI Beacon
Bobb ha tratado de hacer su parte utilizando sargazo como fertilizante en su jardín, pero no ha logrado que mejore la situación.
“Especialmente por la noche, cuando estás durmiendo, es como si alguien te metiera el dedo en la nariz para asfixiarte cuando intentas dormir”, dijo. “Es como si estuviera bloqueando tus fosas nasales, incluso aún si cierras bien las ventanas”.
La ‘sorpresa de cada año’
Durante la reunión de octubre en Virgen Gorda, los funcionarios explicaron varios planes para proteger la planta de agua en el futuro.
Mathew dio como ejemplo que, habían consultado con una empresa de buceo, que recomendó reorientar la rejilla de entrada de la planta para que las algas no puedan caer directamente dentro de ella.
“También sugirieron extender [la tubería de entrada de 850 pies] por 800 pies, lo cual es muy costoso”, dijo. “Esa estructura ha estado allí durante casi 30 años; en 1994 la instalamos. Agregarle 800 pies nos colocaría fuera de la zona normal que se afecta por el sargazo”.
Ese paso requeriría financiamiento gubernamental, indicó.
Pero no está claro de dónde se obtendría el dinero para ese trabajo. Las Islas Vírgenes Británicas son un territorio de ultramar del Reino Unido, lo que las hace no elegibles para la mayor parte del financiamiento climático global, pero son fiscalmente independientes y obtienen la mayor parte de sus ingresos gubernamentales del turismo y los servicios financieros.
Sin embargo, el presupuesto del Gobierno para 2024 no incluye ninguna partida específica para el manejo del sargazo. Incluso el equipo que redactó la estrategia para el sargazo 2023 señaló que en el pasado no habían podido obtener los detalles de las asignaciones relacionadas de parte del Gobierno.
El ministro de Salud y Desarrollo Social de las Islas Vírgenes Británicas, Vincent Wheatley, que representa a Virgen Gorda en la legislatura del territorio, vive en una casa con vista a Handsome Bay. En una entrevista para esta investigación, describió las largas luchas para conseguir financiamiento para una respuesta al sargazo en un territorio que ha sido golpeado por otros impactos del cambio climático, incluidos los daños catastróficos del huracán Irma en 2017.
“Yo había asignado $50,000 para la eliminación del sargazo [en el presupuesto de 2019], pero solo duró como un año”, dijo. “No creo que el SF [Secretario de Finanzas], o quien sea, lo haya visto como algo que deba estar en un presupuesto todo el tiempo. Por eso apodé al sargazo la ‘sorpresa de cada año’. Nunca lo anticipamos, como si no fuera a llegar”, dijo.
Señaló que debido al estatus del territorio como territorio de ultramar, acceder a fondos climáticos en el extranjero generalmente no es una opción.
“No tenemos acceso a fondos globales: El Fondo de resiliencia, el Fondo de pérdidas y daños”, dijo. “Lo que estamos intentando hacer es encontrar alguna vía para acceder a cierto financiamiento”.
A principios de la temporada, mucho antes de que la planta de agua sufriera daños el año pasado, él había solicitado que se removiera el sargazo, explicó Wheatley. Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático (que él ya no supervisa y que no respondió a nuestras solicitudes de comentarios) no reaccionó lo suficientemente rápido, dijo.
En el 8 de abril de 2024, un arribazón de sargazo volvía a afectar la costa cerca de la planta desalinizadora de Handsome Bay, Virgin Gorda, pero no se había instalado la barrera protectora prometida.
Foto suministrada
En enero, el primer ministro de las Islas Vírgenes Británicas, Dr. Natalio “Sowande” Wheatley, describió el manejo del sargazo como una de las prioridades de su Gobierno y dijo que pronto se instalaría una barrera en Handsome Bay para mantener las algas alejadas de la costa.
Pero a mediados de marzo, los residentes no habían visto señales de dicha barrera y los intentos de obtener más información sobre ese proyecto y otras medidas planificadas en el área no tuvieron éxito.
Mientras tanto, el sargazo ha comenzado a llegar a la costa de Handsome Bay una vez más.
Los reporteros Rafael René Díaz Torres (Centro de Periodismo Investigativo) y Mariela Mejía (Diario Libre) contribuyeron a esta investigación.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte con el apoyo de la Open Society Foundations.
Durante más de medio siglo trabajando como pescador en Jamaica, Richard Osbourne ha visto cómo su industria ha ido mermando debido a la contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y otros problemas.
Y encima, llegó el sargazo.
