Opinión
A apoderarnos del proceso electoral
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“Quien llega tarde ni oye misa ni come carne”, dice un viejo dicho. La presidenta alterna de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), Jessika Padilla Rivera, no puede demorar más para demostrar que tiene la capacidad y el interés de llevar un proceso electoral limpio si quiere mantener la confianza de los electores en esa entidad. Como enseña el citado refrán, la desidia puede hacer perder lo que con diligencia se ganaría. La CEE, acostumbrada a declarar ganadores y perdedores, parece que en estas elecciones generales podría ser la gran perdedora del proceso electoral. Pero con su fracaso perderíamos quienes apostamos y valoramos el principio democrático de que cada ciudadano tiene derecho a un voto y todos valemos igual en este proceso de elegir a quiénes administran el Gobierno.