La generación del “yo no me dejo” exige la renuncia de Ricardo Rosselló

La falta de liderato y de poder de convocatoria masiva de las organizaciones de la sociedad civil, dan paso a las multitudes en movimiento que, aunque sigan un mismo fin, se organizan y se desplazan de forma fragmentada, orgánica e impredecible. Todo el mundo aquí pide la renuncia del Gobernador y sin embargo, la “generación del yo no me dejo” no tiene esperanza en ninguno de los posibles sustitutos.

The lobbyists who promoted Opportunity Zones for Puerto Rico

Puerto Rico’s Resident Commissioner in Washington, Jenniffer González, is like the godmother of the Opportunity Zones in U.S. Congress. She claims as her achievement that the island was included in said investors’ exemption program, which is part of President Donald Trump’s tax reform. While states can only designate 25% of their census areas below the poverty level as an Opportunity Zone, “almost 94%” of Puerto Rico was designated as that category, according to the Commissioner. González was not alone in her endeavor. There were other players in Congress promoting the Opportunity Zones for the island.

An Airbnb boutique hotel: Opportunity Zones arrive in Old San Juan

The walk is led by Adrian Beales, an Australian sales director for Lifeafar, a company that offers real estate investment options for people from abroad. Behind him is a group of 20 investors. They left El Convento hotel on Cristo Street in Old San Juan after the second day of the 2019 Lifeafar Investors Conference: three days of talks — from April 23-25 — about the advantages of investing in Puerto Rico. At 4:30 p.m. they go down Luna Street toward San Francisco Street under a clear sky. Upon reaching Plaza Colón, they form a semicircle, some of them cover their face from the sun and contemplate building 405.

El periodismo y el poder permanente: una charla con cuatro periodistas en Colombia

“A menudo el periodismo termina siendo parte del problema y no de la solución; termina siendo parte del poder”, advierte Hugo Alconada Mon, un periodista argentino que ha publicado investigaciones en las que algún personaje poderoso termina en la cárcel. “Poder que incluye a políticos, a empresarios, a banqueros, a sindicalistas, a jueces, a fiscales y a muchos periodistas que terminan trabajando para el poder”, continúa desde una pequeña tarima, en un salón de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Cartagena de Indias, Colombia. El salón está lleno de estudiantes de esta profesión que en algún momento cargó el mote de “el cuarto poder”. Pero esa idea de que sobre los poderosos sobrevuela el guardián inquebrantable de la democracia que se llama periodismo, está muy debilitada. Fake news, “datos alternativos”, ataques a los medios de comunicación, asesinato de periodistas, saturación de contenidos en las redes sociales, relativización de lo que es “verdad”, intereses económicos corporativos, publicidad disfrazada de noticia son solo algunas de las corrientes contra las que navega el periodismo comprometido.