Durante la última década, estas algas han inundado varias veces la comunidad de Portland Cottage, donde Osbourne opera un pequeño bote pesquero. Él cree que el problema puede estar empeorando. Dijo que en 2023 las algas llegaron temprano y alcanzaron su pico en julio y agosto. La magnitud de la afluencia es superada sólo por la que vio el año antes.
Los motores y otros equipos de los botes de pesca han sufrido daños y el tratar de evitar las florecidas de sargazo representa usar más gasolina lo cual aumenta el gasto para los bolsillos de los pescadores. Pero el peor impacto es la reducción en la pesca, dijeron Osbourne y sus colegas.
El sargazo “mata los peces; mata los manglares, mata las ostras. Todo lo que vive en el mar, lo daña, hasta el mismísimo caimán. Es algo muy peligroso”, dijo Osbourne.
Los pescadores en todo el Caribe han enfrentado problemas similares desde que comenzaron a llegar flujos masivos a la región en 2011.
“Creo que es un problema muy serio, especialmente porque ahora ocurre casi todos los años”, dijo Melanie Andrews-Bacchus, una consultora radicada en Trinidad que ha trabajado en temas pesqueros en más de una docena de países del Caribe. “El sargazo se está volviendo más espeso; Supongo que en algunos casos es mucho más difícil de manejar… Definitivamente es un problema grave, especialmente para el sector de la pesca en pequeña escala”, precisó.
Sin embargo, aún se desconoce el alcance de su impacto, según un informe revelado en septiembre por la Comisión de Pesca del Atlántico Centro-Occidental, un organismo pesquero regional de 34 miembros establecido bajo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
“Los impactos de la afluencia de sargazo en los trabajos de los pescadores aún no se han analizado ni documentado completamente”, afirma el informe. “Por ejemplo, dentro del sector pesquero ha habido pérdida de días de pesca, reducción de capturas de peces voladores, daños a los motores de los pescadores y aumento de los costos operacionales. Sin embargo, las pérdidas económicas asociadas a estos eventos no han sido cuantificadas”.
A menudo, los pescadores tienen que afrontar el problema solos. En Jamaica, muchos dijeron que no han recibido ayuda del Estado para eliminar el sargazo y que tienen que hacerlo solos o esperar a que la naturaleza se encargue del problema.
Los esfuerzos de limpieza que reciben apoyo gubernamental casi siempre se centran en zonas turísticas, y algunos pescadores han visto una remoción inadecuada — como arrojar el sargazo a zonas ecológicamente sensibles — lo cual podría dañar aún más el entorno natural del que depende su sustento.
En 2015 se redactó un Plan Nacional de Respuesta al Sargazo para Jamaica que los funcionarios de la Agencia Nacional de Planificación y Medio Ambiente (NEPA, en inglés) utilizan para guiar su respuesta a las afluencias. Pero el plan nunca fue adoptado oficialmente a nivel gubernamental y los relatos, tanto de los pescadores como de los funcionarios, sugieren que no se ha seguido de manera consistente ni se ha financiado adecuadamente.
De hecho, la mayoría de los pescadores entrevistados por el CPI dijeron que nunca habían oído hablar de eso.
Monique Curtis, portavoz de NEPA, dijo que la mayoría de los fondos reservados para ayudar en la limpieza de las playas tuvieron que ser devueltos porque las comunidades y los pescadores rara vez los solicitaban. Dijo que prefieren limpiar ellos mismos o dejar que el sargazo se desintegre naturalmente.
Los ministros responsabilizan por el asunto a la falta de educación del público, al tiempo que reconocen que es necesario intensificar los esfuerzos del Estado. Aseguraron que los esfuerzos educativos mejorarán en el futuro.
La pesca en Jamaica
Aunque la economía de Jamaica se basa principalmente en el turismo y los servicios, la industria pesquera contribuye al sustento de más de 100,000 personas — casi el 5% de la población— según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO en inglés).
El país también tiene uno de los niveles de consumo de pescado per cápita más altos de la región de las Américas. Los jamaiquinos comen un promedio de 26.42 kilogramos (58.2 libras) de productos del mar al año, ocupando el octavo lugar entre 35 países de América, según datos de 2020 de la ONU. Seis de los siete países con mayor consumo — encabezados por Antigua y Barbuda, con 57.12 kilogramos por año (126 libras) — son pequeñas islas del Caribe.
La industria de Jamaica lleva mucho tiempo amenazada: a mediados de la década de 1990, la captura oscilaba entre 19,000 y 25,000 toneladas anuales y en 2017 había caído a 16,000 toneladas, según la FAO.
