Resumen
Justo cuando se cumplían cinco años del devastador azote del huracán María, Puerto Rico se levantó con una nueva catástrofe cuya dimensión todavía está por verse debido al huracán Fiona.
En la montaña, los desbordamientos de los ríos, los deslizamientos de terrenos y socavones de carreteras provocaron la mayoría de los pedidos de auxilio. En algunos casos, la respuesta vino del Estado y en otras, llegó de familiares, amigos o vecinos que, desesperados, decidieron actuar ante los riesgos de vida inminente que percibían.
La acumulación de lluvia en la montaña produjo un caudal tan extraordinario que no sólo hizo que muchos ríos salieran de su cauce sino que también se desbordaran lagos, y embalses, que en su trayecto para desembocar en el mar, inundaron zonas residenciales y comerciales en varios municipios de la isla.
Sigue aquí nuestra cobertura del desastre socioambiental y la fiscalización del proceso de recuperación.
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