La peregrinación por la transparencia durante el año de la pandemia

La pandemia por el coronavirus nos ha marcado trayendo consigo una nueva realidad social acompañada de grandes retos de salud pública y repercusiones económicas globales. Mientras para el resto de la humanidad la batalla se centra en contener la pandemia con la vacuna como un primer escalón para regresar a una “nueva normalidad”, en Puerto Rico representa, además, el más reciente reto a nuestra resistencia social que ha sido puesta a prueba en los pasados años en que hemos enfrentado desastres naturales y otros provocados por el Gobierno. Cumplido un año desde que se declarara un cierre total por el coronavirus no me quedan dudas de que, el denominador común que ha agravado la respuesta pública a la pandemia es la cultura de opacidad y la falta de transparencia de los responsables de tomar las decisiones de política pública para atender cada una de estas situaciones. Es como si el Gobierno no hubiera aprendido. La palabra transparencia se ha convertido en una moda entre los funcionarios.

El banquete total del PNP en la Comisión Estatal de Elecciones controló todo el proceso electoral del 2020

Desde el momento en que con su firma la entonces gobernadora, Wanda Vázquez Garced convirtió en ley el nuevo Código Electoral, el Partido Nuevo Progresista (PNP) se aseguró inmediata e indefinidamente el control de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), reveló una investigación realizada por el Centro de Periodismo Investigativo (CPI). 

La Ley 58 del 20 de junio de 2020 le otorgó al presidente de la entidad, en aquel momento Juan Ernesto Dávila, nombrado por el pasado gobernador Ricardo Rosselló, el poder de escoger a todos los directores de las diferentes oficinas administrativas sin que tengan que ser confirmados por el voto mayoritario de los comisionados electorales, por ser ahora considerados “funcionarios de confianza” del presidente. Además, el estatuto perpetúa al PNP en la presidencia de la CEE ya que dispone que la nominación a ese cargo recae en el partido de mayoría, redefinido en la nueva ley como el partido que más votos íntegros saque en las elecciones generales. Hasta la aprobación del nuevo Código Electoral, se consideraba partido de mayoría aquel cuyo candidato a gobernador obtuviera el mayor número de votos. 

“Corresponderá al Comisionado Electoral del Partido Estatal de Mayoría, cuyo partido hubiere obtenido en la anterior Elección General la mayor cantidad de votos íntegros en la Papeleta Estatal del total de votos válidos emitidos en esa papeleta, proponer a los restantes Comisionados propietarios el o los nombres de los candidatos a los cargos de Presidente y de Alterno al Presidente”, lee el artículo 3.7 del nuevo Código Electoral. Desde su creación en 1967 y su primera participación en las elecciones generales de 1968, el PNP ha logrado obtener la mayor cantidad de votos íntegros en 10 de los 14 eventos electorales, constató el CPI. La última vez que el Partido Popular Democrático (PPD) obtuvo más votos íntegros que el PNP fue en las elecciones generales de 2000 en las que prevaleció Sila María Calderón.

Electronic Vote Count in Puerto Rico was Overpriced, but Mostly Failed Across-the-Board on Election Day

Machines that did not recognize the electronic key to get the process going at the polling stations; others that did not read or in which the ballots got stuck; some that shut off in the middle of the voting process; and many that were unable to transmit the results. In other polling stations, memory cards were damaged during the voting process or simply never worked. This was the type of failure that was repeated in almost all polling stations during the 2020 election process, the Center for Investigative Journalism (CPI, in Spanish) confirmed with more than 20 sources. When the State Elections Commission (SEC) was asked for a record of reported equipment failures in polling stations, the agency did not release the information. The CPI learned that to this date, there isn’t a complete report of how many machines experienced malfunctioning or information about how many of those cases were related to a lack of maintenance, because the SEC does not have a formal, agile and consolidated procedure to collect this information.