En los últimos años el sargazo ha empeorado el problema porque alrededor del 95% de la flota pesquera de la isla está compuesta por embarcaciones pequeñas propulsadas por uno o dos motores que pueden verse fácilmente ahogados por las algas.
Donovan Haye, científico de la Fundación para el Manejo de Áreas Costeras del Caribe (C-CAM, en inglés) en Jamaica, dijo que ciertos tipos de pesca, como la pesca con redes, el arrastre y la pesca con caña, a menudo se ven tan afectados que son casi imposibles durante el pico de la temporada de sargazo.
Donovan Haye, oficial científico de la Fundación para el Manejo Áreas Costeras del Caribe, detalla el impacto del sargazo en la costa sur de Clarendon, en Jamaica. Foto por Devon Fletcher | Television Jamaica
Insuficiente la estrategia para mitigar el daño del sargazo
Después de una afluencia particularmente alta en 2015, la NEPA redactó el plan de respuesta y recurrió a un fondo de emergencia por unos $32,000 para limpiar ocho playas y otras iniciativas de mitigación.
Pero desde entonces, tanto las limpiezas como el financiamiento han sido limitados y no se han implementado elementos clave del plan, a pesar de que la NEPA lo utiliza como estrategia de trabajo.
El plan, por ejemplo, exige la creación de un fondo de mitigación. Pero el Gobierno reconoció que este fondo nunca se estableció y la información provista por la NEPA para esta investigación indica que la agencia ha gastado menos de $10,000 — incluyendo alrededor de $6,500 del Fondo de Mejora del Turismo — en esfuerzos de limpieza desde 2015. La mayor parte de este gasto se produjo entre 2016 y 2018, después de lo cual las limpiezas fueron dirigidas principalmente por operadores y propietarios de playas, según NEPA.
El borrador del plan también exige la creación de un centro de recopilación de datos, pero la NEPA dijo que eso tampoco se ha establecido.
Otra parte importante del plan de respuesta es la educación pública, que se incluye en dos de sus cuatro componentes. Pero ocho años después, cinco de los seis pescadores entrevistados por el CPI en tres de las áreas gravemente afectadas por el sargazo dijeron que nunca habían oído hablar del documento.
El único que sabe del documento, Devon Malcolm, secretario de la Cooperativa de Pescadores de Half Moon Bay en Hellshire Beach en St. Catherine, dijo que asistió a varias sesiones de sensibilización pública con NEPA y la Fundación para el Manejo de la Zona Costera del Caribe (C-CAM, en inglés), una organización no gubernamental que promueve la conservación en Jamaica.
El pescador Devon Malcolm cuenta su peor experiencia con el sargazo, que conllevó una lesión en el pie por el contacto directo con el alga tóxica flotante mientras intentaba sacar su bote al mar. Foto por Devon Fletcher | Television Jamaica
Pero a pesar de dichas sesiones, Haye, el Oficial Científico de C-CAM, dijo que es un reto difundir información sobre el sargazo a todos los pescadores porque no todos están ubicados en un solo sitio, ni están suscritos al mismo tipo de medio de comunicación.
El ministro de Pesca Floyd Green reconoció que el Gobierno necesita hacer más para educar a los pescadores sobre el sargazo y protegerlos de sus efectos negativos.
“Ha habido un apoyo limitado a través de los años y cuando llegan estos informes [de invasión de sargazo] definitivamente podríamos hacer un mejor trabajo en términos de dar apoyo para ayudar a limpiar”, admitió.
A pesar de las luchas de los pescadores, considera que Jamaica no se ha visto tan afectada por el sargazo como muchos otros países de la región.
La asistencia que el Gobierno brinda a los pescadores, dijo Green, no siempre es específica para el sargazo. Atiende además, los problemas generales que afectan a su sector, como el calentamiento de las aguas y la sobrepesca.
“Lo hemos analizado en un contexto más global, en términos de los problemas más grandes que afectan la pesca”, afirmó. “El sargazo es solo uno de los problemas relacionados con el clima que enfrentan nuestros pescadores… Cuando se combinan todos [estos problemas], el asunto realmente tiene un enorme impacto en nuestras pescaderías cercanas a la costa”.
Un pescador en Portmore Causeway en St. Catherine, Jamaica, muestra la baja en su pesca. Los pescadores piden a las autoridades que atiendan urgentemente la situación del sargazo antes de que destruya por completo su sustento. Foto por Kirk Wright | Television Jamaica
Afirmó que el apoyo gubernamental en cuanto a estos asuntos muchas veces se ha enfocado en ayudar a los pescadores a desplazarse más mar adentro brindándoles capacitación en técnicas de pesca con palangre y equipos relacionados, como dispositivos GPS.
Grandes pérdidas, poca ayuda
Haye, sin embargo, también lamentó que en Jamaica no haya recursos para compensar a los pescadores por desastres naturales y mucho menos por el sargazo.
Además, destacó el reto de “cuantificar y determinar quiénes han sido afectados y cómo, y qué nivel de compensación requieren”.
Sin embargo, los pescadores rápidamente calculan el costo del sargazo. En la playa de pesca Bluefields en Westmoreland, ubicada en el sur de Jamaica, Kevin Lattibudaire estimó que una gran afluencia de sargazo puede costarle entre $1,300 y $1,900 al mes en pesca perdida.
Osbourne, el pescador de Portland Cottage, dijo que ha visto cómo el sargazo daña irreparablemente hasta 100 libras de redes de pesca con un valor de casi $8 la libra.
El pescador de Portland Cottage, Icallie Swaby, añadió que las algas han afectado su equipo de navegación. “Cuando entra en la hélice del motor, no puede girar, y destruye el motor y lo hace sobrecalentarse”, dijo Swaby.
Grandes cubiertas de sargazo llegan a la costa de Manchioneal, Portland, Jamaica, una de las zonas más afectadas de la isla. Foto cortesía del Instituto GeoInformatics de Mona
Y durante la peor temporada de sargazo, los pescadores a veces no pueden salir al mar por días.
Green dijo que el Gobierno no ha podido determinar el costo real del impacto del sargazo, por lo que depende de información anecdótica de los pescadores afectados para evaluar cada temporada, y determinar un plan de acción.
“A menudo, el proceso [de limpieza que hacen los pescadores] no tiene costos”, dijo. “Lo hacen ellos mismos”, agregó.
Preguntas sobre la limpieza
Haye dijo que muchos operadores turísticos en las playas más populares a veces pueden darse el lujo de remover el sargazo de sus instalaciones para no afectar sus negocios.
“En casi todas las playas, especialmente las playas de pesca donde normalmente los pescadores ejercen su oficio, no hay esos recursos disponibles”, advirtió Haye.
En ausencia de un control más estricto por parte del Gobierno, a Haye le preocupa que los operadores turísticos no siempre sigan las mejores prácticas al eliminar las algas.
“Esto levanta una señal de alerta de que, con sólo recolectar el sargazo de la playa y almacenarlo en algún lugar donde se deteriore, se podría estar eliminando la contaminación de un área y llevándola a otra”, dijo.
Malcolm, el pescador de St. Catherine, dijo que vio sargazo en dos playas cercanas siendo sacado solo para ser arrojado “en algún lugar de Hellshire” donde había “mucha arena”.
Jodiel Ebanks, ex coordinador de playas de NEPA, recordó que el Plan Nacional de Respuesta al Sargazo requiere un permiso por escrito de esa agencia antes de recolectar y eliminar las algas.
Sin embargo, la NEPA no tiene cámaras ni vigilancia constante en las áreas afectadas para garantizar que se sigan las reglas y depende de los informes de violaciones para hacer cumplir los protocolos descritos en el plan de sargazo.
“Se me quemó todo el pie”
Los pescadores a veces también sacan o entierran el sargazo, pero les preocupan problemas de salud que no entienden bien.
Wolde Kristos, que administra el Bluefields Fish Sanctuary en Westmoreland, dijo que muchas veces no usan equipo de protección ni guantes cuando manipulan las algas.
Malcolm dijo que se dio cuenta de que podría haber sustancias químicas dañinas en el sargazo porque blanquea las piedras de la orilla y mata a los pequeños peces que viven en ellas.
Tuvo su propia experiencia al entrar en contacto directo con el alga un día cuando intentaba empujar su barco mar adentro a través de densas concentraciones de sargazo.
“Cuando lo pisé, [sentí] como si se me quemara todo el pie”, dijo.
En la costa suroeste de la isla, en Bluefields, Westmoreland, los pescadores reconocieron que desconocen los riesgos asociados a las algas.
“No sé mucho en cuanto a la salud”, dijo Garmell Lattibudaire, añadiendo que le gustaría aprender todo lo que pueda.
Los pescadores tienen razones para preocuparse. Haye, oficial científico del C-CAM, explicó que los científicos han identificado “niveles anormalmente altos de contaminantes” incluyendo el arsénico, en muestras de sargazo recolectadas en diferentes zonas de Jamaica.
Green, el ministro de Pesca, dijo que a él también le preocupan los metales pesados en el sargazo y el hecho de que en gran medida ha recaído en los pescadores ocuparse del problema para poder seguir ganando dinero en épocas de grandes afluencias.