Se pagó extra por el escrutinio electrónico, pero falló en casi todas partes el día de las elecciones

Máquinas que no reconocían la llave electrónica para iniciar el proceso en los colegios de votación, otras que no leían o en las que se atascaban las papeletas, algunas que se apagaban en medio del proceso de votación, muchas que no pudieron transmitir los resultados. En otros colegios, se dañaron las tarjetas de memoria durante el proceso de votación o simplemente nunca funcionaron. Este fue el tipo de falla que se repitió en casi todos los colegios durante el proceso eleccionario del 2020, según constató el Centro de Periodismo Investigativo (CPI) con más de 20 fuentes. Al solicitar a la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) un registro de las fallas de los equipos reportadas en los colegios, la agencia no dio la información. El CPI supo que no hay, a esta fecha, un récord completo de cuántas máquinas tuvieron problemas ni se puede identificar en qué casos se debió a la falta de mantenimiento, porque la CEE no tiene un procedimiento formal, ágil y centralizado para recopilar esta información.

Alianzas, sí o sí

Hace años que observo una transformación social y política en Puerto Rico. El histórico resultado electoral de esta última jornada no debió tomar por sorpresa a nadie debido al cada vez más evidente hastío de la ciudadanía con décadas de ciclos electorales de lealtad a los, hasta ahora, dos partidos principales sin que se hayan logrado cambios de peso en política pública, adecentamiento en la gestión pública ni transparencia en los procesos de gobernanza. 

No ha disminuido la pobreza en el país, el deterioro de la infraestructura pública es cada vez más notable, los servicios públicos menguados, la falta de oportunidades y de trabajo, la corrupción, la ausencia de iniciativas de desarrollo económico local de peso que impulsen al país en una nueva dirección. Ninguno de los partidos que han tenido el turno al bate han logrado atender estos problemas estructurales. De ahí sale la diversidad que surge en la nueva Asamblea Legislativa, con decenas de caras nuevas que hacen evidente el cambio de liderato  desde el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Proyecto Dignidad (PD), tras lograr en conjunto el voto del 35.14% del electorado. Resulta que no solamente han roto el paradigma político tradicional en Puerto Rico, sino que son un punto de no regreso para que el nuevo gobierno venga obligado a administrar desde el consenso para poder ser funcional.

25 personas que se identifican como LGBTTIQA+ figuran como aspirantes en las elecciones 2020

Las papeletas para las elecciones generales de este martes tendrán por primera vez en la historia de Puerto Rico a 25 candidatos y candidatas abiertamente identificadas como personas de la comunidad LGBTTIQA+ que aspiran a puestos políticos este 3 de noviembre. Las siglas responden a la conglomeración de personas lebianas, gays, bisexuales, trasngénero, transexuales, intersexuales, queers y asexuales. La diversidad en las papeletas del 2020 no solo se verá reflejada en términos de diversidad sexual, sino que en términos de género habrá 122 mujeres aspirando a puestos electivos versus 92 que hubo en la papeleta pasada, confirmó Natalie Caraballo de Proyecto 85, una organización cuya encomienda es catalizar la participación política de mujeres como funcionarias electas en Puerto Rico para lograr representación equitativa en el Gobierno. Además, Ana Irma Rivera Lassén, es la primera mujer negra y parte de la comunidad LGBTTIQA+ que preside un partido político, el Movimiento Victoria Ciudadana. De estos 25 aspirantes solo ocho son mujeres, lo que refleja la subrepresentación general de las mujeres en todos los renglones de la participación política en Puerto Rico.

Las figuras al frente y tras bastidores en el equipo político de Pierluisi

Detrás del equipo más cercano que asesora y define estrategias electorales y de política pública del candidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), Pedro Pierluisi Urrutia, hay figuras clave vinculadas al pasado gobernador Ricardo Rosselló Nevares, confirmaron al Centro de Periodismo Investigativo cuatro fuentes de esa colectividad. Entre sus propuestas para lograr “un gobierno limpio y transparente”, Pierluisi aseguró que reformará el proceso de contratación pública y convertirá la Oficina de Administración y Transformación de Recursos Humanos (OARTH) en la Oficina de Administración de Personal utilizando el modelo federal de la Office of Personnel Management para centralizar el reclutamiento del Gobierno a base del principio del mérito. Una propuesta similar tenía Rosselló Nevares cuando llegó a la gobernación. En 2019, creó una página web para establecer un “banco de talento” para el reclutamiento de empleados y funcionarios, que hoy día no funciona. Aunque Pierluisi ha prometido restablecer el principio del mérito para los nombramientos y contrataciones en su gobierno y formar un gabinete nuevo, en su equipo político, que por regla general el elegido termina nombrando a puestos o con contratos públicos, repiten varias de las figuras vinculadas a campañas y administraciones anteriores de la colectividad.