Al senador Matthew Samuda, ministro de Medio Ambiente de Jamaica, le preocupan los gases nocivos como el metano que se liberan cuando el sargazo se descompone.
Ambos ministros reconocieron que el apoyo a los pescadores para limpiar el sargazo de sus playas ha sido escaso.
“Probablemente necesitemos redoblar nuestros esfuerzos en materia de educación pública”, añadió Samuda.
Green dijo que la ayuda futura del Estado incluirá capacitación, proveer recursos tales como dispositivos GPS y botes palangreros para que los pescadores se adentren más en el mar donde el sargazo es un obstáculo menor. Pero este plan aún no se ha materializado y Green se negó a ofrecer detalles sobre cómo será financiado.
Una esperanza
A pesar de las luchas, Jamaica ha experimentado avances, incluyendo varias iniciativas de investigación y respuesta desde la Universidad de las Indias Occidentales (UWI, en inglés).
El 11 de enero de 2024, por ejemplo, el Instituto de GeoInformática Mona de la UWI lanzó un Sistema de advertencia temprana sobre el sargazo para ayudar a las comunidades — especialmente a los intereses turísticos y pesqueros — a prepararse para las acumulaciones de algas.
Otras regiones, incluyendo a Ghana, están utilizando un sistema similar. Darren Fletcher, coordinador de proyectos técnicos del MGI, destacó que una parte fundamental de la adaptación al sargazo es “tratarlo como una oportunidad y no como una inconveniencia”.
Botes encallados mientras capas de sargazo cubren la costa en Manchioneal, Portland, Jamaica — un símbolo del impacto paralizante sobre la pesca en una de las zonas más afectadas de la isla.
Foto cortesía del Instituto GeoInformatics Mona
Haye dijo que las tecnologías predictivas como el nuevo sistema de aviso son un paso en la dirección correcta, y argumentó que deberían combinarse con técnicas para eliminar de forma segura el sargazo en el mar antes de que llegue a la costa.
Sin embargo, en última instancia, dijo que el mundo debe atender el problema del sargazo de la misma manera que ha abordado el agotamiento del ozono en las últimas décadas: con una respuesta global.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte con el apoyo de Open Society Foundations.
Muchos empresarios caribeños ven una oportunidad económica sin precedentes en el sargazo que ha inundado extraordinariamente la región desde 2011.
Pero a pesar de sus entusiastas propuestas (que surgen del consenso generalizado de que la única solución realista a la crisis es monetizar las algas), no se ha encontrado ningún uso consistente, a gran escala, para ellas.
“Aunque hay tantas cosas que se pueden hacer con el sargazo, la cantidad real de sargazo que se utiliza para productos sigue siendo muy baja”, dijo la doctora. Franziska Elmer, una gerente de proyectos científicos que reside en México y trabaja para la empresa Seafields, una organización de soluciones basadas en carbono, con sede en el Reino Unido.
Como resultado de su bajo potencial de utilización, el sargazo generalmente se maneja como desperdicio y estiman que en el Caribe los costos anuales de limpieza y eliminación ascienden a $210 millones.
Empresas como Seafields esperan cambiar eso. En los últimos años, empresarios e investigadores han buscado con mucho empeño el secreto para convertir el sargazo en “oro marrón”, como le gusta llamar a las algas a la profesora Mona Webber, del Campus Mona de la Universidad de las Indias Occidentales en Jamaica.
La empresa Seafields, con sede en el Reino Unido, está desarrollando granjas acuáticas que almacenen sargazo en compartimientos cerrados como el que se observa, en San Vicente y las Granadinas el año pasado.
Foto cortesía de Seafields
Pero aún quedan enormes desafíos para encontrar un negocio rentable que reduzca considerablemente las millones de toneladas de sargazo que llegan a las costas de la región cada año.
Los empresarios que hablaron con el Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico dijeron que operan en un entorno mayormente no regulado, donde la información es inconsistente y el financiamiento es difícil de encontrar.
Benjamín Jelen es director de Investigación y Desarrollo en C-Combinator ubicado en Cataño, Puerto Rico, donde estudian el uso potencial de productos derivados del sargazo.
Foto por Xavier García | Centro de Periodismo Investigativo
“La mayoría de la reglamentación se centra en el manejo del recogido y no hay muchas regulaciones sobre los productos. Y eso dificulta la fabricación de artículos”, dijo Elmer, la investigadora de Seafields.
El trabajo del C-Combinator se realiza en su mayoría con sargazo mexicano, pero ejecutivos de la empresa dicen tener la infraestructura para trabajar con el alga que se acumula en las costas de Puerto Rico.
Foto por Xavier García | Centro de Periodismo Investigativo
“Puedes empezar a fabricar tu producto y, medio año después, te dicen: ‘Oh, ahora hay una nueva reglamentación’“, añadió.
Sin gran estabilidad, muchos empresarios han tenido dificultades para obtener incluso pequeñas subvenciones y mucho menos han podido acceder a las grandes inversiones que necesitan para crecer, según un estudio de 2021 dirigido por la doctora Hazel Oxenford, bióloga del Centro de Manejo de Recursos y Estudios Ambientales (CMREA) de la Universidad de las Indias Occidentales en Barbados.
“Abordar el problema [del sargazo] como si fuese únicamente una amenaza ha resultado extremadamente costoso. Lentamente la atención se está dirigiendo hacia las oportunidades potenciales para la reutilización y valorización del sargazo”, señala el estudio publicado en la revista Phycology, dedicada al estudio de las algas. “Sin embargo, convertir la ‘crisis del sargazo en oro’ no es fácil”, advirtió.
Los investigadores agruparon las limitaciones que enfrentan los empresarios e investigadores del sargazo en cinco categorías: Un suministro impredecible; asuntos asociados con la composición química de las algas; cosecha, transporte y almacenamiento; gobernanza; y financiamiento.
Tres años después, Elmer y otros investigadores y empresarios de toda la región dicen que todavía enfrentan esos obstáculos.
Metales pesados
Pero a pesar de estos desafíos, continúan trabajando para encontrar soluciones. Una de las primeras ideas populares fue utilizar el sargazo como fertilizante o alimento para animales. Pero algunos empresarios se han retirado de esta opción después de que una investigación encontró un altocontenido de arsénico en las algas y recomendó no usarlas con fines nutricionales.
Entre ellos se encontraba Daviean Morrison en Jamaica. Morrison lanzó por primera vez su empresa Awganic Inputs con la esperanza de producir alimento orgánico para cabras, pero luego abandonó esa idea y comenzó a investigar la posibilidad de producir carbón vegetal, que es ampliamente utilizado por los agricultores en muchas zonas rurales de la isla.
Daviean Morrison lanzó su empresa Awganic Inputs en Jamaica con la esperanza de producir alimento orgánico para cabras con sargazo.
Foto cortesía de Awganic Inputs
Pero tuvo dificultades para encontrar financiamiento adecuado para recolectar suficiente sargazo.
“Incluso si miramos la colaboración con la ONG y los grupos cívicos, que se supone que lo transporten gratis, es un cargo de $15,000 [US$96] por viaje para un camión, y lo máximo que retiramos son alrededor de tres toneladas”, dijo Morrison.
Después de que la epidemia de COVID-19 frenara el negocio del carbón vegetal, y de que el 2023 trajera a Jamaica menos sargazo que el 2022, Morrison suspendió el plan.
Ahora opera un negocio de Internet inalámbrico en comunidades rurales y ahorra sus ganancias para, cuando los fondos le permitan financiar el relanzamiento de sus proyectos de carbón.
Daveian Morrison llena barriles de agua para su primer prototipo del proyecto de producción de forrajes para cabras a base de sargazo.
Foto cortesía de Awganic Inputs
Otros esfuerzos de investigación para el reuso del sargazo en Jamaica se han topado con problemas similares.
En 2018, el Instituto de Productos Naturales (IPN) de la Universidad de las Indias Occidentales (UIO), investigó mediante un contrato con el Gobierno el potencial del sargazo en biocombustibles y aditivos alimentarios y además llevó a cabo “evaluaciones muy preliminares del efecto de los extractos de sargazo en células cancerosas [en la próstata y los senos]”, según Webber, quien también es directora del Centro de Ciencias Marinas de la Universidad.
Pero el esfuerzo resultó costoso y fue difícil encontrar inversionistas, dijo Webber.
Al final, el trabajo se estancó tras el descubrimiento de arsénico y otras sustancias químicas nocivas en el sargazo, según la científica.
Según explicó, actualmente los científicos no cuentan con ningún método factible para extraer tales químicos, aunque el equipo de la UIO espera en el futuro obtener financiamiento para ese propósito.
“Nadie en la UIO está actualmente investigando los usos del sargazo”, añadió Webber.
Capturando carbono
En un futuro, los creadores de productos que necesitan un suministro constante de sargazo podrían recibir ayuda de la compañía Seafields.
La empresa, con sede en el Reino Unido, y que también tiene operaciones de investigación en México, y San Vicente y las Granadinas, espera crear varias granjas de sargazo en el sur del océano Atlántico con una superficie total del tamaño de Portugal. Después de extraer nutrientes y otros elementos útiles de las algas recolectadas en las granjas, la empresa empacaría y hundiría el remanente en el mar para capturar carbono y vender créditos en el mercado de carbono.
Con el respaldo de inversionistas y una subvención de Innovate UK de $310,000, Seafields espera que el sistema también ayude a garantizar un suministro constante de algas durante todo el año.
Pero el proyecto no es fácil, según Elmer, quien actualmente reside en México. Aunque Seafields espera expandir su sistema de recolección a otras islas, mencionó que hay una falta de datos sobre la proliferación de sargazo en las diferentes áreas.
“Si no tienes los datos, primero tienes que pasar varios meses o una temporada en el lugar para monitorear y observar antes de poder hacer inversiones realmente grandes”, dijo.
Según la bióloga marina, la propia naturaleza de las algas también presenta desafíos.
“La principal es que el sargazo tiene que estar bastante fresco”, dijo. “A la playa llega mucho sargazo. Es posible que no puedas usarlo todo o incluso recogerlo todo hasta que se pudra y comience a descomponerse. El otro obstáculo es que nunca sabes cuánto recibes cada día. Como que son altibajos”.
La falta de legislación consistente y la coordinación de directrices en toda la región plantea otros obstáculos, dijo.
Un marco regulatorio para todo el Caribe, añadió, ayudaría a los empresarios a ampliar sus productos. “Porque si comienzas a encontrar una solución, podrías llevarla a otras islas”, señaló.
México, ladrillo a ladrillo
En México, Omar Vázquez Sánchez ha llamado la atención desde 2018, cuando creó ladrillos con sargazo.
Comercializa sus Sargablocks como una solución de vivienda, especialmente para familias pobres.
Desde 2018, Omar Vázquez Sánchez crea bloques de construcción a base de sargazo en México, donde estableció la empresa Sargabloks.
Foto por Bris Landaverde | Sargabloks
Vázquez Sánchez explicó que el proyecto nació de la desesperación, luego de perder un contrato gubernamental de tres meses para retirar el sargazo de la playa. Se basó en los recuerdos de la infancia de la casa de adobe de sus abuelos y decidió hacer su propia versión.
Vázquez Sánchez dijo que comenzó a vender Sargablocks el año pasado. Aunque no quiso revelar sus ganancias, dijo que generaba suficiente para pagar sus cuentas y mantener a nueve empleados.
Los bloques que Sargablock fabrica con sargazo buscan ayudar en la construcción de viviendas para familias de escasos recursos en México.
Foto por Bris Landaverde | Sargabloks
Sin embargo, ha luchado por crecer sin el apoyo del Gobierno mexicano o de socios privados, quienes, según él, son reacios a invertir, en parte, debido a su insistencia en donar el 3% de las ganancias a organizaciones benéficas.
“Si se hubiera inventado en Alemania, créanme, todos los mexicanos... estarían construyendo con Sargablock”, dijo. “Pero es un producto mexicano”.
Ahora mira hacia el extranjero. Espera franquiciar su negocio y crear asociaciones con países interesados. Busca abrir una fábrica de Sargablock en Colombia y asegurar acuerdos con Belice y República Dominicana antes de avanzar a Guadalupe, Martinica y Puerto Rico, dijo.
Pero para poder expandir de esta manera, debe comprar maquinaria más grande que pueda producir al menos el doble de los 2,000 ladrillos por día que, según dijo, es capaz de producir actualmente.
Según Omar Vázquez Sánchez, la intención de Sargablock es distribuirlo a países como Colombia, Belice, República Dominicana, Guadalupe, Martinica y Puerto Rico.
Foto por Bris Landaverde | Sargabloks
Ron y sargazo
En Barbados, investigadores de la Universidad de las Indias Occidentales están trabajando para desarrollar biocombustibles utilizando sargazo y aguas residuales de destilerías de ron.
Como parte de esos esfuerzos, la profesora de energía renovable, la doctora Legena Henry, fundó Rum and Sargassum Incorporated en 2021, con la esperanza de ayudar a eliminar por completo el uso de combustibles fósiles en esa isla para 2030.
Ella también busca financiamiento.
“Este es un combustible nuevo que estamos incorporando a una tecnología antigua para lograr un transporte libre de fósiles, por lo que se necesitará algo de inversión para llegar al punto en que los clientes realmente nos compren”, dijo Henry en un vídeo publicado en junio pasado por el CMREA.
Espera tener vehículos propulsados por metano en las calles de Barbados para enero de 2026.
“Hasta entonces, estamos montando esta especie de gasolinera de demostración, que usaremos para seguir recopilando datos para comprender la solución, pero estamos muy seguros de que funciona”, afirmó. Señaló que los estudiantes investigadores participaron en este experimento solo con estipendios del Banco de Desarrollo Interamericano y una vez que comenzaron a ver los resultados de las pruebas de biogás, el BDI solicitó un estudio técnico sobre sus hallazgos, que se publicó en abril de 2021.
También en Barbados, el empresario Joshua Forte trabajó con el Campus Cave Hill de la UIO para crear un suplemento vegetal utilizando sargazo.
Ahora vende el producto por medio de su empresa Red Diamond Compost Incorporated y dice que funciona mejor que un fertilizante sintético muy popular contra el cual lo probó.
“Incluso reduciendo el fertilizante sintético a la mitad y agregándole nuestro súper bioestimulante de algas marinas, se obtuvieron resultados aún mejores”, dijo.
Cuando comenzó el proyecto hace unos ocho años, se sentía como “la única persona que buscaba hacer algo” con las algas, dijo. Hoy tiene mucha competencia y aún no ha podido encontrar inversionistas para expandirse a la producción de biofungicidas como había planeado inicialmente.
Pero tiene muchas esperanzas puestas en el futuro.
Se ve bien en papel
Otras soluciones de sargazo varían ampliamente.
En la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá, la bióloga marina Briggite Gavio y su alumno Diego Aguilera han estado utilizando algas para hacer papel.
El esfuerzo es parte de un proyecto más amplio sobre reducción de riesgos y alternativas económicas en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Briggite Gavio, profesora de la Universidad Nacional de Colombia, junto al estudiante Diego Aguilera. Ambos trabajan para generar papel utilizando sargazo.
Foto por Camila Alzate | El País
El proceso de fabricación del papel es intensamente laborioso. Una vez obtenido el permiso de recolección, Gavio recoge a mano las algas de las playas de la isla de San Andrés. Luego se cierne la arena antes de secar las algas al sol y se transportan a Bogotá en hieleras. Allí se lava, se seca, se muele y se mezcla con cáscaras de coco, agua y otros ingredientes.
Después de procesar químicamente esta mezcla, se prensa y se deja secar durante aproximadamente una semana. Actualmente, el equipo de investigación está trabajando para perfeccionar el proceso con la esperanza de producir un papel de mejor calidad.
Así se seca el sargazo, traído desde San Andrés, para convertirlo en materia prima para el papel.
Foto por Camila Alzate | El País
Pero hay muchos retos. El año pasado, por ejemplo, una gran afluencia de sargazo prevista a principios de año nunca se produjo.
“Precisamente cuando necesito sargazo es cuando no llega”, dijo Gavio. Sin embargo, espera que sus esfuerzos eventualmente brinden a las islas soluciones sostenibles a un problema importante que ha amenazado su industria turística y otros aspectos de la vida.
“El único que trabaja en esto soy yo”, dijo. “Ahora mismo, lo que ocurre es que cuando llega [el sargazo] se tira a un vertedero, pero eso no es una solución a largo plazo”, agregó.
Soluciones
El estudio de Oxenford ofreció decenas de recomendaciones para eliminar los obstáculos que bloquean a los empresarios del sargazo: Mejorar los sistemas de pronósticos; utilizar subsidios gubernamentales para facilitar la comercialización; mejorar los sistemas de recolección y transporte; desarrollar normas de seguridad; idear mejores métodos de almacenamiento y otras formas de garantizar un suministro constante; fomentar “parques industriales de sargazo”, y muchas otras.
Pero, los investigadores indicaron que ninguno de estos pasos funcionará si se toman de forma individual.
“Se recomienda que las soluciones y acciones propuestas se integren en una estrategia y un plan de acción regional que promueva la valorización como una oportunidad económica y como un medio para aliviar los impactos de la afluencia”, dice el estudio de Oxenford.
De lo contrario, los investigadores predicen un futuro sombrío.
“La evidencia sugiere que, aunque los esfuerzos para explorar oportunidades en el Caribe están en marcha, la afluencia del sargazo seguirá siendo más un peligro que un beneficio, a menos que se aborden adecuadamente las limitaciones actuales”, afirmaron.
Esta investigación es el resultado de una beca otorgada por el Instituto de Formación Periodística del Centro de Periodismo Investigativo y fue posible en parte con el apoyo de la Open Society Foundations.